XVI

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John se encontraba nuevamente en la oficina parado al lado de George. Ambos en frente del escritorio de Paul, mientras éste les hablaba.

—Bien. Para la fiesta de hoy en la noche necesito que ambos estén completamente preparados. Deben saber lo básico sobre todos los invitados.

—Pero yo pensé que sólo el primer asistente iba a la fiesta.— habló John.

—Eso es sólo en caso de que el primer asistente no haya decidido convertirse en una incubadora de virus.— respondió Paul, lanzándole una mirada George. George se limitó a responder. —Vendrás y ayudarás a George. Eso es todo.

John y George salieron de la oficina. John se fue a sentar mientras que George sacaba algo de un cajón para entregárselo a John.

—Aquí está la lista de invitados.— George le entregó una carpeta grande. —Paul siempre invita a todo el mundo, así que debemos asegurarnos de que todos piensen que Paul sabe exactamente quiénes son. Y yo he estado estudiando por semanas.

—Espera, ¿o sea que tengo que memorizarme toda esta carpeta para hoy en la noche?

—Oh, no seas tonto, John. Ésta también.— George le dio otra carpeta más. John suspiró. Mientras hojeaba las carpetas, decidió hacer una llamada.

—¿Hola, Brian?

—¡John! ¿Dónde estás? Stu y yo estamos esperándote para ir a la exposición. Ah, por cierto, ¿le compraste un regalo a Cynthia?

—No, Brian, escucha, creo que será mejor que ustedes vayan yendo. Yo trataré de ir lo más pronto posible.

—Pero John, es la exposición y además su cumpleaños. Yo creí que-

—Ya sé, lo siento mucho... En serio tengo que trabajar. Prometo que a la primera oportunidad que tenga de irme lo haré. En serio lo siento, pero no me queda opción. Te llamaré cuando termine.

Brian suspiró.

—Está bien. Sólo no tardes.— colgó.

Justamente Ringo entró a la oficina. Estaba vestido muy elegantemente con un traje negro de terciopelo y llevaba un colgador con otro traje negro, sólo que éste tenía pequeños detalles dorados en las mangas y en el cuello. John lo miró sorprendido.

—¿Es para mí?— preguntó.

—Sí. No puedes ir con esa ropa que tienes puesta en este momento. Es una gala formal y por tanto debes estar vestido adecuadamente.

John tomó el traje y se fue al vestidor para poder cambiarse.


Ya era de noche. John se encontraba en un taxi de ida a la fiesta, que era en un museo. Al parecer era un evento gigante. Toda la cuadra del establecimiento estaba cerrada, en las paredes del edificio colgaban enormes pósters con el logo de Vogue y había una alfombra roja para indicar por dónde se debía entrar. Habían fotógrafos por todas partes así como habían invitados bien vestidos. John se bajó del auto y miró todo con asombro. De repente pudo divisar a Ringo entre un montón de fotógrafos. Ringo también lo vio, así que le sonrió. John le sonrió de vuelta. Ahora se dirigía a la entrada del museo, cuando se topó con George. George llevaba un traje café oscuro.

—¡John!— le dijo mientras observaba detalladamente el traje que John llevaba puesto. —Wow... te ves muy elegante. Te queda bien ese traje.

—Gracias. Tú te ves muy... eh... delgado... con el tuyo.— hablaban mientras subían las escaleras de la entrada.

—¿En serio?— los ojos le brillaban a George. —Es para París. Sabes, estoy en esta nueva dieta para bajar de peso que es muy efectiva. No como nada, y cuando siento que me voy a desmayar entonces me preparo cinco sándwiches, me los como y luego los vomito.

—Uhm... parece que funciona.— dijo John sin saber muy bien cómo reaccionar.

Cuando terminaron de subir las escaleras, se encontraron con Paul, quien llevaba puesto un hermoso traje con brillos negros y debajo una camisa crema con cuello cascada. "Realmente Paul se ve hermoso", fue lo primero que John pensó. Se saludaron y de inmediato se fueron a caminar para poder saludar al resto de los invitados. Paul caminando por delante mientras John y George lo seguían por detrás.

El momento que algún invitado se acercaba en la dirección de Paul, Paul ligeramente movía su cabeza de lado para que George pueda darle información sobre el invitado. John sólo estaba al lado y movía la pierna impacientemente.

—Deja de moverte. Me estresas.— le dijo George.

—Lo siento.— se disculpó John. —Es sólo que ya es tarde. Seguro que la exposición de Cynthia ya terminó y deben estar esperándome en casa para celebrar...

—Pues te aguantas. Tienes que estar aquí, es tu trabajo.

John rodó los ojos. De pronto, John vio como un hombre se acercaba en su dirección. Era ligeramente parecido a Paul, excepto que tenía bigote. Llevaba un traje gris.

—George.

—¿Si?

—¿Ese tipo que se dirige hacia aquí no es Billy Shears? Recuerdo haberlo visto en una de las carpetas.

—Ay Dios, sí, es él. Paul lo odia. Se suponía que recién iba a llegar después de que Paul se fuera.

—Oh...

John le tocó el hombro a Paul indicándole que un invitado se acercaba. Paul se dio la vuelta y vio al hombre parado en frente de él. El hombre le extendió la mano mientras le sonreía.

—Paul, maravillosa gala, como siempre.

—Ah, pero mira a quién tenemos aquí. ¿Cómo estás, Billy?. —Paul le dio la mano mientras hacía la mejor de sus sonrisas forzadas. —Qué bueno que pudiste venir a nuestro pequeño junte.

—Estoy muy bien. ¡Y por supuesto! Yo planeo todo mi año alrededor de este evento.

—Y nosotros estamos muy contentos de que... sea así.— Paul tenía una sonrisa más forzada aún.

—Bueno, si me disculpas, Paul, iré a buscar a Martin. Tengo que hablar con él sobre unos asuntos. Ciao.— abrazó a Paul y luego desapareció en la multitud.

Las horas pasaban y pasaban, y John seguía moviéndose nervioso y George seguía diciéndole que deje de hacerlo. A pesar de todas las advertencias de George, ni bien Paul y George se alejaron un poco John salió corriendo. Justo cuando estaba bajando las escaleras se chocó con alguien.

—Disculpa.— John se sobaba la cabeza por el golpe.

—¡Chico de Paul!— le dijo la persona con la que se había chocado.




The Devil Wears Prada [McLennnon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora