Pero Blair no estaba. 

Me dejé caer en la cama y en cuanto mi mente comenzó a divagar, decidí que no quería hacerlo. 

Me tomé una pastilla para dormir.

~

La primera semana de agosto llegó más rápido de lo que esperaba, lo que me animaba un poco por el fin de las vacaciones. No pensar en otra cosa más que en trabajos, tareas, proyectos y lo que fuera para mantenerme ocupada. 

Sin embargo... me intriga por qué Draco no me ha visitado ni un solo día, es muy extraño viniendo de él... Llegué al punto de pensar en que está arrepentido, enojado o triste.

—Te buscan —me notificó Tom entrando a mi habitación.

—¿Quién?

—No sé, no puedo ver a través de una puerta —contestó arrogante como siempre y se fue.

—¿Ni siquiera abriste? —pero ya había cerrado la puerta, ignorando me.

Hice un resoplido y puse los ojos en blanco. Puse un pedazo de papel en el libro que leía y me levanté del sofá a un costado de la chimenea.

Bajé las escaleras con pereza. No esperaba a Draco, ya que él hubiera entrado como si nada. Tampoco a André ya que me hubiera avisado.

Solo llevaba una playera larga y ligera de color blanco con unos shorts no muy cortos de mezclilla, por el intenso calor que habitaba por todo el lugar.

—Lo siento, no queremos comprar... —dije con cansancio, abriendo lentamente la puerta y a la vez cerrando mis ojos.

Ya estaba un poco harta de los vendedores.

—Busco a la señorita _____, ¿Podría...?

Abrí mis ojos como platos al escuchar su voz.

—¡¿Cedric?! —me emocioné tanto al verlo parado frente a mí, con su sonrisa y su peculiar pero agradable perfume que me abalancé a su cuello y lo abracé con mucha fuerza—. No puedo creer que estés aquí.

—Créelo, hermosa —respondió él en mi oído y me abrazó por la cintura.

—Pero... ¿Cómo sabes dónde vivo? —le pregunté al fin de separarnos.

—Bueno... Desde que me mandaste esa carta, me he preguntado qué pasó contigo... Así que le pregunté a Hermione si sabía dónde vivías —fruncí el ceño al escuchar ese nombre—. Al principio no quiso decirme, pero aceptó después de tanta insistencia de mi parte.

—Te dijo... ¿Algo más? —le pregunté evadiendo su mirada y rascándome la nuca.

—Pues... por qué quería tu dirección.

—¿Solo eso? —mi voz sonó decepcionante.

—Obviamente preguntó que si algo te había pasado... Todo mundo nos preguntó, claro, a las personas que mandaste cartas.

—¿Todo mundo? —pregunté mientras lo dejaba pasar y cerraba la puerta.

—Así es. Ginny... Weasley, su hermano Ron, Nevole...

—Neville —corregí con una sonrisa.

—Ajá... Varios chicos de Gryffindor... No recuerdo más nombres, pero en cuanto te fuiste, se esparció por todo el colegio.

—Vaya, no creí que-

—¿Qué? ¿Qué preguntaran por ti? —hizo una sonrisa coqueta—. Cualquiera que te haya visto sabe quién eres, y cuando te fuiste... Todo mundo lo notó.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora