—Trae el anillo.

—Es él.

—Son ellos.

—Trae el anillo.

—El anillo.

—Son ellos.

¿El anillo? ¿Son ellos? ¿A qué se refieren con eso? ¿Es el anillo familiar que menciono Loukas antes?

Siento la mano de alguien sobre mi cintura y miro de reojo de quien se trata, es sobre Wolfgang. Está detrás de mi caminando muy pegado. Trato de no desconcentrarme con el tacto de su mano en mi cintura.

Llegamos a una puerta de metal, entonces Loukas se acerca más a ella y la abre. Está hace un ruido de un chirrido al halarse. Loukas es el primero en pasar, luego yo, Wolfgang y de último Hakim, también con dos guardaespaldas, los otros dos se quedan afuera.

El pasillo es oscuro, hay poca luz, ya que está tintinea, y no hay luz en todo el pasillo. Luego de salir de ahí, llegamos a un lugar más abierto y mucho más grande. Al parecer tiene tres niveles, pero esta todo desmoronado, las paredes están caídas y no hay rejas ni nada para agarrarse en la orilla.

Hay varias personas, la mayoría de personas visten de negro, trajes desgastados o ropa rota, tienen tatuajes, muchos tatuajes y músculos, que a simple vistan dan miedo. El aura de este lugar no es para nada estable, ni bueno.

Se escucha ruido de música y palabrotas que sueltan por ahí, y puedo jurar que también se escuchan gemidos. Esto es muy descortés y horrible. Loukas se pega un poco más a mí, mientras se abre paso entre la gente, varias personas notan nuestra presencia y se nos quedan viendo.

Unos parecen temer, otros parecen que quieren matarnos por entrar a este lugar, deben de saber quiénes somos, o a que clase socia venimos, bueno, no sé cómo funciona esto acá, por lo menos yo nunca había entrado a este lugar, ni pasado cerca.

Llegamos hacia una persona que está sentado en un sofá rodado de varias mujeres y otras personas. Al parecer es chico, o coreano, no sé cómo sea eso. Eleva su vista y nos mira sorprendido y atentamente, se remueve un poco en su asiento, quedando recto.

—Wolfgang — habla sorprendido y con deleite— ¿qué trae al jefe de la mafia por acá?

—Klaus ¿no es así? — Wolfgang habla pasando hacia enfrente.

—A sus órdenes.

—Creo que usted conocía a nuestros padres — habla serio.

—¿Nuestros? — Klaus lo mira sin entender, y luego me ve a mí y parece captar — oh, tenemos a una Wilhelmine por acá — su voz se escucha con deleite.

¿Conocía a mi padre?

—Tienes sus mismos ojos, sus mismas facciones, todo a Thomas — comenta.

Frunzo un poco el ceño.

—Claro que los conocí, eran muy buenos amigos míos.

¿Mi padre siendo amigo de alguien de por aquí?

—Necesitamos que nos brindes información — Wolfgang vuelve a hablar.

—Mm, depende — vacila con la voz —¿qué quieren saber?

—Su trabajo, que es lo que hacían — Wolfgang contesta.

—Si sus padres nunca le dijeron su trabajo, ¿por qué yo tendría que hacerlo? — él se levanta de su asiento quedando más cerca de nosotros.

Wolfgang aprieta mi mano y sé que esto no le está gustando del todo, falta poco para que estalle, Wolfgang no es alguien muy paciente, quieres las cosas rápidas, a su manera. ¿Por qué los mafiosos no pueden ser pacientes?

No te enamores tarde #1 ✔️Where stories live. Discover now