Limerencia

(28) El Yin y el Yang

Capítulo XXVIII: El Yin y el Yang.

Tipo de narración: Omnipresente.

Con la pisada de Chloe Gray, el trío Miller, los hermanos Petrov, Abby Martins y Jorge (quien siempre parece conocer alguien) en el jet privado de Samael, los británicos empiezan a moverse por Europa dejando a Dimitry a manos de los Crossbow Boys quienes aún siguen devastados por la muerte de Boozer y que apenas se están recuperando después de varios ataques seguidos.

Dimitry Ivanov reposa en la torturante cárcel de los Crossboys, desangrándose lentamente, hasta que el reloj le marque a Dominik Miller que debe detener el sangrado para que no muera. Lo harán sufrir por todo, por vender a Rusia a los británicos, por meterse con Nathan y “su chica”, y por ser cómplice del asesinato de Boozer.

Samael y su hermana pilotan el jet, Nathan mira por la ventana como el sol se oculta trás el cielo pintado de anaranjado; Chloe, que está sentada frente a Nathan, sigue devastada por todo lo ocurrido, aunque no lo manifiesta porque sabe que todos lo están. Abby escucha música con los audífonos conectados a su móvil mientras juega Candy Crush, Jorge baraja un mazo de cartas de póker aburrido y Nathaly se encarga de las finanzas de todas las propiedades Miller Klein. Todos en silencio, de luto, durante veinticuatro horas no pueden hablar, una regla que puso Nathan para homenajear a los suyos, en este caso, a Booz.

Alexander Milner enfoca todo su día en reunir pistas para encerrar a su enemigo y para acabar en conjunto con los alemanes que lo reclutaron, apenas consigue cosas que terminan en nada, lo único que tiene son las fotos de las cabezas decapitadas que logro tomar cuando se infiltró en la mansión Miller. Sabe que eso no será suficiente y que Nathan usará sus influencias para que todo parezca un malentendido, pero Alex quiere verlo caer y no se dará por vencido.

El rubio siempre fue iluso si creyó que Nathan no le iba a devolver el golpe, pues el psicólogo ya tenía una idea clara en su mente para ir desmembrando la cordura de Alex. Acabarlo, destruirlo y aplastarlo es lo único que entraba en la cabeza de Nathe, quien ahora estaba bebiendo una copa de Whisky para aliviar sus demonios.

La joven Gray golpea la madera de la mesa con sus dedos, ansiosa por pisar tierra canadiense luego de varios y arduos días en Rusia. Deseosa por ver a sus padres, a su hermano y a sus amigos; por un momento sus pensamientos se centraron en el atractivo chico que tenía al frente, pero se esfumaron cuando el jet se sacudió por más turbulencias.

Lisa descansa en su cama, envuelta entre sus sábanas pensando en la misteriosa niña llamada Freya que la ayudó en una situación que podría haber acabado mal. Jade, por su parte, organiza una fiesta de bienvenida para Chloe, que incluyen regalos y sorpresas que la dejarán sin aliento. Mientras la pelinegra decora con luces y limpia la sala con ayuda de Jake, los señores Knight preparan la boda para que la gótica se case con su primo quien se muere por meterse entre sus piernas e impregnarla con su repugnante escencia.

En esas pocas horas no dejaban de ocurrir cosas, algunas emocionantes, otras escalofriantes y otras que afectarían el futuro del trío de oro. Lisa no estaba preparada y seguía débil, Jade no sabía lo que sucedía a su alrededor ya que vivía sumergida en un mundo de mentiras y Chloe apenas tenía energías para lidiar con sus problemas.

En un hotel cinco estrellas de París se huele el olor a sexo dentro de una costosa habitación donde se mezclan los gemidos y jadeos de tres putas y el líder de la mafia inglesa, que no pierde el gusto por las prostitutas, como lo fue la madre de su hija hace ya un tiempo. Su gente se movía por toda Francia derrocando políticos del alto mando, acabando con clanes débiles del lugar, arrasando con todo a su paso con el fin de cumplir uno de sus caprichos, ser el emperador de Europa.