VII

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Ringo y John caminaban por los pasillos hasta que llegaron a un almacén. Ringo abrió la puerta y ambos entraron.

—No sé qué esperas que haga.— decía. —No hay absolutamente nada de talla 6 en todo este almacén, eso te lo garantizo. Todas son tallas de muestra, dos y cuatro.

El lugar era enorme y estaba repleto de ropa de toda clase. Todo estaba bien ordenado y dividido por secciones para que las prendas sean más fáciles de encontrar. Habían varias secciones como la de trajes, pantalones casuales, zapatos, suéteres, y colecciones pasadas ordenadas por temporada y diseñador. John miraba asombrado.

—Bien. Tomaremos esto.— Ringo sacó un abrigo holgado que parecía un poncho y se lo entregó a John.

—¿Un poncho? ¿Es en serio?— John hizo una mueca.

—Primero que nada, no es un poncho. Es un abrigo. Y segundo, tomarás lo que yo te dé y te gustará. No quiero quejas.— Ringo tenía una mirada seria. Pero luego se rió. —Dame eso.— le dijo. —Sólo estaba bromeando. Este abrigo es de mujer. Vamos a la sección de hombres a ver qué encontramos.

John lo miró molesto pero Ringo ya se encontraba en la sección de hombres buscando algo de la talla de John en los colgadores. Lennon se apresuró a alcanzar a Ringo.

—Ahora sí, vamos a llevar éste.— le decía Ringo mientras le daba una blusa azul con un cuello alto que tenía brillitos. —Y también algo de Dolce.— le daba una camisa con un estampado de flores y lineas doradas de Dolce & Gabbana. —Y estas botas.— le daba unas botas negras de Balenciaga. —Y Manolo Blahnik.— le daba otro par de zapatos: ésta vez unos mocasines rojos con dorado. John no podía salir de su asombro mientras veía todo a su alrededor. Ringo se acercó con un traje negro de Giorgio Armani y lo puso delante de John. —Puede que te quede. Puede.— le dijo y se lo entregó. John ya parecía una percha de tanta ropa que estaba cargando. —Ah. Ésta te va a quedar excelente. Toma.— Ringo le entregaba una blusa negra con mangas poeta y cuello lechuga.

—¿Ya está?— preguntaba John.

—No, todavía. Realmente necesitas algo de Chanel, así que vamos.

John suspiró y caminó lentamente detrás de Ringo.

—John, cariño, apura. No tenemos todo el día. Y encima tienes que ir al departamento de belleza y dios sabe cuánto va a tardar eso.— Ringo iba sacando más cosas de los colgadores mientras iban al departamento de belleza mientras John cargaba una montaña de ropa y zapatos.


Mientras tanto en la oficina principal, George hablaba casualmente con Eric.

—O sea, no tengo ni la menor idea de por qué Paul lo contrató.— decía mientras ordenaba unos papeles.

—Ni yo.— contestaba Eric. —El otro día estaba en el departamento de belleza y alzó una colonia de Louis Vuitton y dijo: "¿Qué tiene de especial una colonia de Luís Vitón?" ¡Así lo dijo! ¡Así pronunció el nombre!— decía Eric espantado.

George empezó a reírse y luego suspiró. —Ay...— dijo.— Yo sabía desde el momento que lo vi que sería un completo desas...— George se vio interrumpido por un John Lennon que entraba a la oficina. Nada fuera de lo común, excepto que esta vez John tenía puesto un traje negro de Giorgio Armani  que le quedaba muy bien, llevaba los mocasines de Gucci que Ringo le había dado antes, su cabello estaba bien arreglado, tenía puestas unas gafas Fendi y a todo eso se le sumaba una actitud de "soy mejor que todos", creando así la combinación perfecta.

George y Eric quedaron boquiabiertos.

El teléfono del escritorio sonó. John contestó.

—Oficina de Paul McCartney. ¿En qué le ayudo?— hubo una pausa. —No, no se encuentra disponible, pero le diré que llamó. Si, que tenga un buen día. Hasta luego.— colgó.

—Pero qué- digo, ¿estás usando los mocasines de G...?—George le preguntó atónito.

—¿De Gucci? Así es.— respondió John con una sonrisa.

—Te ves bien.— le dijo Eric.

Harrison emitió un suspiro bastante audible y rodó los ojos.

—¿Qué?— le dijo Eric en un susurro.— Se ve bien.— miraba de reojo a John.

—Oh, cállate, Eric.

~En la noche~

Cynthia salía de la galería mientras se despedía de otra gente para volver a casa. John estaba a la vuelta de la esquina apoyado en un auto esperando. Cynthia pasó de largo pero después se dio la vuelta para ver a su novio ahí. John estaba irreconocible con el nuevo look que le habían dado. Se paró e inspeccionó detalladamente a John. Estaba incrédula.

—Y bueno.— decía John mientras se le acercaba. —¿Qué te parece?

—Yo creo que...— Cynthia estaba en shock, pero de buena manera. —No sé qué hiciste con el John normal, pero te ves excelente.— ambos rieron. John tomó a Cynthia por la cintura y la besó. Luego de unos segundos se separaron y se agarraron de la mano para volver a su departamento.


A partir de ese entonces, John iba todos los días bien vestido a la oficina. Un día con un conjunto de Versace, al día siguiente con uno de YSL, otro día con algo de Burberry, y así sucesivamente. Día tras día, con ropa de las mejores marcas. Y todo gracias a Ringo, quien escogía día por medio la ropa que John podía llevarse a casa.

En esa jornada en particular, John llevaba un pantalón ajustado de Dior con una camisa negra también de Dior y las botas de Balenciaga. Ya se encontraba en la oficina sirviendo un vaso de agua y acomodando unas revistas en el escritorio de Paul cuando el mismo llegó. Hablaba por teléfono mientras entraba a la oficina. Paul dejó de hablar y se detuvo al ver a John. John sólo sonrió y luego salió de la oficina. Y al salir Paul no pudo evitar ver a John de pies a cabeza y pensar que se veía lindo; inconscientemente se lamió los labios y se sentó en su escritorio para ponerse a trabajar. Los artículos de la edición del mes no se van a revisar solos.





The Devil Wears Prada [McLennnon]Where stories live. Discover now