22.

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El día ha llegado, le diré a Chaeyoung lo que siento, sin ninguna prisa pero sin pausa, con emoción pero no con locura, no soy Momo.

Eso me hace recordar la vez que le dijo a Yuta que lo amaba, la cara de ese pobre chico fue tan gracioso, a la final terminaron y ella se acostó con su hermana, días pasado, dias de recuerdos y anécdotas divertidas.

Limpio una lágrima falda y abro la puerta, Chaeyoung no es de esa clase de chicas que les gusta vestirse con cosas muy elegantes, lo peor de todo es que aunque se ponga una bolsa negra se ve hermosa y sexy, le doy un beso en la mejilla como saludo y ella me sonríes.

Con una mano sostiene el teléfono y con la otra una bolsa extraña que no se que es, es de color blanco y puedo ver que el interior o lo que hay es de color rojo sangre.

Por una razón aprieto las piernas entusiasmada y me siento frente a ella, sus ojos se posan en los míos y se quita los lentes de sol con lentitud, una maldita película de suspenso.

Subo la mano derecha a mis labios y los aprieto— ¿Como estas? —Pregunto en un tono seductor, quiero ver que provoco, se acomoda mejor en el sillón dejando la bolsita a un lado, aprieta los labios y rasca un frente con desinterés.

No sé porque siento que no quería venir y que solo lo hizo porque yo se lo pedí, eso me duele, no entiendo lo que está sucediendo, es como si no quisiera verme.

La entiendo tampoco es que es muy importante lo que voy a decirle además de lo que sucedió, yo también estaría así.

Mis ojos recorren su expresión e intento sonreír para que ella vea que sigo espera do su respuesta, no llega y me desespera.

— Estoy bien, gracias por preguntar —Cortante como un cristal, me quiere ver la cara de idiota o es que de verdad la fastidio.

Mis ojos pican y me levanto, camino a la habitación sin decir nada me tiro en la cama y suelto un suspiro desgarrador, se quiere convertir en lágrimas pero no lo dejo.

Sere más fuerte que esto.

— Vi que estabas con otra chica —Entra sin  pedirme permiso y se quita los zapatos,  se sienta a mi lado y acaricia mis muslos internos con sus fuertes manos— ¿Como se llama?.

— ¡¿Me seguiste?! —Exclamo e intento sentarme, sus labios en mis pechos me impiden volver a moverme, me baja los pantalones y quita el suéter que llevaba puesto, lo dobla y coloca en una esquina de la cama.

Siempre me ha intrigado la razón de su organización, todo tiene que ser perfecto, es más hace poco tenía un pantalones fuera de lugar y parecía que le iba a dar un infarto.

Pensé que era una loca y todavía lo sigo sintiendo— No, yo estaba en esa cafetería, ahora estoy aquí preguntándote ¿quién es? —Me jala de los muslos, se levanta y me deja con las caderas colgando entre el colchón y su entrepierna.

— Es una amiga —Simula estocadas que me hacen jadear, restriega su prominente erección en mi centro que se humedece con cada toque— Se llama Ji-Jihyo —Muerdo mi labio inferior, no quiero gemir si eso pasa va a sentirse orgullosa de lo que provoca en mi y no soy capaz de darle ese gusto.

Su lengua pasa por mi centro y succiona mi clitoris, jalo su cabello y la vuenvi a hundir, sacudo las caderas y aprieto los dientes con toda la fuerza posible.

Sacudo las caderas en su cara y su nariz roza mi pelvis, mme esta volviendo loca con simples besos en mi zona baja— ¡Joder! —Grito y llegó al orgasmo más rápido que he tendido, me confunde lo que hace, sale de la habitación y me siento.

Acomodo mi cabello despeinado y al entrar me deja boquiabierta, una venda negra esta entrelazada  a su mano derecha y la izquierda jala la punta, la acerca a sus labios y la muerde.

— Haremos esto más divertido aún —Me cubre los ojos, yo prefiero no moverme, quiero saber de lo que es capaz.

— ¿Que me harás Chaeng? —La excitación puede conmigo y sus gruñidos me indican algo, no puedo verla solo sentir que esta haciendo lo que sea que esta haciendo y que lo esta disfrutando— ¿Donde estás?.

No fui capaz ni de apagar las luces, ella me cego y ahora no la encuentro por ningún lugar— Aquí estoy —Tanteo y llego a su abdomen— De espaldas a mi —Ordena y me río, me gustaría creer que de verdad una broma, todo se va a la mierda, me da ma vuelta y me pega contra las sábanas.

Siento que me esta asfixiando, no soy capaz de decirle que eso está haciendo. Su mano me sube una pierna y me obliga a apoyarme con mis rodillas, mis codos me apoyan un poco y puedo respirar.

Me penetra con rabia, siento lágrimas formarse en mis ojos y caen hacía mis manos, me aferro a la sábana y grito, siento que se me desgarra la garganta y ella se detiene— ¡Duele! —Sollozo y no se detiene, como una fiera, va con rapidez y su vientre choca contra mi trasero, una y otra vez lo que me hace chillar, del dolor paso al placer y chirrido de mis dientes me consume.

Su respiración esta entrecortada lo que me indica que está cerca, su resistencia baja conmigo, apoyo la frente en mis temblorosas manos y vuelvo a gritar, un poco más fuerte.

Cuando actúa de esa forma hace que piense que ya no siente nada por mí, que ese te amo fue de mentira, que se equivoco, lo esta haciendo como para salir del paso, follarme com todas sus fuerzas y la poca cordura que le queda.

El orgasmo siendo lo único que le importa y yo ya no puedo sentir algo más allá que querer llegar— Mierda Mina —Gruñe en mi oído y una última embestida da por terminada la sesión.

— Carajo... —Me recuesto en la cama, dejando caer mi cuerpo casi muerto en ésta.

— ¿Para qué me llamaste?.

𝐒𝐄𝐗 𝐄𝐃𝐔𝐂𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍 Where stories live. Discover now