Segunda parte: capítulo 50: Nadie

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¡¡¡EL CAPÍTULO 50!!!

Señores y señoras, lectores y lectoras, no sé a ustedes, pero, al menos a mi, me emociona un montón que ya llevemos 50 capítulo -oh, dios, 50 capítulos, pero que largo xD-. ¿Y sabéis qué es lo peor? ¡Que falta un montón! A veces pienso que esto de hacer historias largas no es bueno. Digo, puede que os terminéis aburriendo de Harry y Giovanni xDD -lo cual espero con todo corazón que no pase e.e-; pero como me encanta escribir, dejo ese pensamiento de lado y ala, que sea de largo lo que Dios quiera XD. 

Este es un capítulo importante, no sólo por ser el número cincuenta -¡50, 50, 50! Coño, no deja de emocionarme XD -, sino también por la historia en sí. Es como...no sé, en la historia de Giovanni y Harry, es importante y no sé si lo plasmé tal y como quería. Bueno, no: creo que como escritora es muy difícil mostrar a través de las palabras todo lo que tu cabeza había ideado, o más bien, de la forma que querías. Es un poco triste, pero así es la vida. Sin embargo, creo que quedó bastante aceptable.

¡Pero no quiero entretenerlos más de lo necesario! ¡A leer! 

¡Besos! <33

Capítulo 50: Nadie

El catorce de marzo se disputaba su primer partido en octavos de final. Desde mediados de enero habían vuelto al entrenamiento, y Connor había puesto las Champions como su primera y más importante prioridad; al fin y al cabo los exámenes que había presentado en el instituto no habían ido nada mal, y ya había aprendido el truco de estudiar a distancia.

Faltaba cada vez menos tiempo para el primer partido de octavos de final contra el FC Basel. Los entrenamientos se volvían cada vez más duros a medida que la fecha se acercaba, y todos en el equipo se sentían en constante tención. El peso de toda una nación estaba sobre sus hombros, una nación unida que dejaba varios perjuicios para unir sus corazones en una misma actividad: el futbol. Ese sentimiento de llevar pintado en la frente IRLANDA, no hacía más que poner nervioso a Connor, más teniendo en cuenta que parecía que todo el país entero tenía la mirada puesta sobre él. No sólo por el hecho de ser delantero del club de futbol que representaba al estado, sino también por las constantes controversias que comenzaban a sentirse en el ambiente.

Estaba claro que sus dieciséis años para estar en un equipo profesional no estaban muy bien vistos. La gente comenzaba a quejarse de que un menor, que aún se encontraba en secundaria, le diera más importancia al futbol que a los estudios. El club comenzaba a sentirse presionado por el descontento social de algunos grupos colectivos, pese a que el mismo Connor había insistido en que no había problema alguno: había llegado, incluso, a salir frente a las cámaras a declarar sobre el asunto.

El grupo directivo había asegurado que, antes del comienzo de las Champions, no se tenía previsto contar con la participación del Hughson, pero todo había surgido de forma muy espontánea y natural. No había ningún reglamento que impidiera al equipo a tener en su ficha a un chico de quince, si este cumplía los requisitos, naturalmente. Pero la sociedad no parecía opinar lo mismo.

Llegó a plantearse la posibilidad de sacar a Connor de plantilla, y sacarlo de titular. El chico replicó, pero no pudo librarse de las consecuencias: ya le habían dicho que estaría en el banquillo en el partido contra el FC Basel.

–¡Es injusto! –se tiró sobre su cama, agarrando el cojín más cercano y estampándolo contra la pared. –¿Por qué me tienen que prohibir jugar? ¡Son los octavos!

Chris, que oficialmente se había convertido en su único amigo, giró sobre la silla con ruedas. Paró en seco cuando Connor tiró el cojín contra la pared y suspiró.

Guerra fría [Historia gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora