Nuestro Amor

47- Reunión familiar. Parte 1

-Lo siento -le digo a Connor sin poder ocultar ni borrar mi sonrisa por completo- Intentaré ya no distraerlo.

Él me mira escéptico y suelta un "gracias" que da a notar su poca fe en mis palabras cuando mi prometido se acerca hasta nosotros.

-¿Ya te vas? -pregunta en cuanto nos alcanza, deslizando su mano hasta la mía para entrelazar nuestros dedos.

El casi inaudible sonido de nuestros anillos de compromiso chocando suavemente -y la mirada fastidiada de Connor- me ruborizan. 

-Tengo prácticas en el laboratorio -le recuerdo- ¿Me prestas tus llaves?

Aaron niega con la cabeza.

-Te llevo.

Su respuesta me hace feliz, pero igualmente comienzo a pensar en alguna forma de negarme ya que tengo la suficiente conciencia como para sentirme apenado con Connor y Brendon por ser una constante distracción.

Ni si quiera alcanzo a decir ninguna palabra cuando Aaron -que me conoce lo suficiente como para saber cuando estoy a punto de darle la contraria- inclina su rostro hacia mí y me planta un beso en los labios que carece de cualquier restricción. Busca distraerme, hacerme olvidar de lo que estaba por decir para salirse con la suya y llevarme a la universidad como siempre lo hace. Y yo -que soy incapaz de resistirme a él de cualquier forma posible- termino por caer lentamente en su trampa conforme le voy correspondiendo el beso.

Desde que anunciamos nuestro compromiso, se siente como si nuestro amor hacia el otro se hubiera incrementado, multiplicado incluso. Los cariños, las miradas y sonrisas tontas, los besos y las caricias; todo eso se volvieron más constantes y profundos. Eso sin mencionar que la forma en la que hacemos el amor últimamente es... simplemente increíble. 

-Ahh, en serio... -se queja Brendon a lo lejos- No coman delante de los pobres.

Su comentario me hace reír contra los labios de Aaron. Él pretende no escuchar y busca continuar nuestro beso como puede por unos cuantos segundos más antes de separarse.

-Te llevo -vuelve a decir, esta vez más decidido que antes- Necesito mi auto para ir con mis papás más tarde y decirles lo de la cena.

Toma una de las correas de mi mochila, pretendiendo cargarla por mí para llevarla a su auto junto conmigo, pero yo -que no quiero convertirme en la razón por la que deje a sus amigos trabajando solos en su proyecto sólo para llevarme a la universidad- la jalo de vuelta hacia mí en un movimiento rápido y algo torpe.

-Puedo tomar el autobús -sugiero- O ir caminando.

Un sentimiento de vergüenza e incomodidad me invade cuando Aaron frunce un poco el ceño y me mira sin entender por qué lo estoy rechazando, como si -después de 3 años juntos y un par de anillos de compromiso- estuviera volviendo a hacerme el "difícil de conseguir" con él. 

-No tomará ni 10 minutos -repone- Te llevo.

-No, yo... -mi voz se apaga bajo su mirada azabache.

Ni si quiera sé qué decirle. Pienso rápidamente en algún argumento válido que ayude a que mi "intentaré ya no distraerlo" de hace un rato parezca más creíble tanto para Connor como para mí, pero no puedo ni decirlo cuando se me ocurre porque Aaron -nada dispuesto a perder la discusión- me quita mi mochila con un leve tirón y -sin ningún aviso previo- me toma de la cintura, levantándome en el aire. Yo ahogo un grito e instintivamente me aferro a él con mis manos.

-¿Qué clase de prometido sería si te dejo ir en autobús o caminando cuando tengo un auto perfectamente funcional afuera? -gruñe- Te llevo, no lo diré otra vez.