Diez

298 44 1
                                    

Kwan
Sé lo mucho que significa la agencia
para ti, sin dudas estás trabajando por
lo que querías y es genial. Eres la
persona más perseverante que conozco
y adoro eso de ti.
Pero

Siempre hay un maldito pero.

Kwan
Pero por algún motivo sabía que esto iba
a suceder. Apenas siento que estés conmigo.
Soy tu novio, pero debo ser quien menos
te ve al día, o a la semana.
Y no puedo seguir con esto, no así.
Tenía la esperanza de que pudiésemos
hablarlo en persona, pero no necesito otra
señal para saber que necesitaría un
milagro para poder verte.
Hasta aquí lo nuestro, Summer.

Me quedé totalmente inmóvil mientras releía una y otra vez el mensaje de Kwan. Sabía que la distancia entre nosotros podría causar algún problema a futuro, pero jamás había imaginado que a este punto.

— ¿Summer? — San se acercó a mí con dulzura. Le dirigí mi atención un tanto desconcertada y alcé mis cejas a modo de interrogante — ¿Continuamos?

Cierto.

De inmediato sonreí asintiendo. Observé mi celular de nuevo y lo apagué, guardándolo luego y yendo al centro de la sala con los chicos. No había acabado de asimilar lo ocurrido y, sin dudas, era lo mejor que podía hacer en ese momento; mientras menos lo analizara, más podría concentrarme en los pasos.

Cuando volvimos a nuestras posiciones, observé a todos a través del espejo e hice contacto visual con dos profundas pupilas. Desde el primer día los ojos de SeongHwa tenían un brillo característico en ellos y nunca lo había abandonado, sin embargo, podía notar que me prestaba un poco más de atención de lo usual.
Por reflejo ladeé mi cabeza levemente y sonreí. El chico cambió al instante su seria expresión por una confortante sonrisa y luego volvió su vista a YunHo.

Entonces continuamos con el ensayo y nos enfocamos en los detalles que la coreografía presentaba. Para mi suerte, habían muchos de estos que los chicos querían repasar una y otra vez, por lo que la práctica no acabó hasta las primeras horas de la noche, cuando todos pudimos recoger nuestras pertenencias y volver a nuestras respectivas viviendas.

Sin embargo -y a pesar de lo agotada que estaba-, había deseado con todas mis fuerzas que ese momento no llegase. El momento en el que llegara a mi destino y la soledad me golpeara con la realidad sin compasión. Nada más cerrar la puerta principal tras mío, el peso del mensaje de Kwan cayó sobre mí, haciéndome asimilar de una vez por todas nuestra ruptura.

Un gran nudo se formó en mi estómago y sentí como mi pecho comenzaba a apretarse lentamente. Tomé asiento en el suelo y apoyé mi espalda en la puerta,  las lárgimas no tardaron en hacer su aparición y, antes de que pudiese notarlo, toda la tristeza que había contenido durante el día salió de mi interior.

Quizás debería haberlo visto venir, pero todo lo que significaba nuestra ruptura, el modo y los motivos por los que había sucedido, le había dado una gran ventaja a mi mente para atacarme con todo lo que tuviese.
Pasé horas cuestionándome la vida entera entre lágrimas antes de caer rendida debido al cansancio.

Y tan solo fueron tres horas las que pude dormir. A la brevedad de un pestañeo, mi alarma sonó y me vi obligada a ir al baño para intentar alistarme de la mejor manera. Lo último que hice antes de salir fue aplicar un par de gotas en mis ojos para arreglar el color rojizo con el que había despertado a causa del llanto.

Sin perder más tiempo, fui hasta el edificio de la agencia y me dirigí a la sala de ensayo. Allí encontré a los ocho chicos comenzando a estirar sus cuerpos y preparar sus musculaturas. Sonreí levemente e hice una pequeña reverencia con la cabeza a modo de saludo antes de dejar mis cosas a un lado y unirme a ellos.

Fue solo cuestión de minutos para que YunHo diese la práctica por iniciada.

Una de las ventajas de aquel día era la ausencia de un coreógrafo externo en el lugar; tan solo éramos nosotros nueve en la sala y no faltaba nadie por llegar.
Claro, era una ventaja porque hubiese sido una desgracia que otra persona hubiese visto el desastre que estaba haciendo.

A pesar de conocer los pasos, mi mente no estaba acompañándome ese día. Mis movimientos iban a destiempo y constantemente debía hacer un movimiento brusco para evitar chocar con uno de los miembros.

Dios, Summer, concéntrate.

Sin embargo, no sucedió. Aún peor: cuando estábamos por terminar la coreografía y tan solo faltaban unos segundos para que comenzara la parte final dirigida por MinGi, olvidé por un momento todo a mi alrededor y no fui consciente que lo que sucedía. Por ello, en cuanto la mano de San tomó mi hombro y lo empujó con fuerza hacia atrás, perdí el equilibrio y caí de espaldas.

Por suerte, YunHo estaba cerca de nosotros y alcanzó a agarrar mi cuerpo antes de que algún accidente ocurriera.
Sentí mi respiración cortarse a causa de la repentina caída libre que había sufrido y levanté la vista, notando como todos habían dejado de bailar y me observaban con preocupación y sorpresa. Podría jurar que Choi San estaba más pálido de lo normal.

Ay no.

— ¿Estás bien? — HongJoong fue el primero en reaccionar.

— S-Sí... — respondí intentando asimilar lo que acababa de suceder. San se acercó a mí y tomó mi brazo con sumo cuidado, ayundándome a estabilizarme una vez más — Tranquilo — intenté llegar a él con contacto visual —, en serio, fue mi error.

El chico me observó dudoso durante unos segundos y solamente pude sonreír muy leve y mostrar mis dos pulgares en alto en señal de que todo estaba bien.

— Tomemos un descanso — indicó YunHo. Tan solo habían pasado veinte minutos desde que comenzamos; jamás nos había otorgado un descanso tan pronto —, solo un par de minutos, ¿sí? — entonces me observó —, ¿está bien, Summer? — sonrió — No te preocupes.

Debido a las circunstancias, solo pude asentir y bajar la vista, avergonzada. Los chicos se dispersaron a los pocos segundos, yendo a secar su sudor, hidratarse o continuar con estiramientos.

Por mi parte, me limité a mantener la mirada fija en mis zapatillas mientras intentaba recolectar todos mis pensamientos y recuerdos en una gran caja bajo llave; realmente quería alejar todo lo que no tuviese que ver con las promociones y esta coreografía. Era inaceptable equivocarme así.

Demonios, todos confiaban en mí.

Entonces, una figura se acercó a mí y unos pies se detuvieron junto a los míos. A los pocos segundos, una botella de agua apareció frente a mi vista. Por instinto, subí la mirada para ver de quién se trataba. Y en cuanto mis ojos se encontraron con los de Park SeongHwa, finalmente pude silenciar mi mente.

El chico no dijo nada. No con palabras, al menos.
Sus pupilas se conectaban con las mías de la forma más pura. No podía encontrar decepción en ellas, tan solo empatía y... ¿compasión?

Una diminuta sonrisa apareció en mi rostro y recibí la botella de agua, agradeciendo con una reverencia. SeongHwa se mantuvo a mi lado sin decir palabra alguna, con tan solo sus ojos puestos en mi reflejo desde el espejo, como si supiera algo que el resto no; como si entendiese todo entre líneas.

— Gracias — murmuré, devolviéndole la botella luego de hidratarme.

— Bien, volvamos a comenzar — la voz de YunHo se hizo presente.

SeongHwa volvió su vista al chico y se volteó para dirigirse a su posición. Sin embargo, antes de dar el primer paso siquiera, posó su mano sobre mi cabeza y sacudió mi cabello con suavidad. Entonces se fue.

Sin saber cómo reaccionar a ello, miré hacia abajo una vez más, con una sonrisa un poco más grande, y me moví al centro de la sala.

Dazzling Light | Park SeonghwaWhere stories live. Discover now