☽ Capítulo 23 ☾

Start from the beginning
                                    

Me zafo de su mano para alejarme a las zancadas hacia donde se encuentran mis amigos. Ouran va con ellos, sus ojos cerrados apenas sangran ahora, pero sigue igual de mudo y abismado. Advierto que está nervioso. Sus manos se abren y cierran, su postura es rígida y las venas descuellan bajo su blanca piel.

—¡Qué calor! —clama Kuro. Se abanica y me contempla horrorizado—. Hermano, ¿cómo puedes llevar abrigo con esta temperatura?

—No es cualquier abrigo. Moon lo hechizó para que mi cuerpo esté siempre templado.

—Awww, ¡eso es muy tierno! Quiero un romance así —fantasea Nathan.

Me entran ganas de reírme, y no por diversión. Por delante de nosotros, el par de omegas magos van bromeando y retozando a cada lado de Moon. Me acaloro de molestia. Maldito sea todo, no puedo seguir así. Moon es mi Arcano, no mi alfa. Que hayamos tenido un par de momentos de intimidad, que hayamos intercambiado algunos besos, que haya dicho que me ama... son meras banalidades. Deben serlo. Lo que me hace latir violentamente el corazón cuando lo tengo cerca también es un estúpido delirio. ¿Pero por qué estoy tan jodidamente celoso?

Él confía en Mikaela y en Corey tanto para encomendarles la custodia de la aeronave y de nuestras vidas, y confía en mí tanto como para querer encerrarme en un cuarto, tanto como para tenerme toda una semana sin dar abasto de labores solo para que no me reste tiempo para cagarla.

Justo cuando comienza a cocinarse una de mis malas ideas en mi indignado cerebro —la de patear a los omegas para alejar sus apestosas feromonas de su lado, y luego patearlo a él—, Lya me espabila con una voz apenas susurrante.

—Hazel... tengo que hablar contigo.

Oh, qué sorpresa. Ella casi nunca da el primer paso porque su orgullo no se lo permite. En eso es como yo.

—Está bien.

—Vale... cuando estemos a solas.

Asiento.

—Yo también quiero hablar contigo —musita Ouran.

Volteo bruscamente la cabeza hacia él. El miedo que llevo constantemente encima como mochila al hombro incrementa estrepitosamente hasta ser imposible de cargar.

—P-Por supuesto... —balbuceo, lleno de incertidumbre—. ¿Qué sucede? ¿Te... te sientes mal?

Niega discretamente.

—Es... sobre Raegar.

El miedo se transforma en un pánico visceral. Freno en seco y siento mi cuerpo adormecerse. Kuro y Nate, que van inmersos en su charla, ni se percatan y siguen caminando, pero Lyanna y Ouran se detienen segundos después que yo.

—¿Qué? ¿Qué es? —Como la boca también se me entumece, mis preguntas suenan desarticuladas.

Ouran se mueve inquieto. Advierto a lo lejos que Moon nos echa un vistazo helado, incompatible con el calor del entorno, compatible con el sentimiento que me asalta.

—No ahora... —dice por lo bajo Ouran.

Lo sabía. Es algo malo. Y es algo que Moon no quiere que sepa.

De alguna manera me las arreglo para mover mis piernas y continuar como si nada hubiese oído. Al ver que Mikaela distrae a Moon, aprovecho para indagar en voz baja.

—¿No quieres que Moon se entere?

—No hablemos aquí. Probablemente ya sospecha todo, pero... no debe pasar mucho tiempo o... o volveré a perderme. Lo lamento.

La pena me desgarra el alma.

—No tienes que disculparte por eso. ¿Cuánto tiempo de lucidez tienes luego de una curación?

EXTINCTION【Libro I】|Disponible en físico|Where stories live. Discover now