❝ xxvi ❞

63 11 16
                                    

Una semana transcurrió y las cosas siguieron su curso. Soojin y yo seguíamos almorzando juntas aunque ahora se nos unían Euna y Kihyun, a veces también Hyunwoo y Hoseok pero estaban tan ocupados preparándose para la próxima competencia que apenas se daban abasto entre las clases y los entrenamientos.

Lo que pasó entre Hyunwoo y yo no se volvió a mencionar tal y cómo acordamos. Era como si ni siquiera hubiese ocurrido pues él andaba por ahí tan tranquilo, siendo mi amigo como siempre, y era extraño porque los primeros días ni siquiera pude verlo a la cara por la vergüenza que me generaba, pero a él ni le afectaba, mantenía su promesa de no volver a hablar sobre sus sentimientos.

Tal vez gracias a su forma de sobrellevarlo, yo también pude volver a la normalidad y así podíamos continuar saliendo cada que podía. Como aquel día, el entrenamiento había terminado más pronto de lo esperado y él quería mostrarme algo que acababa de comprar por lo que me dirigí hasta el gimnasio para el equipo de natación y clavados. Era la tercera vez que iba a ese lugar.

Las albercas estaban abiertas a los alumnos los domingos y sábados por la tarde, ahí se daban clases de natación para quienes no sabían nadar y toda esa clase de cosas, realmente nunca me llamó la atención ir hasta allá a menos que tuviera que verme con Hoseok o, en este caso, con Hyunwoo.

Me detuve en la puerta, contemplando el azul claro y brillante de los azulejos. En la alberca ya no quedaba nadie, las únicas personas eran los chicos del equipo que iban saliendo. Algunos se giraban a verme rápidamente, provocando que me sintiera un tanto incómoda por estar tan fuera de lugar.

—¡Haha! —escuché la voz de Hoseok y lo vi venir hacia mí seguido de dos chicos—. ¿Qué haces aquí? —preguntó en cuanto me alcanzó.

—Estoy esperando a Hyunwoo —respondí y la sonrisa desapareció del rostro de Lee.

Los chicos tras él alzaron las cejas, sorprendidos. Pronto me vi rodeada por ambos y sus grandes sonrisas y ojos curiosos.

—¿Eres la novia de hyung? —el de ojos más rasgados habló.

—No deberías estar aquí —interrumpió Hoseok, de repente ese tono dulce con el que solía hablarme desapareció. 

Ahora era diferente, totalmente un extraño pues el chico al que tanto quería nunca me había hablado o mirado de esa manera, con tanta frialdad y seriedad. Como si yo fuera una tipa cualquiera que venía a irrumpir en las instalaciones aunque no estaba prohibido.

—¿Qué tiene de malo? —el otro por fin se unió a la charla, su tono grave me sorprendió, su voz era increíble.

—Sí —agregó el de ojos pequeños—. Tú siempre traes chicas también.

No supe qué sentir al respecto. Hoseok me estaba corriendo de un lugar donde podía estar, a donde él mismo había llevado a otras, quizás Euna era una de ellas, no me sorprendería pues hacían prácticamente todo juntos. Saber que Hoseok salía con más chicas y las llevaba a sus entrenamientos me molestó pero era extraño. No me sentía celosa ni nada de eso, sólo estaba ofendida y hasta me sentía traicionada, a mí nunca me invitó a verlo, las veces que vine a verlo fueron porque yo me invité sola.

Ahora se atrevía a decirme que no debía estar allí. 

—Igual me voy a ir cuando venga Hyunwoo —le dije, con la misma seriedad, presa de la cólera.

Hoseok se sorprendió, de nuevo, no esperaba que le hiciera frente. Estábamos tan acostumbrados a que yo aceptara todo lo que él decía que no sabía si el sorprendido era él o yo. Se repuso unos momentos después y rodó los ojos.

—¿Entonces sí eres su novia? —la curiosidad de los dos muchachos volvió a atacar.

—Es obvio —respondió el de la voz grave—. Es totalmente el tipo ideal de hyung.

—Ya, Changkyun, Jooheon, ¿no tienen clases? —Hoseok apretaba los puños—. Además, ella no es su novia, sólo son amigos.

—Si no eres su novia, ¿me puedes dar tu número?

—¡Jooheon! —el mayor parecía molesto, ahí estaba otra vez actuando como si estuviese celoso, si no saliera con Euna, lo creería pero era imposible, ¿quién cela a su mejor amiga teniendo novia?

Hoseok les hizo una señal para irse y ambos chicos parecieron dudar. No querían irse y yo no quería que se fueran pues eran muy graciosos y con ellos la espera sería más amena.

—Hablamos luego —me dijo Hoseok antes de irse, todavía con ese tono amargo.

Cuando desapareció de mi vista pude respirar aliviada, preguntándome qué demonios acababa de suceder. Antes de poder llegar a mis conclusiones estúpidas, Hyunwoo por fin apareció, con su mochila y el cabello húmedo.

Chocolate!! || Son Hyunwoo, Lee HoseokTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon