Capítulo 8: Un mal más

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Aunque fuesen nuevas amistades, debo decir que no estaba acostumbrado todavía, ya que no las valoraba de manera tan especial como lo fue hacerme amigo de Paula y Víctor en el pasado. Aunque tanto para bien como para mal, ellos fueron de los muchos que influenciaron mi historia.

De vuelta al aula y a nuestros asientos, lo poco más que podía improvisar la profesora el primer día de clase fue contarnos cuales iban a ser las asignaturas, el horario, las clases y tipos de actividades futuras. También nos preguntó cuales eran nuestros objetivos de cara al futuro, y todos respondimos cuales teníamos en mente en ese momento. Pese a lo jóvenes que éramos, había tanta diversidad de objetivos que nadie tomaba en broma al resto. Yo era de los que aún no tenía claro a qué dedicarse porque pensaba en las muchas cosas que se pueden hacer. Y cuando llegó el turno de Eric, él dijo que quería ser la persona más importante del mundo. Habían quienes contuvieron la risa, pero él se mantenía firme y con una mirada decidida. Admito que por como me trató antes, yo no le daba el visto bueno.

Acabó la clase y nos fuimos cada uno a casa y estaba despidiéndome de Víctor acompañado de Paula, pero para nuestra sorpresa Eric se acercó para decirme algo, que sentía como me trató anteriormente. Prometió no tratarme así de nuevo y que cumpliría su sueño, así como desearme que yo encuentre el mío. Después de ello, se fue acompañado de una compañera nuestra, la cual nos miró a nosotros con una expresión vacía, pero a Paula le dirigió una mirada fruncida.

Acompañados por mi madre, llegamos a casa para descansar y hablarles a mis padres de como fue el primer día. Estaban contentos de haberme relacionado con más gente, y decían que ya no iba a necesitar estar tanto al lado de Paula. Me molestó ese comentario, y mi madre (quien lo dijo) se disculpó alegando que se le escapó y que no era con mala intención.

Mi madre se fue a conseguirnos el material para la escuela, y mi padre se fue a su cuarto a encargarse de asuntos de trabajo. Ninguno de ellos seguía preocupado por si me obsesionaba con Paula, pues lo que querían era que me ayudase a superar mi miedo a los Pokémon, no a hacerme compañía en clase. Aún se incomodaban por ello, pero no tenían una razón justa para retirarla del colegio.

Al día siguiente, ya empezaban a ser las clases de verdad: teorías, resúmenes, ejercicios, pruebas, etc. Para ser el primer día de clase, Paula demostraba ser bastante inteligente a la hora de entender las materias, pero el la segunda mitad del día de clase, ella conoció a alguien especial.

—Muy bien alumnos, ¿quién puede decirme las efectividades del tipo Psíquico? —Preguntó nuestra profesora.

—Yo puedo responder, dado que soy una Pokémon tipo Psíquico —Respondió Paula—. Los movimientos de tipo Psíquico...

—Son muy eficaces en los tipos Lucha y Veneno; poco eficaces en el tipo Acero; y nulos en el tipo Siniestro —Respondió una alumna.

—¡Oye, iba a responder yo!

—Y los Pokémon de tipo Psíquico son débiles a los tipos Bicho, Fantasma y Siniestro; aunque al menos son resistentes al tipo Lucha.

—¡¿Es que no me oyes?!

—Chica... No, Pokémoncita, deberías calmarte. Si tan bien te sabes la respuesta, deberías dejar que otros respondan para tener más mérito. ¡Oh! Olvidaba que son resistentes a su propio tipo... ¿O será que no son eficaces en sí mismos?

—¡Paula! ¡Tamara! ¡Basta las dos! —Exigió la profesora.

Paula estaba enfadada y no podía apartar la mirada de ira de Tamara, así que Víctor y yo intentamos tranquilizarla. Esa chica era Tamara, y era la chica que hacía compañía a Eric. Al parecer, del mismo modo que Eric me cogió manía a mí, Tamara lo hizo con Paula. Hasta podía ver que a Eric se le escapó una risilla.

La profesora volvió a informar a nuestros padres de otra reacción, y en casa nos volvieron a echar un sermón. En defensa de Paula, ella alegó que quería participar como una alumna más, y que Tamara fue muy grosera por cómo fue. Por suerte, en aquel momento nuestros padres no estaban tan alterados, así que no hubo más castigo que el reproche.

Nos iba a esperar otro día mañana, pero pensar en que Eric podría volver a molestarnos y que Tamara empezara a dar problemas nos quitaba estar tranquilos cada día de clase.

Continuará...

Mismo DestinoWhere stories live. Discover now