"30"

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    —Yo me sé una canción, se llama 'Himno de Victoria', tiene una parte rápida que se sentía como rap, ¿quieres escucharla?—pregunto a Lorena, ella asiente por compromiso, aún así me aclaro la garganta para empezar a entonar—. Iba así: cada vez que el mar rojo tú tengas que pasar, llama siempre a ese hombre que te va a ayudar, en la hora más difícil es cuándo él te ve...

—No hace falta que la cantes, la buscaré después—me interrumpe malhumorada.

—Me has dicho que la quieres oír...

Ella me mira como si me hubiese escapado de un sanatorio mental.

—Sí, pero tu voz es horrible—masculla, entonces deja de leer y se centra en mi rostro—. Es irrespetuoso que creas que por servir a Dios no escucho nada más que música religiosa, ¿sabes? Estoy harta de ese estereotipo, veo series también, y tengo crushes en famosos, como tú, como cualquiera.

Abro la boca, pero nada sale.

—Así que deja de tratarme como si perteneciera a una secta—continúa hablando—, me gusta Lana Del Rey, One Direction, Grey's Anatomy y Mean Girls como a ti.

Me toco el cuello, el peso de las miradas comienza a afectarme físicamente, ya es extraño verme sentada con Lorena, lo es más aún que intercambiemos palabras, pero el silencio sepulcral entre las dos comenzaba a estrecharme el pecho y acelerarme el corazón de forma enfermiza.

Necesito hablar para despejar la mente.

Ha pasado un día y medio desde el viaje a Albany y Hera no ha querido saber nada de mí. No se molestó en recibir ninguna llamada, de ningún celular, Hunter, Lulú y Eros trataron de hacerle entender la situación, de intervenir en su berrinche sinsentido, pero al parecer, perdió la audición, pues no escuchó a nadie.

Anoche luego de tratar de resolver las cosas enviándole correos electrónicos, me sentí culpable por callar, incluso creí que acompañar a Mandy fue un error, la errónea reflexión duró una exhalación.

Debí mencionarle sobre el viaje, no la razón, debí darle la misma mentira que a Martín, el problema es que anticipaba su reacción y temía por eso, ¿pero por qué tenía que ser así? ¿Qué poder tiene sobre mí? Podía estar en desacuerdo, pero no prohibirme nada. Mi error fue ocultar información por su propia actitud de mierda, pero adoro a Hera, no sabía la importancia tan pesada que tiene en mi vida, hasta que me vi extrañando sus mensajes en el chat grupal, sus comentarios sobre esa serie que vemos a la par, atiborrarnos de comida chatarra en su casa los domingos mientras vemos una película...

Es que, ¿por qué tengo qué ser tan cobarde y ella tan... ella?

Lorena enarca las cejas, esperando una respuesta a su monólogo.

—A ver, si eso es cierto, ¿cuál es tu álbum favorito de Lana?—cuestiono, cruzándome de brazos.

Honeymoon.

—Se nota.

—Tú apestas a Ultraviolence—replica, abro la boca ofendida a pesar de que atinó.

—Es Born To Die—miento.

Claaaro—arrastra las palabras, mirándome escéptica.

—¿Irás al viajecito ese? Sale el miércoles—pregunto antes de que suelte la conversación—. De ahí en adelante vacaciones decembrinas, Lorena, ¿no te emociona?

—Me emociona saber que no los veré hasta enero—replica desdeñosa, cerrando el libro.

El timbre anuncia la culminación de las clases, ella se encoge de hombros dando por terminada la conversación. Enseguida el alboroto de libros y cierres opacan el susurro de las voces. Tomo una larga bocanada de aire y comienzo a recoger mis cosas. En unos minutos tengo reunión con el consejero escolar para charlar sobre la universidad, y mis ánimos de hacerlo van en declive.

The German Way #1 ✓ YA EN LIBRERÍASWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu