Capítulo 11

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Lo sabía

En una tranquila mañana como todos los días, desperté con la alarma de un teléfono, claro que el ritmo era desconocido para mi.

Abrí uno de mis ojos despacio acercando el celular, 5:30 a.m.

Apague la alarma y me senté en la cama estirando mi cuerpo con un largo bostezo. Repare el lugar, un cuarto sencillo, los estantes llenos de trofeos de diferentes deportes.

Di un suspiro, sabía exactamente lo que pasaba.

—¡Masumi! Levántate. —escuché la voz de una mujer. —Se te hará tarde.

Volví a suspirar antes de levantarme, ya había visita a Sera, así que realmente no es problema saber un par de cosas de la casa o de la misma.

Entre al baño viendo a una joven de cabello corto rizado negro y ojos azules.

Lo sabía. —pensé dando un suspiro.

Me di un baño mientras pensaba en como solucionar todo este embrollo. Salí del baño y me cambié, me quedé mirando mi reflejo.

Un pequeño cambio no está demás. —pensé agrandando mi sonrisa, antes de tomar un par de cosas y arreglar "mi" cabello.

—Masumi. —me "llamo" una mujer rubia de cabello rizado, ojos rasgados y verdes.

—¿Me veo mal? —pregunté, me había peinado luciendo más seria y presentable, un ligero toque de maquillaje que hacía pasar por natural.

Debo aprovechar lo que puedo, Sera nunca dejaría que le maquillara, por muy bien que quede.

—No, para nada, te ves muy hermosa de esa forma. —me dijo Mary, la madre de Sera.

Solo di una sonrisa antes de acercarme a comer.

Al llegar a la escuela lo primero que escuché fueron los gritos de Aoko-chan al parecer llamándome.

—Hey, ¿sabes qué le pasa a Nakamori-chan? —pregunté acercándome a una estudiante.

—Quien sabe, es raro que ande tan molesta y maldiciendo a todo el mundo. —me explico nerviosa antes de salir corriendo.

Molesta y maldiciendo, ¿eh? No podía ser más obvia. —pensé riendo inevitablemente.

Seguí mi camino sin darle importancia a los gritos a la distancia, sabía perfectamente quién era y lo último que quería era que Sonoko la atrapará.

Además debía hacer un anuncio para tranquilizar a las demás. Llegué a la radio y di mi mensaje, tan rápido como aparecí me fui, también tendría que asistir a clases.

Tengo muchas cosas que pensar y más aún encontrar una solución a este problema, no tenía muchas formas así que tendría que acudir a la biblioteca.

Cuando por fin la primera clase terminó me levanté, tendría que ir a la biblioteca a buscar algo que me ayude con la situación. Tendría nada más cinco minutos de intervalo entre cada clase así que tendría que aprovechar cada segundo.

—Espera, espera, ¿yo? ¿Suzuki-san? ¡¿De qué hablas yo soy…?! —escuché la voz consternada de Sonoko, de algún modo su tono era bastante relajada a comparación de como siempre lo ha tenido.

Rápidamente me interpuse en medio de ellos, al parecer ella no había comprendido la situación y es completamente normal. —Makoto-kun, hola, discúlpeme un momento, necesito a Sonoko. Muchas gracias. —hable tan rápido como pude, esperando que no me detuviera porque nuestra fuerza es abismal. Tome del brazo de "Suzuki" y corrí lejos de allí, buscando un lugar donde nadie nos escuche.

Una vez nos detuvimos mire detenidamente a "Suzuki" que respiraba agitada, El cuerpo de Sera no es tan malo si soporta este tipo de corrida.

—Sera-kun… ¿qué…? —trato de hablarme, pero todavía necesitaba oxígeno para recomponerse.

—Primero que todo, soy Akako y tú debes ser Aoko-chan.  —le expliqué mientras arreglaba "mi" cabello.

—¿Eh? ¿Akako? —preguntó confundida. —Y claro que soy yo. —afirmó molesta, al parecer no había notado eso, por lo que tuve que sacar conclusiones de lo que estaba pasando por su cabeza.

—Primero que todo, esto no es un sueño, no estás en un mundo paralelo o caíste en otra galaxia. —explique detalladamente.

La vi sonrojarse al oír mis palabras, Alguna de esas debió ser.

—¿Recuerdas la explosión de ayer en mi casa? —le pregunté para que se diera una idea.

—¿En la casa de Akako-chan? —me devolvió la pregunta.

Le di una mirada de completamente aburrida, se notaba que estaba perdiendo el hilo de la conversación.

—¡Ah! Si, eres Akako. —me respondió nerviosa. —Lo recuerdo, ¿qué pasó con eso? —pregunto esta vez preocupada.

—Nos ocasionó esto, no se exactamente como solucionarlo, pero lo haré, así que te pido que te presentes en el receso en la sala de Ai-kun, ¿bien? —le dije seria.

—Si-Si. —fue lo único que atinó a decir.

Después de mostrarle en un espejo su nueva imagen, el timbre hizo dar a entender que desperdicie.

Solté un suspiró antes de ayudarla a establecerse con el horario de Suzuki.

Una vez la segunda clase terminó corrí a la biblioteca, de nuevo, esta vez necesitaba buscar aunque sea algo. Pero antes de llegar me encontré con una curiosa escena.

Yoshida-kun corriendo lejos de Tsubaraya-kun, está rápidamente empezó a jugar un partido.

Lo ignore y seguí mi camino a la biblioteca, sabía que Sera era de las más prudentes así que tendría una razón para escapar del chico de pecas.

Termine llamando a mi mayordomo por las notas que había reunido antes, terminé descubierto algo muy interesante que nos involucra a casi la mitad de nosotros, aunque claro no era tan seguro.

Esto no se solucionará tan fácilmente como pensaba. —pensé frunciendo el ceño. —Además tengo que estar pendiente del imbécil de Kaito. —termine soltando un suspiró agotado.





¡¿Quién eres!?Where stories live. Discover now