Remember my love

Capítulo 22.

El sonrojo se comienza a hacer aún más notorio tras sus palabras. Siento que mi cara arde, y la forma risueña en que me mira Niall me hace saber que él también se ha percatado de ese detalle.

Intento recolocarme en el sofá, sentándome de forma normal y mirando directamente a la televisión. Niall se queda exactamente en la misma postura, y por el aire cálido que roza mi mejilla izquierda, puedo saber que ha soltado otra de sus risitas.

- No tienes remedio.

- ¿Perdón? -lo miro extrañada.

- Sigues siendo la niña inocente que conocí.

Con sus fuertes brazos me rodea por completo y me atrae hacia su cuerpo tanto como puede. Su mano izquierda se posiciona alrededor de mis piernas, agarrándolas con fuera para dejarlas caer sobre las suyas, haciendo que nuestra cercanía sea aún mayor.

Sin dejar de acariciar mis piernas, pasando de la rodilla hasta casi la cadera, roza con la mano que le queda libre mi mejilla de manera delicada, como si se tratase de la cosa más frágil del mundo. Sus ojos se pasean por mi rostro sin pudor alguno. Los nervios hacen que, de manera involuntaria, pase la lengua por mis labios. Este acto llama la atención de Niall, puesto que fija su mirada en ellos y repite la misma acción con los suyos.

- ¿Tienes hambre?

Sus ojos se abren como platos, lo cual me da a entender que ha entendido mi pregunta de una forma completamente diferente a la que yo me refiero. Una sonrisa pícara comienza a aparecer en su rostro. Su mano izquierda aprieta mi muslo, rozando casi el límite con mi trasero.

- ¡Oye! -le doy un puñetazo sin demasiada fuerza en el pecho, a lo que éste me mira extrañado. - Tienes una mente muy turbia.

- ¿Yo? Pero si has sido tú la que...

- ¡No me refería a "ese" hambre! -Niall estalla en carcajadas. -¡Digo que si te apetece comer algo!

- Claro que me apetece comer "algo" -sigue con esa mirada perversa cuando me guiña un ojo.

Entre risas, nos levantamos del sofá y vamos hacia la cocina. Le comento que podemos comer hamburguesas, pues tengo todos los ingredientes necesarios. Mientras yo pongo a calentar la sartén para cocinar los filetes, Niall abre la nevera en busca de algo.

- ¿Has terminado tu cerveza? -asiento con la cabeza- Ten otra. Cocinando sienta de maravilla.

- ¿Y cuándo no te sienta a ti bien una cerveza?

Me mira risueño y se acerca a mí por la espalda. Mientras coloco la carne sobre el aceite ya caliente, sus brazos me rodean de nuevo. Si hay algo que me guste de este chico, es lo cariñoso que puede llegar a ser.

- Me encanta que estemos tan bien. Echaba mucho de menos tenerte así de cerca.

- A mí también, pequeña -me besa sobre el cabello, en la coronilla. Sin soltarme, conecta su móvil a mis altavoces mediante Bluethooth y pone algo de música.

Mientras cocinamos las hamburguesas y la verdura, bailamos al ritmo de la canción que suena ahora mismo: "Millones", de Camilo.

Escuchando la letra, cuando llega el estribillo, Niall comienza a cantarme con un torpe castellano. Me mira a los ojos, como si lo que dice la canción lo estuviera diciendo él. Me agarra de la mano y hace que mi cuerpo gire sobre sí mismo. Cuando estamos uno frente al otro, coloca su mano en mi espalda, haciendo que nuestros cuerpos se muevan al mismo ritmo.

Nos separamos al fin, aunque sin dejar de bailar, para comenzar a montar la hamburguesa. Mientras él abre el pan, yo corto la lechuga. Hacemos un equipo fantástico. Pareciera que no ha pasado el tiempo para nosotros dos. Sigue la misma confianza, la misma complicidad e incluso la misma picardía que hace años teníamos.

Decidimos hacer una comida estilo acampada. Colocamos el mantel en la mesita de café y retiramos un poco el sofá que hay detrás de esta para poder tener espacio para sentarnos. Traemos distintas salsas, un par de servilletas, otra cerveza para Niall y un refresco para mí. Cada uno coge su plato y, finalmente, nos disponemos a comer.

Ponemos una película de Netflix en la televisión, aunque tampoco le prestamos demasiada atención. Nos pasamos el almuerzo riendo y recordando viejas anécdotas.

- ¿Te acuerdas de la pelea que tuvimos en la piscina del campamento? Ninguno de vosotros consiguió tirarme al agua -recuerdo mientras me río.

- Cómo no me voy a acordar.Parecías una lagartija escabulléndote.

- Jamás me he reído tanto. A pesar de todo, tengo muy buenos recuerdos de ese campamento.

- Sí es cierto. Aunque podría haber terminado mejor... -Niall agacha la cabeza.

Sin saber muy bien qué decir, seguimos comiendo y cambiamos de tema. Mejor quedarse con lo bueno y olvidar lo malo.

Tras muchas risas, piques y alguna "mini-guerrilla" de comida, por fin terminamos de almorzar. Estamos tan llenos que ninguno quiere postre. De repente, un gran bostezo sale por la boca del irlandés.

- ¡Cuidado! Me vas a tragar -digo exagerando un gesto de desesperación. Niall ríe.

- No he dormido nada esta noche gracias a un par de graciosas que me llamaron en mitad de la madrugada -me sonríe falsamente.

- ¡Ya te he dicho que lo siento! Puedes echarte una siesta si te apetece.

- No creo que consiga dormir con la televisión encendida.

- Puedes ir a mi habitación si lo prefieres -la mirada de Niall se vuelve perversa de nuevo, aunque esta vez parece que está de broma.

- ¿Me estás invitando a tu cama?

- Tampoco te hagas el sorprendido. No sería la primera vez que duermes en ella -digo entre risas.

- No me gusta dormir sólo.

Lo miro fijamente, esperando una risa. No aparece. ¿Lo está diciendo en serio? No entraba en mis planes dormir hoy la siesta con él.

- No voy a dejar toda la cocina patas arriba. Ve tú a dormir y luego ya veré qué hago yo.

- Ni hablar. Recogemos todo entre los dos y luego nos vamos a dormir.

Se levanta con decisión, comosi tuviera prisa por hacer algo. Risueña y un poco curiosa, camino hasta lacocina siguiendo sus pasos. Entre los dos recogemos todos los cacharros quehemos usado para cocinar y para comer. Al terminar, Niall agarra mi mano y me acerca a su cuerpo.

- Tengo muchas ganas de dormir contigo. Ven conmigo, anda. Prometo hacerte cosquillitas por la espalda hasta que te duermas, como hacíamos antes.

Este chico a mí me va a volver loca.

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¡Gracias por leer!

M.xx