○ Día 09: Manta ○

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Marinette bostezó, dejando de lado la tela que había estado cociendo para después ver la hora en su celular

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Marinette bostezó, dejando de lado la tela que había estado cociendo para después ver la hora en su celular.

—Genial...—susurró con cansancio —La una de la mañana.

Miró al gatito que Chat y ella habían adoptado hacía casi ya tres días y sonrió al verlo domir como una bolita en su diván.

Aún no habían elegido su nombre, y realmente esperaba que el gato no se acostumbrara a "Cosita", porque ella en serio no quería que se llamase así, aunque por el momento, ese era como su nombre.

Él siempre la seguía a cualquier lugar que iba, y cuando llegaba del instituto lo encontraba sentado casi al frente de la puerta de la panadería, lo suficientemente cerca como para que todos vean y sepan de su existencia.

No iba a negar que después de aquel día de las pesadillas fue mucho más fácil para ella encariñarse con el pequeño animal. Y pronto se vio agradeciéndole mentalmente por haberla ayudado a superar aquel terror del pasado.

—Marinette —ladeó la cabeza ante el llamado de Tikki, quien tenía una carita de sueño —Deberías ir a dormir ya, más tarde podrías decirle a Chat que te ayude a terminar la manta para el gatito.

—Han pasado tres días y hasta ahora no puedo terminarla —se lamentó alzando al gato para después dirigirse a su cama —En verdad prefiero que tenga su propia manta. Yo tengo el sueño pesado y puedo llegar a quitarle la sábana y él puede morir de frío. Espero no aplastarlo mientras duermo.

Se veía tan diminuto y vulnerable en sus brazos, que estaba segura que podría romperlo si le daba una patada mientras ella dormía.

—Creo que los gatos no mueren de frío —dijo la kwami, acomodándose en la almohada de su portadora —Ya sabes, por su pelaje.

—Puede ser pero...—dejó a su mascota al lado de su almohada para tocar la punta de sus orejas con un puchero —Siempre se mantienen heladas. —dijo refiriéndose a ellas.

Tikki ya estaba apunto de cerrar sus ojos para caer en el mundo de los sueños cuando entonces, unos golpes en la trampilla — nueva y que Chat Noir había puesto hace un par de días — la sacararon a patadas de ahí. Así se sintió.

—¿Marinette? —escucharon en el balcón, y la pequeña criatura mágica resopló antes de ir a la caja de miraculous al saber quién había ido a ver a su portadora —¿Estás despierta? Tu luz está prendida, así que...

Marinette no demoró en abrir la trampilla y sonreírle al héroe, sorprendiéndose al verlo con un semblante algo decaído y aferrándose a una manta como si su vida dependiera de ello.

—¿Chat? ¿Estás bien? —preguntó con delicadeza.

—¿Puedo dormir hoy contigo? —Chat juró que casi sonó como un chillido. —Últimamente tengo sueños raros, no sé qué pasa exactamente, pero la sensación no es para nada agradable —explicó con la mirada baja, tratando de calmar los rápidos latidos de su corazón.

La azabache le sonrió con ternura, y no dudó en hacerlo pasar para que pueda acomodarse en su cama.

—Oww. No sabía que dormían juntos —comentó él, refiriéndose a su gatito.

—Pues sí —respondió orgullosa —De todos modos, él no me deja sola ni un segundo —rio.

—Se acostumbró muy rápido a ti. Supongo que ya tienes experiencias en tratar con gatitos. —jugó un poco antes de ponerse curioso —Por cierto, ¿qué tanto haces despierta a ésta hora?

—Hacía una manta para nuestro gatito. —Chat dibujó una enorme sonrisa en su rostro al escucharla decir nuestro —Pero hasta ahora no la termino. ¿Me quieres ayudar más tarde?

—¡Claro! —aceptó gustoso, sentándose en la cama para acariciar al ser felino —¿Qué es lo que te falta?

Todooo —se lamentó, Chat la vio curioso, pues la creatividad era algo que nunca se iba de la mente de su amiga —Quiero hacer algo que lo caracterice, ¿sabes?

—Entiendo —asintió —Puedes usar un celeste muy suave. ¡Y ponerle copos de nieve! Creo que puede ser algo que lo caracterice por sus colores, blanco y azul.

Marinette mentía si decía que no había pensado en eso, pero fue porque le recordó tanto a Chat Blanc que no lo hizo. Sin embargo, ahora con ese miedo ya superado, no veía problema en hacer su manta con ese tema.

—Tienes razón. Me recuerda mucho al invierno. —sus vista recayó en la manta que Chat Noir tenía fuertemente agarrada en la mano, y no pudo evitar preguntar —¿Una mantita para dormir?

El rubio se sorprendió ante su pregunta, y sus mejillas no demoraron en colorearse de rojo por la vergüenza. Pero diferenció que el tono de voz de Marinette no era de burla, sino que fue acompañada por una risita tierna.

—Ven —él palmeó la cama dos veces y Marinette acató su pedido —Cuando era niño, mi madre siempre me arropaba con ésta —apretó la manta contra su pecho, y el corazón de la chica dolió al imaginarse el final del relato —Es el único recuerdo que tengo de ella aparte de las fotos, y me siento seguro cuando la tengo cerca.

La Dupain sonrió con tristeza y Chat se dejó abrazar por ella, sintiendo una calidez indescriptible en su pecho ante aquel gesto.

—¿Te parece si dormimos con tu manta? —preguntó ella, y vio brillar los ojos verdes del héroe.

—¡Sí! Justo iba a preguntarte eso... ¿Pero dónde va a dormir Cosita?

Marinette sonrió y sacó las sábanas de su cama para hacer una al lado de la suya. Tomó en brazos a su gato y lo acostó ahí para después taparlo.

—Listo. —dijo orgullosa.

—¿En el piso? —Chat hizo un puchero —¿Por qué mejor no lo hacemos dormir en tu diván?

—No alcanzaremos los tres en la cama —hizo una pausa, mirando algo apenada al suelo —Y él diván está en la parte baja. Hasta ahora, Cosita no ha dormido tan lejos de mí.

—¡Aww! ¡Y mira que al inicio no te lo querías quedar!

—Es fácil encariñarse con los animales, Chat. —suspiró metiéndose en su cama mientras el rubio los tapaba a ambos con su manta —Mucho más si son tan lindos como él.

Chat Noir rio un poco antes de pasar un brazo por su cintura y pegarla inocentemente a su pecho, sintiéndose mucho más seguro al tenerla cerca.

—¿Crees que nos saldrá bien la manta para Cosita? —preguntó con voz somnolienta.

—Dos son mejor que uno —contestó Marinette de igual manera —Lo único que espero es que logremos encontrarle un buen nombre pronto. Porque no pienso llamarle toda la vida "Cosita".

—Cómo digas...—Chat tarareó —Buenas noches, Princesa.

—Descansa, Gatito.

🌹🌹🌹

Yeep, este día es algo así como la continuación de Pesadillas. Donde aún siguen con el nombre "Cosita"  JAJSJAJAJA.

Chat reparó la trampilla de Mari bebé, y ella ya superó a Chat Blanc, algo que yo nunca haré 😔😔👍🏻

En mi país se celebra hoy el día de las madres, y por eso nombré un poco a Emilie. ¡Espero que la estén pasando de maravilla junto con sus mamis! Denles un saludo de parte de Boga, aunque no tengan idea de quién soy JAJAJA ✨❣

Cuídense mucho y tomen agua. ¡Nos leemos mañana con Cocinar juntos! Los adoro, muaack ✨✌🏻

🌹 Día 09, Manta: ¡Listo! ✅
—Bogaboo💕✨

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