13. Al agua

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LENA

- Propongo que juguemos a verdad o atrevimiento- Dijo Yago levantando su copa llamando la atención de todos.

Algunos de los presentes dijeron que sí pero obtuvo un abucheo colectivo.

- No pienso jugar a eso. Es un juego que sirve de excusa para besar a alguien, y yo si quiero besar a alguien de aquí lo voy a hacer sin excusas.- Dijo mirándome con su preciosa sonrisa y se llevó la copa a su boca para dar un sorbo, dejando sus labios un poco mojados.

-Di que si Damiano- Añadió África animándolo.

-¿ Miras algo? - Me preguntó travieso notando como me había quedado embobada mirando sus labios.

-Yo no ¿y tú?- Pregunté de la misma forma que él, pasando mi brazo por detrás de su cuello.

-A ti. Estas preciosa con este vestido - Me susurro acercándose a mi.

Joder, este hombre sabia como ponerme nerviosa.

-Tu también estás muy guapo- Dije sin intimidarme y acercándome más a él. Lucía realmente bien, llevaba un bañador negro y una camiseta blanca. Bastante simple, pero él hacía que no se viera así.

Parece que mi comentario le gustó porque se le escapó una risa de los labios.

En ese momento la gente empezó a animarse de nuevo y todos se pusieron a bailar, así que muy a mi pesar me levanté de encima de Damiano.

Las chicas y yo nos quitamos los zapatos y nos subimos al sofá que estaba enfrente de los chicos y nos pusimos a bailar. Sentía como la mirada de Damiano quemaba sobre mi cuerpo, como me recorría desde las piernas hasta el escote pasando por mis caderas, y eso me animaba a seguir bailando.

Estaba echado hacia atrás en el sofá con una mano apoyada en el respaldo y la otra ocupada con un cigarro. Joder que guapo estaba cuando fumaba.

Seguí bailando y moviéndome todo lo sensual que podía mientras mi vista no se separaba de la mirada oscura del azabache.

Era muy gracioso ver como todavía era la única capaz de coordinar sus movimientos y no caerse del sofá como mis amigas.

Algunos de los chicos se movían incómodos en el sofá, ya podemos imaginar por qué y otros se limitaban a beber. Eran unos aburridos.

Victoria que estaba bailando a mi lado, se bajó del sofá y fue a por Damiano, le cogió de la mano y este me echó una mirada como si estuviera pidiéndome permiso. No le tenía que dar permiso de nada, es su amiga. Le sonreí y él me devolvió la sonrisa negando con la cabeza mientras se mordía el labio.

-Venga vamos, baila un poco- Dijo Victoria tirándole del brazo. Pero en uno de los tirones la copa que Victoria sujetaba con la otra mano, fue a parar encima de la camiseta de Damiano, el cual en vez de enfadarse se empezó a reír. Aunque se le había quedado una cara muy graciosa cuando se manchó.

- Joder Vic tía deja ya de beber- Le contestó mientras se ponía de pie.

No pude contener la risa ante la expresión que tenía puesta y solté una carcajada.

-¿Te hace gracia?- Me preguntó endureciendo su expresión facial poniéndose serio mientras se acercaba a mi ya que todavía seguía de pie en el sofá.

Se que no era el momento, pero me hacía muchísima gracia su cara y no podía dejar de reírme, uno de mis dones era reírme en los momentos más inoportunos.

Se paró enfrente mía y se quitó la camiseta mojada quedando solo en bañador y permitiendo ver su torso desnudo con los tatuajes que tanto me gustaban.

𝕀ℕ𝕋ℝ𝔼ℂℂ𝕀𝔸𝕋𝔼 •Damiano David•Where stories live. Discover now