Limerencia

(5) En otro lado

Capítulo V: En otro lado.

Tipo de narración: Omnipresente.

Ella era una Diosa, no había duda de eso, había sufrido mucho en el pasado y seguía sufriendo en el presente. Aún así, ella no bajaba la cabeza, no era sumisa, no era como el perro callejero que con solo darle comida ya lo tenías lamiendo de tu mano.

Ella es una mujer difícil de domar, incluso para el más atractivo de los hombres, ella no caía con facilidad.  Se forjó, dura y resistente como el hierro. No ruega, no llora, no sufre.

En ninguna mitología existía una Diosa gótica, pero Jade Knight, podría serlo sin ningún problema.

Pero asimilando el como se ponía ese vestido negro que encajaba en su cuerpo con perfección, podríamos decir que Milner caería ante Jade.

La pelinegra se arreglaba con cuidado y delicadeza, se peinó el cabello dejando las mechas azules onduladas (tenía las puntas de azul). Se aplicó maquillaje, no exageradamente porque a decir verdad, Jade no necesitaba mucho para verse bien.

Milner, por su parte, se duchaba mientras cantaba al ritmo de Life Is Good, de Future. Estaba emocionado, pero él sabía que no era momento de cantar victoria, porque sabía lo complicada que es la chica con la que va a salir.

Aún así, estaba tranquilo, sereno, porque antes de invitarla a salir había estudiado sus puntos débiles y aprendió a como atacarlos. Si, el rubio tenía una... pequeña obsesión con la gótica.

Los últimos meses no solo la había analizado, también investigó el nombre de sus ex novios y el porqué terminaron sus relaciones. Buscó y se familiarizó con las aficiones de Jade, que era aprender idiomas, por eso era la mejor de su clase en francés.

Indagar todo sobre la vida de alguien no es difícil cuando eres un millonario heredero de una gran cantidad de hoteles canadienses. Tienes los contactos, el dinero y las influencias necesarias.

Pero no todo fue pan comido, lo único que no logró Milner con todo el poder que tiene, fue investigar a sus padres, solamente consiguió los nombres: Marcus Knight, Angeline Bourne, y nada más...

El rubio terminó de bañarse, las hebras mojadas caían en su frente, se secó y se colocó la toalla en la cintura dejando a la vista su pulido abdomen que también lo acompaña la V en la parte baja. Sus músculos resaltaban junto a sus 180 centímetros de altura.

Una vez en su habitación, se posó frente al espejo, se peinó y se tomó una sexy foto que subiría a sus redes sociales. Objetivo: Jade Knight.

A los pocos segundos la gótica vió la foto, se mordía el labio mientras detallaba los dotes físicos del rubio. Ella sabía que Alexander era guapo, pero también sabía que una cara bonita millonaria no lo era todo.

Mientras Jade terminaba de acomodarse, aplicándose los toques finales de maquillaje y un poco de perfume; Milner se vestía con vaqueros negros y una camisa manga larga vinotinto que se ajustaba a sus grandes brazos, pensó que así era suficiente, pero luego decoró la camisa con una corbata negra.

El rubio ya listo, busco su móvil y llamó a Jade para decirle:

—En 15 minutos estoy allá, bonita.

—Ok.

El rubio hizo una mueca de desagrado ante la sequedad de Jade, pero no le tomó importancia, él confiaba en si mismo y eso era más que suficiente. Se fue al garaje de su casa, habían variedades de carros: deportivos, todoterrenos y más.