𝐸𝑙 𝑝𝑜𝑑𝑒𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑑𝑜𝑙𝑜𝑟 [𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒]

Capítulo 16🔹

La noche transcurrió lánguidamente. La mañana trajo una nueva luz sobre la humilde mansión. La luz apenas comenzaba a filtrarse cuando un grito desgarrador interrumpió el tranquilo panorama.

Hermione estaba corriendo, tan rápido como sus pies podían llevarla. Se atrevió a mirar detrás de ella mientras entraba y salía de las altas librerías. No sabía cómo se había encontrado de nuevo en su prisión. Sólo sabía una cosa. Escapar.

Podía sentir a la criatura hinchándose detrás de ella; su papada abierta, grande y amplia, mientras disfrutaba de la persecución. Empujó con fuerza una de las cajas de libros, haciéndola caer junto con todos sus tomos vacíos, antes de lanzarse por la fila. Una estantería tras otra, cayendo como fichas de dominó, se estrelló estrepitosamente haciendo que la oscuridad se arremolinara como una plaga de humo. La oscuridad le pisaba los talones, ralentizando sus movimientos y enmascarando su camino mientras avanzaba hacia otra fila, tan parecida a las demás. Se había perdido en su laberinto, buscando desesperadamente la puerta que la liberara.

De repente, la criatura apareció justo delante de ella, haciendo que se detuviera; sus ojos se abrieron de par en par al ver su aspecto por primera vez. Era grande, de piel muy blanca, con un gran cráneo sin ojos, orejas ni nariz. Sólo tenía una gran boca abierta llena de dientes afilados y curvados, una larga lengua que colgaba retorciéndose como una serpiente mientras se arrastraba lentamente hacia delante. Se sostenía sobre cuatro patas, pero tenía una forma humana.

La piel estaba extremadamente tensa, perfilando los músculos excesivamente definidos de su pecho y espalda. Sus brazos eran del tamaño de los de un varón humano medio, y sus bíceps se ondulaban al mover su peso. Su espalda era ancha y encorvada. Sus patas traseras se abrían para mantener su postura baja, sus muslos muy ensombrecidos por la piel que tiraba contra el músculo, sin duda estaba construido con una gran habilidad para saltar. El final de sus patas sostenía grandes pies con garras igualmente grandes que arañaban el suelo de piedra. Sus grandes manos sobredimensionadas se acercaron aún más a ella. Tenía cinco dedos, pero cada uno de ellos contenía una garra larga y estrecha de color negro que parecía capaz de destrozar cualquier cosa con el menor esfuerzo.

Hermione sintió que el miedo en su interior salía a la superficie y que sus pies, repentinamente pesados, se detenían. Sus respiraciones salían en bocanadas irregulares mientras todo su ser temblaba.

"Por favor..." Suplicó que sus manos subieran para aferrarse a su corazón, "Por favor, mátame ya..." Estaba tan cansada, tan cansada de correr de una pesadilla a otra mientras miraba la base de sus miedos.

La criatura pareció sonreír más ampliamente mientras acortaba la distancia entre ellos. Se levantó sobre sus patas traseras, situándose a la altura de ella. Sus largas garras se extendieron hacia delante, agarrando su cabeza con sumo cuidado.

Hermione respiró por última vez y cerró los ojos ante el insuperable dolor que se avecinaba. Podía sentir su saliva goteando por la barbilla mientras apretaba los ojos, con lágrimas cayendo por su cara. Su agarre se tensó ligeramente.

"Por favor..." Susurró contra la garra que había rodeado su cara presionando directamente en la sien opuesta. La criatura soltó un gruñido bajo mientras su agarre se estrechaba dolorosamente alrededor de ella, sus garras se entrecruzaron, clavándose justo en sus sienes mientras ella dejaba escapar su grito de angustia desenfrenada.

Severus se había despertado al instante, con el corazón latiéndole en el pecho por la fuerza que contenía su voz. Era tan diferente a los otros gritos. Este era un terror puro y duro. Se le heló la piel al instante y se levantó de la cama de un salto, corriendo con los ojos nublados por el cuarto de baño. No se detuvo mientras iba hacia ella. Sus ojos estaban cerrados pero su boca seguía abierta por el grito que se había quedado sin aire. Su cara estaba roja mientras no tomaba una nueva respiración.