capitulo 1🔪🩸

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Una pequeña carcajada sale de mi garganta al escuchar todos los detalles que me ha dado de su hija.

—Señorita Johnson—Aparto la vista de Sara y toda mi atención es derivada a el hombre fornido que está delante de mi, detrás suyo hay dos chicas más—Es un gusto tenerla aquí.—el sujeto extiende la mano en forma de saludo y yo la acepto amablemente.

—El gusto es todo mío señor.

Sara sonríe y también saluda al hombre seguido de esto me da un corto abrazo de despedida y regresa al auto rojo en el que vinimos. Segundos después comienzo a seguir al hombre entre la gente que habla como si no hubiera nadie que los escuchara.

Una de las chicas tiene el cabello rubio y con rulos esponjosos, ella se percata de como la estoy observando y sonríe.—Soy Penny y ella es...

Desvió mi vista hacia la otra chica quien nos mira con desagrado como si no soportara el simple hecho de estar caminando con nosotras—¿Que se supone que es esto, el jardín de niños?

El hombre nos dirige una mirada neutra y las tres cerramos la boca al instante, entramos dentro de un edificio que tiene la letra C escrita en una de las paredes del frente. Los cuatro subimos al ascensor y el silencio incomodo lo inunda todo.

Subimos hasta el piso 20 que si no me equivoco es el más alto y allí bajamos, el hombre nos dirige a la habitación 34.

—Este será su lugar.—Le entrega la llave a Penny y ella sonríe—El lunes comienza la semana de orientación, estos son los horarios.

Nos da una hoja a cada una y luego sin más se vuelve a subir al ascensor dejándonos en la puerta donde será nuestro hogar.

—¿Vas a abrir la puerta o que?—habla bruscamente y le arrebata las llaves a Penny de la manos, abre la puerta con un solo giro de llaves y luego se las tira nuevamente—No me mal interpreten no soy la villana ni nada, solo me estresa que sean tan dulces.

Penny y yo nos miramos al tiempo que entramos detrás de ella, el lugar tiene una pequeña mesa para no más de 4 personas, una cocina con pequeños muebles amurados a la pared y un sillón del otro lado. Lo que más llama la atención de aquel lugar es el enorme ventanal con regás blancas que da directamente al parque.

—Yo quiero este cuarto.—escuchamos gritar a la desconocida, Penny y yo nos dedicamos una mirada y salimos disparadas a elegir la nuestra.
 

(...)

"Fiesta de bienvenida para novatos" es lo primero que escucho desde la habitación, entre abro la puerta y descubro a la pelinegra que se negaba a decirnos su nombre charlando con una rubia despampanante.

—Están invitadas, supongo que Evans te ha dicho la hora y todo el asunto...

—Si, si... ya.

La rubia le entrega tres pulseras color verde fluorescente—No olviden ponérselas.

La desconocida ladea los ojos con impaciencia, al tiempo que se cruza de brazos.—Ya me ha quedado todo más que claro, ahora...—abre la puerta de entrada e invita a la rubia a retirarse—te veo en la noche, chao.

Cierra la puerta, suspira y guarda las pulseras en el bolsillo trasero de su pantalón.

—¿Escuché fiesta?—habla Penny desde su habitación.

—¿Sus padres no les enseñaron que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación?—dice mirándonos acusadoramente.

Joder, esta chica si que tenía el malhumor pegado en el ser.

—Escuche que las fiesta de novatos son de lo más descontroladas.—Penny sale del cuarto envuelta en una toalla.

—Ni tu, ni yo, ni la modelito iremos a esa fiesta.

No soy muy amante de las fiestas pero me prometí a mi misma disfrutar de cada oportunidad de divertirme y además esto sería bueno para olvidar todo el rollo pasado.

—Pues, yo no se ni tu nombre así que iré de todas formas ¿tu vienes modelito?—dice Penny haciéndole burla a la pelinegra llamándome modelito.

—Yo voy.—acepto.

—Las fiestas esas son un asco, juro que se arrepentirán en cuanto lleguen.

Penny me hace un gesto con los ojos para que vaya a su habitación, me coloco las pantuflas y corro hasta llegar allí. Por otro lado la desconocida solo nos da la espalda y vuelve a su habitación.

Al entrar al cuarto de Penny veo varios vestidos tirados en el suelo, maquillaje sobre la cama y ni hablar de la cantidad de zapatos que había desparramados por doquier, la habitación era un desastre y solo había pasado 4 horas en ella.

—Veo que alguien ya sabía de la fiesta.—cierro la puerta detrás de mi.

—Claro que sabía, la fiesta de novatos es un clásico además he estado chequeando todas mis redes y Connor Wells estará ahí.

La voz de la rubia suena tan acelerada que me cuesta procesar lo que ha dicho.

—¿Connor que...?

—Connor Wells, tonta.

—Ya. ¿Pero quien es ese?

Ella abre los ojos de par en par al darse cuenta que hablo de verdad—No conoces a los tres.—afirma como si fuera algo de otro mundo no conocerlos.

— No, no tengo idea de lo que estas hablando.— respondo.

Los tres esta compuesto por Devon Monssonman el pelinegro de tatuajes, Evans Hamilton el rubio aterrador y mi papito Connor Wells que, bueno para él no hay descripción.—al decir el nombre de aquel último un suspiro sale de sus labios rojos—Ellos son quienes lo dominando todo por aquí, tienen las mejores notas y son como unos ángeles caídos del cielo, tienen unos cuerpazo que ¡dios! Daría mi virginidad por tocarlos.

—¡Penny!—digo tirándole un vestido por la cabeza.

—Deberás, son como ángeles que al caer se han convertido en demonios atractivos, muy atractivos diría yo.

(...)

Un vestido azul marino, el pelo recogido en una coleta alta y unos zapatos que le agregan 5 centímetros de altura, así va vestida Penny quien de ser ricitos de oro paso a ser una maldita Bitch y yo... Bueno.

—No vas ir de zapatillas y jeans.

—No pienso usar vestidos, tacones, polleras o cosas muy escotadas. — me defiendo.

—Oh vamos, eres toda una modelo. — chilla mientras apunta a los vestidos que hay sobre la cama.

—No necesito enseñar nada a nadie, estoy cómoda vestida así—digo intentando no hablar de mala manera.

Penny me observa como un cachorro triste y sus labios se curvan en una mueca que me hace sentir culpable, no lo conocía de nada pero ver sus mueca de suplicando me hizo dudar.

Buena jugada Penny.—Okey, quizás pueda ponerme unos pantalones cortos y una...

¿¡Que como rayos termine con un vestido negro que apenas cubría mi trasero y unas botas de cuero que me llegan hasta la rodilla!? Pues, Existe solo una palabra para decirlo y es Penny.

Maldita Penny.

Salimos de la habitación y antes de irnos golpeamos la puerta del cuarto de la desconocida para pedirle que nos de las pulseras ya que sin ellas no nos dejaría pasar, pero para nuestra sorpresa cuando nos abre la puerta se la ve completamente diferente.

Su pelo que antes iba lacio ahora tiene pequeñas ondas en las puntas y como vestuario lleva una falda negra y un top blanco con brillos, su maquillaje consiste en sombras negras y un labial mate oscuro.

—Oh, te ves como una gótica moderna...

—Ya.—habla interrumpiendo a Penny quien tiene la boca aún abierta de la sorpresa.—Voy a ir solo porque si les pasa algo ahí será mi responsabilidad.

Dice con un noto de ¿Sinceridad?

—No hace falta que vayas.—digo intento no meterla en una situación incómoda.

—Créanme que si, primores. Esas fiestas son una porquería.

Reina el amor duele (COMPLETA✔️)Where stories live. Discover now