- ¡mírate, pero que hermosa eres!

- dark shadow – la sombra no le respondió, pero pudo escuchar a su abuelo reírse

- descuida, parece que se están divirtiendo los dos – y era verdad, la bebe se carcajeaba con las caras divertidas que le hacia dark shadow

- ¿Quién es la bebé más hermosa? Tu eres la bebé más hermosa. Oh, sí lo eres, sí lo eres pffrrr

- ¡hyaaa, hahahahah! ¡hahahaah!

Dark shadow no paraba de hacerla reír con sus tonterías, y mientras él hacia eso, el azabache veía como su abuelo y su pareja se estrechaban la mano cortésmente, presentándose cada uno por sí mismo.

Bajaron todos a la sala, fumikage con la pequeña en brazos, ya que ella había reclamado ser cargada por él a pesar de recién conocerlo. A varios les pareció muy tierno que ella se aferrara a su ropa con tanta fuerza, como si no quisiera soltarlo, y la madre de la bebé se sintió decaída cuando la rechazo al querer cargarla.

Pasaban ya de las cinco de la madrugada, y los más pequeños se fueron a dormir. Aunque primero se negaron, alegando que no tenían sueño, pero cayeron de inmediato en cuanto tocaron la cama. Los demás se acomodaron en la sala. Los adultos charlaban amenamente entre ellos, riéndose de las anécdotas del trabajo de mitsuki, y alabando las maravillas que podía hacer masaru con una cámara en la mano.

La pequeña bebé siguió sin querer separarse del azabache, por lo que fue a sentarse en el sofá para no estar parado todo el tiempo. La madre intento varias veces cargarla, pero siempre era rechazada.

- oye, mocosa – dijo katsuki, asomándose por el respaldar del sofá – deja de ser tan caprichosa y vete con tu madre de una vez – ella lo miro con sus hermosos ojos azules, y extendió su manita hasta él - ¿Qué? ¿Qué quieres? – él acerco un dedo, y ella lo tomo firmemente, llevándoselo a la boca. Katsuki puso cara de disgusto – asco

- blhaa – dijo ella, soltando su dedo y extendiendo ambos brazos en su dirección – ba ba

- ¿y ahora que está diciendo?

- creo que quiere que la cargues – respondió el azabache, apoyando a la pequeña en su hombro, haciéndola pararse sobre su regazo

Katsuki la miro a los ojos fijamente.

- ¿es eso mocosa? ¿quieres que te cargue? – pregunto él, y ella estrello su manita en su cara

- ¡hahaha! – se carcajeo, siendo cumplida su petición

El cenizo la tomó entre manos y la colocó frente a su cara.

- ya ¿estás feliz? – le pregunto algo fastidiado por tener que cumplir el capricho de una bebé que apenas podía pronunciar palabra. Ella lo miró por un rato, hasta que alzo sus manitas y las puso sobre los pómulos del rubio, muy cerca de sus ojos, entonces sonrió alegre - ¿y ahora que te ha picado? – la pequeña se carcajeo – que extraña eres

- ¡oigan, familia! – llamo riomi, ganándose la atención de todos – faltan quince minutos para el primer amanecer de este año ¿Quién quiere subir a verlo conmigo?

- ¡qué buena idea! ¡vamos, vamos, quiero ver al solo alzarse en todo su esplendor! – exclamo una de las tías, dando ánimos a toda la familia para subir al cuarto de la azabache para ver al sol salir, ya que su cuarto estaba en el segundo piso, y su ventana era lo bastante amplia para permitirles a todos observar sin molestias, además de que contaba con un balcón bastante grande que apuntaba al patio trasero

Algunos se apoyaron en el barandal del balcón, y otros sólo observaron desde el marco la forma tan majestuosa que tenía esa enorme masa de fuego al elevarse y teñir el cielo de tantos colores tan magníficos y brillantes. Todos estaban maravillados, nadie podía apartar la mirada de tan hermoso momento. Masaru no perdió provecho y saco varias fotos, sonriendo feliz y diciéndose por dentro que era el amanecer más hermoso que había visto. Sin embargo, aparto la mirada del cielo, y la poso sobre su hijo, quien aún cargaba en brazos a la pequeña de ojos azules, a un lado del azabache, mientras los tres contemplaban el amanecer. Sin poder evitarlo, apunto la cámara hacia donde estaban ellos, y les tomo una foto sin que se dieran cuenta.

Caricias bakutokoWhere stories live. Discover now