Aoko, Kazuha, Ran, Sonoko, Sera, Ayumi, Ai están molestas con las bromas de Kaito así que van con Akako para que haga algo
Akako lanza un hechizo pero todo sale mal... pensando que su "venganza" acabo en fracaso cada una va a sus casas, sin embargo...
Si no me he dado por vencida con esta historia, ustedes también no deben darse por vencidos en lo que quieren 😉
Cambios III
Narrador
Una joven castaña de cabello largo y ojos azules se mordía la uña del pulgar con nervios.
—Ayumi, deja de hacer eso me pones más nervioso. —comentó Mitsuhiko tratando de calmarse.
—Tranquilícense los dos, por más que lo piensen no podrán hacer nada por ellos. —soltó un suspiró frustrado Genta. —Por ahora solo podemos esperar. —afirmó mirando fijamente al exterior a través de la ventana.
—Lo sabemos. —murmuré Mitsuhiko hundiéndose en el asiento.
—Por cierto chicos. —susurró apenada la chica. —Si saben que la casa de Ran-san queda más lejos que la de nosotros. —comentó recordando dónde quedaba la Agencia del detective Mouri-san.
Ambos la miraron con sorpresa, eso no lo habían pensado. Ninguno de ellos quedaba muy lejos, no más de cuatro cuadras por lo que normalmente dejaban a su amiga y luego caminaban un par de calles; sin embargo esta vez era diferente, no podían dejar a Ayumi e irse caminando a sus casas.
—Creo… que tendrás que ir sola hasta la agencia esa. —comentó Genta.
—Cuando bajemos te llamaré y no me colgaras hasta que no entres a tu casa. —exclamó con preocupación Mitsuhiko mirándola fijamente.
—S-Si, supongo que es la… —su voz se detuvo de golpe, creando un extraño silencio.
—¿Ayumi-chan? —preguntó extrañado Mitsuhiko.
—¿Ayumi? —le siguió Genta.
La joven miró detenidamente a ambos chicos. —He, ¿qué hago aquí? —exclamó alterada la joven. —Mierda, ¡¿por qué ahora?!
El taxista se exaltó ante semejante subida de tono.
Ambos chicos abrieron los ojos con sorpresa, había cambiado frente a sus ojos. —¡¡Ahg!! —exclamó buscando su teléfono entre sus bolsillos, de repente tres timbres sonaron.
Al sacar sus celulares notaron la llamada grupal, Mitsuhiko no lo pensó y contestó, los otros dos simplemente se acercaron.
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Eisuke
Solo podía mirar asombrado e impresionado al ver como una conversación de Ran y Sonoko sobre preocupaciones por sus amigos pasó a ser una alegre conversación de vestidos para la fiesta Suzuki.
