Capítulo 11: Manteniendo el apoyo

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Fui a clase sin Paula, ella se quedó en casa. Mis padres dijeron que tenía suerte de que no la donasen, hasta les oí discutir por si me estaba causando algún problema en vez de alguna ventaja. Según Paula, confiaba en que se les pasaría, pero que para eso ambos debíamos demostrar poder aguantar con su decisión, que lo viésemos como una restricción y no como algo definitivo.

Se me hacía raro asistir a clase sin ella, unos me preguntaban por lo que le había pasado, mientras que otros me preguntaban por cómo fue el combate que hicimos el otro día. Víctor estaba a mi lado para ayudarme a no pensar en ello, no negaré que se me hacía difícil. Al menos le tenía a él para pasar el rato.

En clase, la profesora Carrasco anunció que Paula iba a ausentarse de manera indefinida, pero que no se debía a nada por lo que preocuparse, de manera que podríamos seguir con la clase sin problemas. Paula me pidió que tomara nota de todas las materias que se diesen en clase para que se las pueda enseñar a ella cuando volviese, de esa manera ella no se perdería aprendizaje dado en clases.

A la hora del recreo, Víctor me ayudó a estar con el resto del grupo. Era bastante tímido sin Paula, pero intenté mantener una conversación de todos modos. Era difícil puesto que estar con ellos no era tan frecuente y además de ser juzgado por estar más con Paula que era una Pokémon.

Al grupo se acercó quien no esperaba verme, Eric. Ya daba por sentado que vendría con malas intenciones, y eso parecía al principio porque era a mí a quien buscaba. Pero no vino a reírse o pedirme nada más que una cosa: mi perdón. Me sorprendía ver que Eric se estaba disculpando conmigo, y era porque sus padres también le reprocharon a él insistiéndole en cómo debía comportarse un entrenador de verdad con un rival si tan bueno quería ser. Me quise negar a perdonarle después de lo que le hizo a Paula, aun con el apoyo de los niños del grupo. Como última baza me contó que su Pawniard también se lo quitaron, y que en verdad sentía tantísimo aprecio por él como yo por Paula.

Mi expresión cambió de enfado a mirada desviada, ahora sentía lo mismo que yo. Mi respuesta final fue que no iba a perdonarle hasta que Paula pudiera volver, y Víctor añadió que esto fue culpa de Eric, así que debía aceptar mi NO. Apretó el puño con fuerza estando bajado, pero luego abrió la mano y suspiró. Dijo que lo entendía y que esperaría a que Paula volviese para disculparse de nuevo conmigo y de paso a Paula también.

Antes de que se pudiera decir o hacer algo más, la campana de clase sonó y tocó volver al aula. Lo que quedaba de clase fue igual que antes del patio, apuntando las enseñanzas de la profesora. Y una vez que terminaron las clases de hoy, tocaba volver a casa. Acompañado por mi madre me preguntó si me había ido bien en el día de hoy, y tras un Sí le conté el resto de cosas que aprendí y pasaron hoy. Se la veía contenta de verme bien, y mantenía esa calma durante el camino a casa.

Cuando por fin llegamos, Paula estaba ahí para recibirnos. Contento de verla le dije que tenía los apuntes de hoy, pero antes de ir a ninguna parte debía lavarme las manos primero. Inmediatamente después de eso, Paula y yo fuimos al salón para mirar los apuntes.

Yo ayudándola y ella aprendiendo, mi madre se sentía mejor por ello. Horas después llegó mi padre, y mi madre le contó como estaba el primer día sin Paula en clase. Se sentía más calmado, pero no se calmó tanto como mi madre, aún estaba preocupado. Paula dedujo que hoy no iban a levantar el castigo, aunque no había que considerarlo un esfuerzo en vano y seguir así.

Días y días pasaban con la misma rutina, casi no me enteraba de qué novedades iban pasando mientras hacíamos lo mismo. Pero un día...

Continuará...

Mismo DestinoWhere stories live. Discover now