3.1 𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘶𝘯𝘰.

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—¿De qué estás hablando?.—Antonella se había puesto totalmente rígida, ¿había escuchado bien?, ¿que se casara con él?.—No.

—¿Qué?.—La sonrisa de Edward había desaparecido, su ceño estaba fruncido y miraba muy atentamente a Antonella.—¿Cómo que no?

—Ni siquiera somos pareja Edward, ¿Y tú quieres que me case contigo sabiendo que a la primera oportunidad en la que Bella esté en peligro tu irás a defenderla a capa y escudo?, no.—Rió burlonamente y se giró para seguir desempacando su ropa.—Lo lamento pero no.

—Pero Anto...

—Si Edward, ya me has pedido disculpas pero eso no me basta. Casi te mato en ese lugar solo porque eres demasiado terco como para dejar que Bella se las arregle sola.

—¿Entonces que quieres que haga?, ¿Qué solamente la ignore y no vuelva a hablarle?

—Dios, no. No soy tan estúpida como para prohibirte hablar con alguien. Haz lo que quieras Edward, no seré tu novia hasta que me demuestres que realmente lo sientes y que no hablas solo por hablar.—Se dió la vuelta y le sonrió.—Te quiero mucho pero eres un idiota.

—Si lo sé...—Dijo rodando los ojos, Antonella rió mientras alisaba su camisa y dejó un pequeño beso en sus labios.

—Adiós.—Edward bufó y salió de la habitación.—Ya veremos que tan capaz eres.

—Te escuché.

—Esa era la intención.




Todos volvieron a la escuela al día siguiente, ya había sido bastante drama por un tiempo, no necesitaban más, Antonella se topó de nuevo con el profesor pero decidió que era mejor no involucrarse (sexualmente) con él. Emmett, Jasper y Antonella habían vuelto a su típico humor bastante rápido después de que los dos vampiros le pidieran disculpas. Y Bella, ella la evitaba a toda costa, parecía bastante intimidada con la presciencia de la pelirroja.

—¿Y bien?.

—¿Y bien qué?.—Antonella regresó a la vida con la pregunta de Emmett, sacó la paleta de su boca y le puso atención.—Perdón, ¿De qué estamos hablando?

—¿De qué hablabas con John?.—Edward al instante puso atención a la conversación.

—Ahhhh, John, el buen John. Me ofreció un acostón.—Jasper, quien estaba fingiendo comer, se atragantó en ese momento y comenzó a reír.—Lastima...

CULLEN | Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora