Veinte. Final

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No había dudas de que nuestro compromiso con ATEEZ y la agencia era lo que acaparaba el 90 % de nuestra atención y cuidado, por lo que SeongHwa y yo no tuvimos otra opción que quedarnos a ensayar tiempo extra. Nuestros intercambios de miradas no se detuvieron, pero ya no expresaban aquella ansiosa complicidad, más bien parecía como si intentáramos reconfortar al otro con nuestras pupilas.

Y, a decir verdad, creo que daba resultado.

Fueron casi tres horas de ensayo, en las cuales todos dimos lo mejor de nosotros; incluso JongHo, quien no aguantó y decidió por practicar las notas de las partes que le habían otorgado.
A pesar de que creí que estaría haciendo algo distinto a esas horas, no podía decir que me lamentaba. Los ocho chicos siempre encontraban una forma de hacer la atmósfera agradable y se otorgaban energías el uno al otro. Eran excepcionales.

Sin embargo, el tiempo había pasado y estábamos por terminar lo que sería la última canción de ese día. En cuanto sucedió, el chico a cargo de la coreografía felicitó a todos y agradeció nuestro compromiso. Nos dio un par de palabras de aliento para continuar trabajando de la misma manera al día siguiente, y luego se retiró del lugar.

De inmediato, todos en el lugar comenzamos de recuperar nuestro aliento. Sin tener energías para hacer mucho más en ese momento, caminé hasta mi bolso y saqué una botella con agua para hidratarme, luego vi la hora en mi celular.

De hecho... podría ser más tarde.

Con ese pensamiento en mente, subí la vista en busca de SeongHwa para conversar al respecto de lo sucedido. No habíamos tenido la instancia para hacerlo y las dudas sobre qué haríamos comenzaban a inundar mi mente.

Sin embargo, en cuanto vi a mi alrededor, encontré al chico ordenando sus cosas concentrado y, antes de que pudiese acercarme o hacer cualquier cosa, se echó su bolso al hombro y salió de la sala.

Me quedé observando la puerta ingenuamente durante unos segundos. Luego suspiré. No sabía cómo describir lo que sentía en ese momento, pero definitivamente no quería averiguarlo, por lo que me volteé a mi bolso y comencé a ordenar mis cosas con mucha lentitud.
A decir verdad, ya me había acostumbrado a ser una de las últimas en dejar la sala de ensayo, pues muchas veces intentaba quedarme unos minutos extra para repasar la coreografía un par de veces. Los chicos comenzaron a retirarse uno a uno, siendo WooYoung y San los últimos.

Ambos se acercaron a mí con ua sonrisa satisfecha por el ensayo y se despidieron. Correspondí sus emociones para que no se preocuparan innecesariamente, y fijé mis ojos en ellos mientras dejaban la sala. Entonces, mi vista quedó inmóvil sobre el marco de la puerta, perdiéndose cada vez más.

Realmente quería salir con él.

Miré al suelo y suspiré. Aunque lo hubiese intentado negar por un tiempo e incluso haya evitado al chico para no llegar a esto... Realmente había querido que ese día SeongHwa y yo pasáramos un tiempo juntos.

Entonces, sacudí mi cabeza y volví a la actualidad. Necesitaba concentrarme y continuar con lo mío. Relamí mis labios y me volteé una vez más hacia mi bolso, acabando de ordenarlo y cerrándolo.

— ¿Te vas?

Mi cuerpo quedó inmóvil en cuanto esa voz se hizo presente tras mío y mis ojos se abrieron con sorpresa. Era imposible confundirlo.
Entonces, giré sobre mis talones y observé al chico, quien me miraba atento mientras sostenía un par de bolsas del 7Eleven.

— ¿SeongHwa? — ladeé mi cabeza.

— Quizás no es lo que teníamos en mente... pero aún podemos tener una cita — sonrió —, aquí, ahora.

Dazzling Light | Park SeonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora