Capítulo 16

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Capítulo 16

Miércoles 5 de febrero del 2020. Noche.

Desde lejos daba la impresión de que estaba mirando al cielo, pero, cuando se acercó más, se dio cuenta que tenía los ojos cerrados. Gruesas gotas de agua caían sobre su pálido rostro y a ella parecía no importarle, ni eso, ni los truenos y relámpagos que reventaban sobre su cabeza.

Ella se veía tan tranquila, tan calmada y frágil como nunca se había mostrado antes. Parecía estar disfrutando el momento y Leslie se preguntó si no era ella la que estaba equivocándose al pretender devolverla a la casa, sin embargo, y cuando el segundo rayo de la noche se estrelló en el bosque, recordó que sobre ambas se alzaba una peligrosa tormenta eléctrica.

Caminó hacia adelante decidida y enredo ambas manos en uno de los brazos de Venus. Su reacción fue inmediata, ella llevó la cabeza hacia Leslie y la miró con interés, como intentando descifrar lo que hacía allí. Leslie no demoró en explicaciones y la jaló, llevándola de vuelta a la casa; Venus, haciendo todo lo contrario de lo que Leslie estaba esperando, no protestó ni intento soltarse. Se dejó arrastrar con total docilidad.

Leslie sintió un alivio monumental cuando la calidez de la casa la envolvió de nuevo, cerró la puerta y empujo a Venus hacia uno de los muebles. Incluso en la oscuridad de la sala se notaba con total claridad su expresión confundida.

—¿Por qué lo hiciste?

Sus mejillas se calentaron de indignación. Sabía que era una locura esperar que Venus le agradeciera, pero aun así jamás habría imaginado que le preguntara porque le salvó la vida.

—Estabas afuera, bajo una tormenta eléctrica. ¡Cayeron dos rayos! ¿No los escuch...?

—Eso no va a matarme —interrumpió Venus—. No es tan fácil.

—¡Hay una tormenta eléctrica afuera! —chilló Leslie apretando los puños con consternación—. ¡Podrías morir en cualquier momento!

—¿Por qué lo hiciste? —No se escuchaba alterada ni molesta, su voz era tranquila y serena. Palabras tan suaves como la seda que hicieron que Leslie olvidara la furia que estaba sintiendo para quedarse completamente perpleja parada en medio de la sala.

Su cuerpo temblaba por el frío, el agua se escurría por su cuerpo y el techo parecía a punto de desplomarse ante la fortísima lluvia, pero todo eso pasó a segundo plano porque Leslie no podía pensar en otra cosa que en la extraña actitud de la mujer que estaba sentada en el mueble, justo al frente.

Hubiera deseado que le gritara, que se burlara e incluso que la golpeara, porque esa era Venus, esa era la mujer a la que conocía y evitaba, sin embargo ahora se mostraba tan dócil, tan mansa, que Leslie no sabía que esperar. La miró fijamente, esperando ver cualquier asomo de burla en su rostro o el brillo desquiciado de sus ojos, pero nada de eso pasó. Las acciones y palabras de Venus estaban tan fuera de su personaje que Leslie se sintió por completo desconcertada.

—No lo sé, solo lo hice porque... pensé que necesitabas ayuda. Tómalo como... como si te estuviera devolviendo el favor —murmuró Leslie.

—¿Crees que estamos a mano ahora? No me salvaste de nada

Ese comentario ligeramente prepotente se acercaba más a la Venus que conocía, aunque no terminaba por ser ella del todo. Sin embargo, consiguió que Leslie recuperara el coraje para enfrentarla.

—¿Por qué me salvaste tú, entonces? —preguntó casi a gritos—. Esa noche en el bosque, ¿por qué me trajiste aquí?

—¿Estás quejándote porqué te salvé la vida?

El bosque de las brujasWhere stories live. Discover now