Once

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— Buen ensayo, chicos — HongJoong sonrió en cuanto YunHo dio por finalizada la práctica —. Descansen bien hoy y mañana continuaremos.

Todos los presentes asentimos, accediendo a sus indicaciones. Luego, los chicos comenzaron a ordenar sus cosas. Imité sus acciones y me acerqué a la esquina donde mi bolso se encontraba, y me decidí por ordenar todo con suma lentitud.
De a poco, cada uno de los integrantes hizo una reverencia antes de despedirse y dejar el lugar. Eran las 20:00h y todos querían su tiempo personal, finalmente con un merecido descanso; entendía su satisfacción por irse.

Sin embargo, luego de que Park SeongHwa dejase la sala, fui la última en el lugar. Había ordenado mis cosas increíblemente lento a propósito para estar allí cuando todos se fueran, y había funcionado. Esperé inmóvil un par de minutos para asegurarme de que ninguno de los miembros estuviese cerca antes de volver a acercarme al equipo de música y poner en reproducción Wonderland una vez más.

Por supuesto que me quedaría a practicar. Las horas que fuesen necesarias.
Podía comprender los motivos por los que no había estado concentrada o atenta hoy, pero no podía dejar que aquello me excusara de arruinar la práctica. Sentía que había decepcionado a todos con mis errores, y no estaba dispuesta a que la impotencia nublase todo por lo que había estado trabajando este tiempo.
Entonces, intenté dejar todos mis pensamientos a un lado y me enfoqué en cada uno de mis movimientos.

A pesar del cansancio que pudiese sentir, la presión de arreglar el desastre que había hecho me dio las fuerzas necesarias para poder ensayar sin descanso.
Inicialmente había repetido los mismos errores que en las últimas veces con los chicos, llegando incluso a tropezar en un par de ocasiones.

— ¡Bien! — grité dando un salto de emoción cuando la coreografía acabó siendo perfecta.

Aplaudí por reflejo, celebrando frente a mi imagen en el espejo. El sudor corría por mi frente y mi pecho subía y bajaba increíblemente agitado, pero lo había logrado.
Observé entonces una gran sonrisa en mi rostro.

Y me quedé así, mirando fijamente mi expresión. Poco a poco, a medida que mis ojos analizaban más y más la escena, mi sonrisa se desvanecía.

Kwan.

¿Por qué estaba pensando en él de nuevo?

Lo perdiste por esto. ¿Es así como quieres seguir, Summer? Matándote con ensayos, descuidando a quienes más quieres, ¿para qué?
¿Un escenario?

Abrí mis ojos grandemente al sentir mis pensamientos golpearme con fuerza, ¿por qué ahora?
Sacudí mi cabeza y apreté mis párpados, molesta.
Por primera vez había salido bien y ahora mi mente comenzaba a sabotearme.

Solté un grito de frustración y caminé por el lugar, con la vista fija en el suelo y mis manos reposando en mi cadera. No podía dejar de pensar, y sabía que eso sería mi fin si volvía a intentar el baile de esa manera, por lo que decidí detenerme un par de minutos y recobrar el aliento.

Luego, me acerqué al equipo de sonido de nuevo y tomé la toalla que reposaba a un lado, secando el sudor de mi rostro y preparándome para comenzar de nuevo.
Sin embargo, en cuanto Wonderland inició, di un respingo al ver a SeongHwa a través del espejo, apoyado en el marco de la puerta y observándome fijamente.

¿Qué?
Debo estar alucinando.

— ¿Qué haces aquí? — tragué pesadamente, caminando hacia él.

— Son la dos de la mañana — soltó ingresando a la sala —, ¿que haces aquí?

Al escuchar sus palabras, bajé la vista por reflejo. ¿Las dos de la mañana? ¿En qué momento...?

— ¿Llevas seis horas bailando?

— ...debo hacerlo bien.

Relamí mis labios, sin saber cómo sentirme al respecto, y me quedé inmóvil mientras las pisadas del chico se acercaban a mí.

— No, debes descansar.

— No — alcé la vista —. La práctica fue un fracaso por mi culpa — me obligué a ver sus ojos —. No dejaré que vuelva a suceder.

— Ensayar así no es la solución.

Las pupilas del chico, a pesar de conservar su brillo característico, se posaban en mí con seriedad.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — insistí — ¿Acaso no deberías estar descansando tú también?

— HongJoong dejó su libro de partituras en la otra sala.

— ¿Y por qué no vino él? — pregunté escéptica — Los dormitorios están cerca de aquí, nada le hubiese pasado.

— Está editando en su computadora.

¿Editando? Aún quedaban promociones por delante, ¿y ya estaban preparando el siguiente álbum?

— Bien — murmuré, obligándome a mantener la vista sobre la suya. A decir verdad, la seria expresión de Park resultaba más intimidante de lo que podría haber imaginado, pero no podía controlar lo que sentía; una parte de mí estaba molesta con el mundo. Kwan me había dejado y yo había permitido que eso arruinase toda una práctica —, tal parece que todos estamos trabajando.

Y dicho eso, me volteé y caminé hasta el equipo de música para poner la canción desde un inicio.

— No te hará bien — advirtió el chico, siguiendo mis pasos.

— ¿Y eso qué? — solté impulsiva.

Entonces, antes de que pudiese tocar el equipo, SeongHwa aceleró su paso y se puso frente a mí, tomando mis muñecas y manteniéndolas a los costados, en el aire. Su cuerpo quedó a solo unos centímetros del mío y sus ojos buscaron mis pupilas sin compasión. Lo observé con atención, sorprendida ante sus acciones. De un segundo, todo a mi alrededor había cambiado. Nada tenía sentido, nada me atormentaba y no había nada más que él y yo.
Noté la forma en que sus ojos delataban que sus acciones le habían tomado por desprevenido a él mismo, sin embargo lo disimulaba bien mientras se mantenía firme:

— Suficiente por hoy, Sun.

Dazzling Light | Park SeonghwaWhere stories live. Discover now