Capítulo 05

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Mierda

Soñaba que estaba en lo alto de una torre, esperando pacientemente a mi príncipe azul, viendo a un gran dragón durmiendo pacíficamente. 

Di un suspiró desganada y aburrida había esperado tanto allí.

—Visitaré a mi amiga Ran. —dije buscando algo para distraerme.

Bajé de un tobogán que apareció de la nada, pero al ir a la mitad, vi como el tobogán se estaba derretido.

¡¿Que hago?! ¡¿Que hago?! —pensaba alterada. Cerré fuertemente los ojos al sentir como empezaba a "volar" y la gravedad empezaba a funcionar, pero al sentir unos fuertes y cálidos brazos sostenerse, abrí los ojos notando que al fin mi príncipe azul había llegado.

Una alarma me sacó de mi maravilloso sueño, gruñi molesta antes de golpearlo y apagarlo, volviendo a dormir.

No sé cuánto dormí de más, cuando unos gritos alarmantes me despertaron de golpe.

—¡¡Es tarde!! —gritó fuertemente una voz gruesa. —¡¡Haré unas tostadas, así que rápido!! —gritó nuevamente.

—¿Eh? —solté confundida, levantandome de la cama, viendo el pequeño cuarto.

Esos gritos los conocía de algún lado, pero ¿de donde?

Me acerqué rápidamente al espejo en el tocador. —¡¡¡AHHHH!!! —grité fuertemente.

—¡¿Otra vez Kaito te jugó una broma, Aoko?! ¡¡No tengo tiempo para ayudarte, me voy adiós!! —volvió a gritar el hombre.

Ya recordé… Esos gritos son del Inspector Nakamori, el que persigue ladrones y… frente a mí en el espejo está su hija, cabello alborotado, piel blanca y ojos azules, Nakamori Aoko.

Mierda, ¿Qué me ha pasado? —pensé en shock. —No, no espera… debe haber una razón por la que acabe así, si, una razón. —me dije a mi misma pensando, cuando un recuerdo llegó a mi mente.

—¿Dime que el humo que inhalamos no nos causará nada malo? —preguntó preocupada Sera.

¡¿Por que me deje convencer de las cosas buenas?! —me recrimine.

Tome un suspiró antes de tomar el móvil que no paraba de sonar. 

—¡¿Qué?! —gruñí en respuesta.

—¿Cuanto más tardarás? —me pregunto esa voz molesta que me llevó a esta situación.

¡Maldita Kuroba!

—No puedes esperar cinco malditos minutos. —le grité antes de colgar.

Mire atentamente el teléfono, solo para darme cuenta de la hora, en 15 minutos entraba a clases.

—¡Oh, mierda! —volví a gritar, antes de empezar a buscar como loca el uniforme y el baño de esa casa.

Tarde 10 minutos para estar lista, al llegar a la sala estaban unas tostadas y un jugo de naranja, maldije otra vez en mi mente antes de tragar la comida en cosa de segundos. Una vez salí encontré al muchacho que ha hecho mi vida un infierno.

Kaito Kuroba.

—Ahoko, solo faltan 5 minutos para entrar a la próxima no te espero. —me dijo con el ceño fruncido antes de tomarme del brazo y correr. —Por cierto, aclaraste las cosas con Hakuba. —me preguntó.

Estaba por empujarlo para que me soltara después de todo yo podía sola, pero no sé la dirección de la escuela desde aquí.

—Que te importa. —gruñi con molestia. —Koisumi está me las pagarás. —pensé corriendo al lado del mago de pacotilla.

¡¿Quién eres!?Where stories live. Discover now