2.2

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L O U I S

Louis abrochó su abrigo sobre el uniforme de trabajo, deteniéndose a acariciar su estómago que ahora estaba totalmente disimulado por las enormes prendas que vestía.

"Te amo, lobito" le susurró a su vientre.

"Bye, Louis" La beta que tomaba el siguiente turno se despidió, lanzándole un beso en el aire. Al omega realmente le agradaba lo amistosa que era la gente en el pueblo.

"Nos vemos, Katie" El omega se sonrojó levemente "Y suerte en tu examen de mañana. Te irá genial"

"¡Gracias, lindo!"

Louis estaba decidido a salir por la puerta trasera cuando un escalofrío le recorrió el cuerpo y sus rodillas se doblaron, llevándolo al piso de no ser por los brazos que lo atraparon antes de caer.

"¿Te encuentras bien?" Christian preguntó alarmado. El omega fue incapaz de apartar la mirada, atraído por los ojos amables y la sonrisa cálida del tierno alfa frente a él. Se distanció de inmediato cuando notó que lo tenía sujetado de la camisa, aferrándose a él como un niño pequeño.

"L-lo siento tanto" Louis tartamudeó, pasando su mano sobre la tela en un intento de alisarla.

Christian soltó una risita, enlazando los dedos del castaño con los propios "Debería atraparte más seguido si puedo tenerte así de cerca"

Con aquella revelación, ambos se sonrojaron, tomando distancia entre sus cuerpos con un brinco nervioso.

"Lo lamento, no se de donde salió eso" Christian se disculpó "Déjame llevarte a tu casa, por favor. Fue un turno largo y debes estar cansado"

"Te agradezco pero antes tengo que comprar algunas cosas del supermercado" El pequeño omega se encogió de hombros.

"Puedo ir contigo, seré de ayuda, lo prometo" Christian alzó su mano en juramento, haciendo reír al castaño, que terminó asintiendo con el labio entre los dientes y las uñas enterradas en la palma de la mano.

Louis tuvo una tarde animada, sus risas fueron pocas pero genuinas. Durante las horas que estuvo acompañando por Christian, se sintió protegido. El alfa era cuidadoso y atento con cada movimiento que hacía. Lo invitó a comer en un acogedor local y luego se aseguró de conseguir todos los víveres que el omega necesitaba. El castaño disfrutaba de su compañía porque siempre tenía algo interesante que decir y nunca lo presionaba para hablar.

Estar con Christian implicaba que nadie miraba su estómago con ojos crueles ni murmuraba críticas a sus espaldas.

"¿Ya tienes el nombre para tu cachorro?" le preguntó el joven mientras lo ayudaba a acomodar unas latas en los gabinetes de la cocina.

Louis lo miró consternado, sintiéndose como la peor madre al olvidar algo tan sencillo como eso. Todo el tiempo estaba tan abrumado con sobrepasar las dificultades del día, que nunca tenía el tiempo para permitirse idealizar.

"N-no, es que-" el castaño hizo una mueca avergonzada y el alfa negó rápidamente.

"Esta bien si aún no sabes, conozco gente que nombra a sus hijos hasta que nacen... ya sabes, para ver de qué nombre tienen cara"

Louis se rió, cubriéndose la boca con sus manos cuando la carcajada salió de forma inesperada.

"Quiero que el nombre de mi cachorro tenga un propósito" El omega le confesó, comenzando a sentirse tonto apenas las palabras cruzaron su boca.

cachorro [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora