Doce

325 44 2
                                    

¿Sun?

La pregunta había salido de mis labios en un murmullo. Las manos de SeongHwa continuaban afirmando mis muñecas y su cercanía me había hecho perder la impotencia que sentía.
Mi mente estaba en blanco y poco a poco mi vista se había perdido en su pecho, sin enfocar el más mínimo detalle.

— Basta de practicar — escuché nuevamente, pero no subí la vista —. ¿Has comido?

— Sí.

Mentí. Claro que mentí. ¿Acaso quería conseguir que se molestase conmigo?

Entonces, SeongHwa soltó mis muñecas. Mis brazos cayeron como un peso muerto a los costados de mi cuerpo y bajé la vista. No podía creer al punto que había llegado. Ni siquiera sabía si debía sentirme avergonzada de mis acciones o decepcionada por la escena que sucedía frente a mis ojos.

— Ve a casa.

Tragué pesado y suspiré. Mis ojos volvieron a hacer contacto con los ajenos y me resigné; no había siquiera una pizca de duda en la decisión de Park. No tenía caso continuar con aquello, no había forma de que me dejase volver a bailar.
Y lo que menos quería eran problemas con él.

Después de todo solo estaba preocupándose por mí.
Entonces me quedé inmóvil. Sabía perfectamente que podría haber seguido su camino y continuar con su vida, pero había optado por interrumpir mis intenciones y detener mi exigente práctica. Solo se preocupaba.

A pesar de que una parte de mí quería agradecerle con una cálida mirada y un pronunciado "gracias", solo pude asentir ante sus palabras y voltearme cabizbajo.
Aún con su mirada encima mío, fui hasta mi bolso y arreglé con desánimo mis cosas, agarrándolo luego y caminando hacia la salida.

Con cada paso que daba el peso de la situación caía sobre mi cuerpo, que cada vez se sentía más debilitado. No solo me había exigido más de lo recomendado, sino que también mi mente había maquinado más de la cuenta.

Entonces, cuando estaba a solo unos pasos de la puerta, me detuve y me volteé hacia el chico. SeongHwa ya había apagado el equipo de música y me miraba con atención. Me había decidido a agradecerle, pues necesitaba demostrarle que de todas formas comprendía sus acciones.

Sin embargo, cuando mis labios se separaron para poder soltar el primer sonido, el aire dejó mis pulmones y mis párpados se volvieron imposibles de sostener, mi cuerpo se tambaleó y lo último que pude ver fue la silueta de SeongHwa corriendo hacia mí mientras mi peso caía al suelo.

Cuando fui consciente otra vez, una cálida luz me obligó a entrecerrar mis ojos tan pronto como intenté abrirlos. Escuché un par de incomprensibles murmullos cerca y me obligué a incorporarme.
Fue entonces cuando me hallé en una cama, dentro de los dormitorios, con YunHo, San, HongJoong y SeongHwa frente a mí.

— ¿Q-? ¿Qué sucedió? — pregunté.

— Te desmayaste — dijo HongJoong —, SeongHwa vino por ayuda y nos dijo lo que había sucedido.

De inmediato mis ojos se dirigieron al chico de cabello negro. Su mirada estaba sobre mí, con disimulada preocupación. Aparté la vista levemente.

— ¿Por qué te quedaste, Sum? — San preguntó con sus ojos atentos a mí.

— La práctica no fue perfecta, pero para eso es que ensayamos, ¿no? — agregó YunHo, sonriendo con empatía — No necesitas llevarte al límite.

— Yo... — las palabras dejaron mis labios. Ahora estaba avergonzada de tener a los cuatro chicos preocupados por mí — No quería decepcionarlos, lo siento. Estuve muy desconectada y solo quería practicar de la manera en que debería haberlo hecho con ustedes ahí.

Dazzling Light | Park SeonghwaWhere stories live. Discover now