Capítulo 01

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Bromas

En una mañana, donde el clima era sofocante, el calor era tanto que los estudiantes de la preparatoria Teitan salían de sus clases con el timbre.

—¿De verdad, estás bien? —preguntó un joven azabache, de ojos azules cobalto y lentes que cubrían gran parte de su rostro, conocido como Conan Edogawa.

—Si, estoy bien, ¡En serio! —le respondió una hermosa chica, de cabello rubio-fresa hasta rozar sus hombros, y ojos verdes esmeralda, Ai Haibara.

—Hmm. —murmuró no muy convencido. —Si pasa algo, llámame. —le dijo viéndola entrar a su siguiente clase. 

—Si, si. —le respondió, estaba siendo muy insistente con eso.

La joven dio un suspiró sentándose en su pupitre, esperando la aparición del Profesor.

—Haibara-san, hola. —la saludó un adolescente de cabello y ojos negros, con miles de pecas adornando su rostro, Mitsuhiko Tsubaraya.

—Hola, Tsubaraya-kun, ¿qué tal? —le dijo, ignorando totalmente la pesadez, y el calor que realmente no ayudaba.

—Ehh, bueno… —murmuró nervioso. —Quería pedirte un consejo. —bajó la voz, las mejillas rápidamente se incendiaron.

—Oh, claro, ¿de qué trata? —le preguntó haciéndose la desentendida, como si no supiera el motivo de sus nervios.

—Yo… quería, bueno… —murmuró aún más nervioso, su rostro empezó a convertirse en un tomate, para diversión de la joven.

—Tsubaraya-kun, tranquilizate y habla con total honestidad. —le dijo al pecoso, no quería verlo sufrir tanto pero él debía preguntarle con sus propias palabras.

—Ayudarme… a… —susurró, apenas se entendían sus palabras.

—¿Que? —preguntó la oji-verde confundida.

—Qu-Que si… ayu… con… —volvió decir, pero debido a sus nervios, seguía bajando la voz sin dejar que se entendiera.

—Tsubaraya-kun, no te entiendo nada. —habló aún más confundida la chica, tratar de concentrarse en su estado, solo le traía irritación.

—¡¡Que si puedes ayudarme con…!! —paró al darse cuenta que gritaba, su rostro parecía un completo tomate. —Ahh, yo…

—Bien, bien. —dijo Ai dando un suspiró, si seguía terminaría molesta con el pobre chico que no tenía la culpa de nada. —Realmente no tengo mucho que decirte, trata de ser dulce y comprensible con ella, ayúdala lo más que puedas pero no la atosigues o te pegues a ella todo el día y sinceramente declarate de una vez. —respondió ella frotándose el puente la nariz.

—S-Si, gracias. —habló Mitsuhiko algo nervioso por ver como bajaba su estado de ánimo, no traía nada bueno "molestarla" cuando no se sentía bien.

—¡¡Sientense todos! —exclamó el Profesor nada más entrar. 

Solo para que una vez terminará de hablar una bomba de humo aparecerá frente él, por lo que no pudo evitarse ahogarse.

—¡¡Kuroba!! —gritó el Profesor entre el humo, tosiendo.

—¡¡Presente!! —exclamó un joven de cabello revuelto castaño oscuro, ojos violetas, con una gran y encantadora sonrisa, Kaito Kuroba, apareciendo una vez se disipó el humo sentado en el pupitre del Profesor.

—Solo siéntate en tu asiento. —gruño el Profesor molesto.

Este aún sin quitar su sonrisa dio un salto bajando del pupitre antes de sentarse en el suyo.

La clase estuvo tranquila casi todo la hora, hasta que vieron cómo el reloj marcaba los 10 minutos faltantes de la clase. Todos los alumnos empezaron a guardar sus cosas, el Profesor al ver a sus estudiantes tan acelerados miró la hora antes de copiarlos.

En cuestión de segundos se escuchó una pequeña bomba de humo, un chasquido y… de la nada, empezó a llover dentro del aula.

Todos corrieron afuera del aula, llevándose sus objetos personales. 

El Profesor dio un suspiró agotado antes marcharse sin decir una palabra, no valía la pena regañar a su alumno que siempre hacía oídos sordos.

Mientras que en otros salones muchos de los alumnos no prestaban atención a lo que escucharon debido al miedo de acabar envuelto en lo que sea que pasaba. Pero había excepciones de curiosos que salían solo para grabar el desastre o simplemente salían para ver con que sorpresa nueva se encontraban.

—Hey, Kaito. —llamó el chico de lentes en la otra clase.

—Hola, Meitantei. —saludó con una gran sonrisa el mago.

—Será mejor que a Haibara…. —trato de decir.

—La deje dormida con un gas anestesiante, y el agua no le llega, note que se sentía mal. Así que tranquilízate, Meitantei. —le dijo Kaito encogiéndose los hombros, sin dejar su gran sonrisa. —En vez de eso, ¿no quieres que haga llover? —preguntó aumentando su sonrisa.

—No, gracias, tengo documentos importantes. —se negó Conan.

—¡¡Yo sí!! —afirmó un moreno de cabello castaño y ojos azules de acento en su voz.

—Ohh, Tantei-han. —habló divertido Kaito. —Enseguida. —dijo divertido el mago, chasqueando.

En cuestión de segundos los del salón de Hattori Heiji, salían despavoridos por el agua que quién sabe de dónde salía.

La profesora igual dio un suspiró agotado. —Hagan los problemas de la página 235. —dijo antes de marcharse.

—Hey, Kaito, ¿no crees que es hora? —preguntó Hattori con una sonrisa de lado.

—¡¡Claro!! —exclamó antes de aclarar su garganta. —Ladies and the gentlemen, prepárense para ver magníficas expresiones. —vocifero el joven de cabellos alborotados. —1… 2… 3. —exclamó antes de chasquear sus dedos.

Al instante se escuchó un estruendo en dos clases a la distancia.

—¡¡Kuroba!! —gritó molestó un joven de cabello claro y ojos claros, se notaba que daba aires de ser Inglés, Hakuba Saguru, saliendo de su clase manchado de algo viscoso color rosa fluorescente.

—¡¡Kaito!! —le siguió una chica de cabello castaño oscuro revuelto y ojos azules impregnados de furia, Aoko Nakamori su cabello igual manchado de fluorescente.

—¡¡HEIJI!! —gritó una adolescente que comúnmente usaba coleta, de ojos azules y acento, manchada por la mitad de su cuerpo de ese rosa. Caminaba zapateado el piso, con los puños y mandíbula apretada, definitivamente alguien saldría afectado.

—Adiós. —se despidió Hattori antes de salir corriendo como el Rayo Mcqueen.

—Y con eso yo también me despido. —habló el mago, tirando una bomba de humo antes de que sus perseguidores llegaran, desapareció sin dejar rastro.

—Todavía no entiendo cómo es que estas intacta y estabas al lado de Saguru. —comentó curiosa Aoko.

—Por qué será. —le respondió con una sonrisa malévola una joven de cabello ciruela y ojos rojos, Akako Koisumi.









Hola

No pensaba publicar hoy, pero me impaciente para hacerlo mañana y aquí estamos 😅😅

Bueno aquí estamos de nuevo en una renovado historia, es un placer volver a publicar aquí

Espero y disfruten esta alocada historia

See you

¡¿Quién eres!?Where stories live. Discover now