—Tal vez. —dijo encogiéndose de hombros. 

—Por cierto, ¿seguirás llamandome así, a pesar de que ya acepté ser tu novia? —preguntó curiosa la de cabello ciruela con una sonrisa repelente.

—¡¡Vamos a una cita!! —exclamó con una gran sonrisa de la nada, ignorando convenientemente la pregunta de la joven.

Esta rodó los ojos antes de asentir.

—¡¡¡Kuroba!!! —se escuchó un grito a lo lejos.

—Kaito. —le dijo Akako en forma de reproche.

—Iré a buscarte a la una. —afirmó antes de desaparecer.

Akako solo dio un suspiró resignado, Kaito siempre será Kaito.

Akako solo dio un suspiró resignado, Kaito siempre será Kaito

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Un par minutos antes

Un muchacho de cabellos y ojos negros con pecas en su rostro, se estiró en su silla al sonido del timbre, mientras a su lado una rubio-fresa suspiraba agotada.

—¿Que vamos hacer ahora? —preguntó la chica frotándose el puente de la nariz.

—Ehh, bueno, yo podría terminar lo que falta y enviartelo, podrías hacer los retoques que quieras, si quieres, claro. —le dijo Mitsuhiko, era bastante notorio que la joven a su lado no se encontraba en sus mejores momentos.

—Te agradecería, la verdad. —le dijo estirando su espalda, haciéndola crujir.

—Oh, si. —murmuró con una mueca al oír el crujido. 

—Hey, Haibara. —llamó un joven de cabello negro, ojos azules cobalto y lentes cubriendo su rostro. —De prisa.

—Si, si. —comentó desganada levantándose de su asiento, no sin antes sacar un disco de su bolso. —Por cierto, Tsubaraya-kun, debes hacer eso. —habló Ai, antes de acercarse a la puerta donde esperaba el detective.

—Si. —murmuró antes de tomar sus cosas y levantarse, pasó al lado de sus amigos escuchando parte de conversación encontrando el motivo de lo mal que se veía la joven.

—¡¡Es enserio!! ¡Este es el último caso, así que por favor descansa! Incluso yo me tomaré un descanso, ¿sí? —le pidió el oji-azul.

Mitsuhiko no prestó más atención a eso debido a que en la siguiente clase, veía como su amiga y crush "secreto" veía en dirección de sus amigos. Se acercó a ella desvaneciendo todos los nervios e ideas de lo que tenía pensado decirle.

—¿Todavía te gusta? —le preguntó en un extraño tono que la joven pelinegra no supo identificar.

—¿Eh? —soltó confundida, apenas prestando atención a su alrededor. —No, digo si… yo no sé exactamente. —murmuró con un ligero rosa en sus mejillas.

—Ya veo. —dijo Mitsuhiko viendo como el de lentes acariciaba el cabello de una sonrojada Haibara, que rápidamente le dio un manotazo para que dejara de hacer eso. Lejos de enojarse el detective empezó a reír.

—Si. —dijo duramente antes de mirar a su amigo, que sin darse cuenta no puedo despegar su mirada, repasando cada una de las pecas del listillo.

—Adiós, Mitsuhiko, Ayumi-chan. —se despidió Genta corriendo a su lado, hace dos días está tratando de atrapar a Sera para que lo entrené, claro que como el fanático de la comida que es, solo quería impresionar a una chica.

—Adiós, Genta-kun. —se despidió Mitsuhiko con una sonrisa. —Por cierto, Ayumi...chan... —se detuvo al darse cuenta de la mirada perdida de su amiga.

—¿Eh? Ah, yo iré por mi mochila, si, mi bolso. —dijo Ayumi nerviosa con las mejillas rojas.

—¿Eh? Si. —le respondió el pecoso totalmente confundido por los nervios repentinos de su amiga.

Avergonzada abrió la puerta de su aula, solo para ser víctima de una broma de Kaito.

—¡¡Kuroba-kun!! —gritó molesta.

Sin que esos dos lo escucharan otro grito proveniente del salón de química y del baño de deportista féminas se oyó, Kaito estaba en serios problemas.

Molesta Ayumi salió de nuevo del salón y empezó a caminar hasta la salida donde seguro el mago estaría con una gran sonrisa, al ver esto Mitsuhiko la siguió tratando de que tomara su chaqueta pero esta en su molestia no se daba cuenta de nada, mientras que Ai al ver esto la siguió.

—Edogawa, vete primero, te prometo hacerlo después. —le dijo antes de seguirla. Mientras que el detective daba un suspiró agotado aún con una sonrisa en su rostro.

Al llegar no encontraron al mago, pero sí a tres de sus amigas, molestas también con el mago.

—Esto es demasiado. —gruño Sera, sacando su teléfono.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó Ran extrañada.

—Llamando a todas las que más han sido víctimas. —le respondió empezando a hablar sobre una reunión.

—Si, el chico necesita escarmiento. —habló Sonoko con una sonrisa malvada.

—Si, y tú irás conmigo. —le dijo Ayumi a Ai. 

Esta solo se encogió de hombros y tomó la chaqueta de Mitsuhiko para dársela a su amiga, estaba tan molesta que no notaba lo que pasaba a su alrededor. El joven al haber cumplido su cometido se marchó, no quería estar envuelto en ese escarmiento que piensa Sonoko, sabía que terminaría saliendo mal.

Quién hubiera pensado que tan mal.

¡¿Quién eres!?Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon