○ Día 18: Ups ○

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—¡¡Chat, no corran en la sala!! —Marinette gritó mientras bajaba las escaleras —¡Para ya! ¡Déjalo en paz!

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—¡¡Chat, no corran en la sala!! —Marinette gritó mientras bajaba las escaleras —¡Para ya! ¡Déjalo en paz!

Siendo ignorada olímpicamente, Chat Noir siguió correteando a Abrazos por toda la sala con una sonrisa juguetona.

—¡Te voy a atrapar, pequeño!

Justo cuando estaba por atraparlo, el felino saltó con gran agilidad hacia el respaldo del mueble, clavando sus uñas ahí para mantenerse firme.

—Qué pillo eres. —mumuró el rubio, poniéndose en posición para nuevamente atacar.

La cola de su mascota se movía rápido y constantemente, sus pupilas era tan redondas y obscuras que Marinette no pudo evitar sentir un poco de miedo al pensar en cargarlo. Y él no dudó en menear su parte trasera para después saltar y reanudar la carrera.

Justo cuando Chat Noir estaba por entrar corriendo en cuatro "patas" a la cocina, Marinette jadeó con horror al recordar el atún que habían guardado junto con el postre en el repostero, y no lo pensó tanto antes de quitarse su balerina y tirársela a su amigo en la cabeza.

—¡¡Quieto!! —gritó en cuanto su zapato impactó en la melena rubia.

Oh, al fin pudo confirmar que eso en verdad tienen su efecto.

—¡Auch! —se quejó él, volteando a verla por primera vez desde que bajaron —¿Por qué hiciste eso?

—Van a terminar rompiendo cosas. No corran en la casa. —ordenó mientras se acercaba hacia él y recuperaba su balerina rosada —Papá tiene ahí un pedido importante.

—Tsk. Cuidadoso es mi segundo nombre —se señaló con una sonrisa arrogante —No por nada soy el héroe de París.

—No es por nada, pero tienes el poder de la destrucción. Algo que ni siquiera se asemeja a ser cuidadoso. —se cruzó de brazos, tratando de hacerlo entender —Y tienes el miraculous de la mala suerte.

Chat Noir rodó los ojos y bufó con molestia al ser regañado. Iba a darle la razón sobre parar ese juego de correr dentro de la casa, pero en ese momento, Abrazos se asomó por el repostero. Lo quedó viendo fijamente, y algo desesperado corrió directamente hacia la cola de su dueño, jalándola y jugando con ella.

—¡Oye! —exclamó el rubio, arrebatándole su cinturón —¡Ahora sí no te escapas!

Y sin darle tiempo a Marinette para protestar, se vieron envueltos nuevamente en una carrera de gatos.

—¡Pero Chat! ¡Dijimos que en la cocina no!

La joven los siguió hasta la habitación mal diciendo por lo bajo y rezando al mismo tiempo para que ninguno rompa algo.

Sin embargo, sintió como si estuviese rezando en vano.

Pasó todo en cámara lenta. Marinette iba entrando a la cocina y lo primero que sus azules enfocaron fue a su mascota encima del repostero, oliendo el tazón donde se encontraba el atún que sus padres habían dejado en la mañana.

Luego, visualizó a Chat con una sonrisa victoriosa antes de literalmente lanzarse hacia Abrazos. Se vio a ella misma gritándole que no haga eso, de un momento a otro su gato escapó haciendo caer el tazón, y la rodilla del rubio aplastó una cuchara que mandó a volar algo de sal al postre que su padre se había trasnochado haciendo.

Eso sin contar los platos y vasos que Abrazos hizo caer al momento de correr desesperado en la barra por sentirse amenazado.

Todo quedó en silencio por unos minutos, el animal miraba con curiosidad a sus humanos que parecían haberse quedado en shock, y posteriormente lamió su pata sabiendo que él salió ileso del todo.

—Y-Yo... ¿Ups?—el héroe empezó a reír y balbucear por los nervios mientras bajaba de la barra, y como reflejo, cogió lo que estaba más cerca a él al sentirse resbalar por haber pisado el atún.

Lo malo, es que cogió el tan preciado postre que les costaría la vida, e igualmente cayó de espaldas al suelo.

—Doble ups...—susurró.

—¡Marinette! —se escuchó desde la entrada —¡Ya llegamos!

—Triple ups. —susurraron al unísono.

||•••||

Diez minutos después.

Sabine miraba con el ceño fruncido a los dos jóvenes sentados en frente de ella, con la mirada baja y evidentemente nerviosos.

—Ambos se las arreglarán para devolverme toda la cocina. —ordenó cruzando sus brazos.

Ella no era de estar enojada, y de hecho, se hubiese reído si no fuera porque vio a su esposo casi botando lágrimas al ver su postre destruido.

—S-Se lo repondré todo, señora Cheng, lo prometo —dijo el héroe con la voz temblorosa. —Le compraré todos los platos y vasos y...

Sabine lo miró con lástima antes de aclarar su garganta y dirigirse a su hija.

—Marinette, ayudarás con tus ahorros. Chat Noir no lo hará solo.

—¡¿Qué?! —su madre levantó una ceja en desaprobación —¡Pero fue su culpa! Te dije que no corrieras en la casa —murmuró con molestia dirigiéndose a su amigo.

—Pero el gato es de ambos. —Sabine interrumpió lo que el rubio estaba por decir —En realidad es más tuyo que de Chat Noir. Y también hizo el desastre, así que también aportarás.

—Ugh...

Los tres dirigieron su vista hacia Abrazos, quien estaba comiendo tranquilamente el atún en el suelo, y ambos chicos suspiraron en rendición mientras Sabine se iba en completo silencio a ver a su esposo.

🌹🌹🌹

Solo una cosa: Basado en hechos reales 😔👍🏻

Excepto el hecho de que Chat Noir se puso a jugar con él y lo del postre JAJAJAJAJA.

No hay mucho por decir, espero que se encuentren de maravilla. ¡Nos leemos mañana con Amigos! Los adoro, besoos✨✌🏻

🌹 Día 18, Ups: ¡Listo! ✅
—Bogaboo💕✨

‹‹La suerte del Gato Negro›› // Reto Marichat 2021//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora