Chocolate!! || Son Hyunwoo, Lee Hoseok

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Soojin se dejó caer sobre el asiento frente a nosotros, Kihyun y yo volteamos a verla, sorprendidos por su repentina aparición. Su cara me lo decía todo, otra vez le fue mal con un chico. Suspire cansada, Yoo rodó los ojos, se acostumbró muy rápido a los arranques y enamoramientos pasajeros de Soojin.

—¿Ahora qué pasó? —pregunté.

—El tipo tenía novia —golpeó la mesa, enojada aunque el golpe lo dio más que nada para hacer ruido y no para desquitar su enojo, así de dramática podía ser—. ¡Hijo de...!

—Soojin —interrumpió Kihyun, apresurando a cubrir mis oídos—. Hay niños.

Mi amiga y yo reímos, gracias a eso el enojo de mi amiga menguó un poco, por lo que pudo bufar, deshaciéndose de su cólera por el momento. 

—¿Por qué los hombres son así? —se quejó Soojin—. Los muy malditos.

—Lo sé —concorde, todavía estaba molesta con Hoseok y Hyunwoo, tanto que no le respondía las llamadas a este último—. Sin ofender, Kihyun.

—No me ofende, tienen razón —se encogió de hombros—. Debe ser horrible tener que lidiar con ellos.

Después de la escenita que Lee y Son me montaron, decidí dejar de hablarle a ambos, ya iba más de una semana y Hyunwoo parecía querer insistir aunque lo hacía con timidez y me llamaba de vez en cuando, sin atreverse a enfrentarme pues respetaba mi molestia y prefería esperar a que yo estuviese lista para hablar. 

Mientras tanto, Hoseok ni siquiera daba una señal de vida. De hecho no lo había visto desde entonces, no llamaba ni me enviaba ningún mensaje. Tampoco quería que lo hiciera, sólo era un poco decepcionante que ni siquiera le importara arreglar las cosas, dentro de mí me sentí algo triste pero al mismo tiempo me sorprendía porque no me afectaba como creí que lo haría. Meses atrás, si él me ignorara de esa forma luego de una pelea, yo estaría llorando y luchando contra mi orgullo herido para ir y hablar con él, incluso si el error lo cometió él.

—Aunque creo que también deberías ser cuidadosa, Soojin —la voz de Kihyun me trajo de vuelta a la realidad, aquí venía uno de sus famosos sermones—. Siempre te estás apresurando.

—Claro, soy libra —contestó sínica. Kihyun se rió.

—Ya en serio. De verdad creo que debes tomarte las cosas con calma cuando conoces a alguien —mi amiga lo escuchaba atenta—. Te saltas la parte de conocerse y pasas directamente a las citas. Si quieres que las cosas funcionen, primero tienes que ser amiga de esa persona.

—¡Me hago su amiga!

—Coquetear no cuenta como amistad —resopló Yoo—. Y tampoco deberías hacerte amiga de los hombres porque estás buscando algo con ellos, si quieres una relación buena y duradera, sólo deja de buscarla y vendrá sola.

—Eso es una tontería —se quejó.

Kihyun volvió a encogerse de hombros, como si se rindiera con Soojin. Todo lo que había dicho era real y concordaba con él, sólo que Soojin era demasiado apresurada y demasiado cabeza dura para pararse a tratar de entender. Ella estaba empeñada en encontrar el amor de su vida y, según sus propias palabras, para eso debía besar muchos sapos.

—Era un consejo —se defendió y cambió el tema.

Conocía a Soojin lo suficiente para saber que todo lo que Kihyun le dijo le entró por un oído y le salió por el otro. A pesar de ser tan genial, Soojin era bastante tonta y terca. 

—Bueno chicos, yo me retiro —dije mientras me levantaba—. Tengo clase.

Mis amigos se despidieron de mí, ninguno preguntaba si ya me había arreglado con Hoseok o Hyunwoo pues entendían que no quería hacerlo. De sólo recordarlo me empezaba a enojar otra vez por sus tonterias infantiles.

Sacudí mi cabeza, alejando todos esos pensamientos de mi cabeza y después emprendí el camino hasta la facultad de idiomas.