Segunda parte: capítulo 56: Amigos

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Hola!  Parece que le he cogido gusto a esto de actualizar cada dos semanas. En fin, hay que aprender a coger el ritmo. Pero es mejor que cada mes y medio, o dos, ¿no? XDDDD Bueno, no hay mucho que decir , simplemente, que disfruten el capítulo, ¡y haber si tardo menos para el próximo, en el que las cosas irán mejor! XDDDDD

Capítulo 56: Amigos

Abril ya se acercaba, y con ella, la primavera. Mientras que el constante y cortante frío ya había comenzado a abandonar otros sectores italianos, Milán no empezaba, hasta ahora, a dejar el mal tiempo atrás. Los enormes abrigos ya no eran imprescindibles a la hora de salir a la calle, y era más que común ver a gente en manga corta a ciertas horas de la tarde.

Lu, aprovechando el buen día que hacía, decidió hacerle una visita a Chase, ya que su padre no aparecería por su casa durante, por lo menos, cuarenta y ocho horas. Malditas guardias, pensaba Lu. Su padre podía aprovechar las pocas horas de intervalo que tenía para ir a dormir a casa, pero prefería hacerlo en su propio despacho. Como muchos otros médicos.

Desde que conocía a Chase, pocas veces había tenido la oportunidad (porque la curiosidad le sobraba) de ir a su casa. Recordaba claramente como una de esas pocas veces (se podían contar con los dedos de una mano) no le abrió Chase, sino un chico de unos veinte años y con un acento sumamente raro. Se molestó al ver un chico en casa del rubio, pese a que lo disimuló con gran maestría. Sin embargo, después, el mismo Chase se encargó de corregir sus impresiones, y le dijo que era un muy buen amigo extranjero, llamado Harry.

Las otras veces que fue, siempre le abrió Chase y siempre estaba solo. Pero aquella vez en que fue Harry quien le dio la bienvenida, le hizo recordar en qué tipo de relación tenía su padre y Chase. Lucio estaba encantado por ver que, increíblemente, su plan (aunque nunca hubo precisamente un plan bien establecido) funcionó. Al principio no estaba seguro, ya que su padre y Chase eran personas diferentes, pero con el paso del tiempo (y de varias visitas a la pastelería) se dio cuenta de que no había escogido mal, y que había una obvia atracción entre su padre y su fichaje. Todo desembocó de forma algo precipitada, enterándose Chase de lo que había ocurrido con su otro padre y su padre rechazándole, pero lo que había crecido entre los dos, sobrepasó incluso aquello.

Ahí fue cuando Lucio lo tuvo claro: quería a Chase en la vida suya y la de su padre. Desde que la relación evolucionó sin ningún tipo de título formal (y que hasta el momento seguía así), Chase formó parte del día a día de su casa y su vida. Era entretenido tener a alguien más en la casa, y también refrescante. Su padre ya no estaba serio cada día, y mostraba un brillo soñador en sus ojos. Y él nunca pensó que se podría llevar tan bien con una pareja de su padre que no fuera Sandro. A un lado de toda la relación que Chase mantenía con su padre, Lucio realmente apreciaba al rubio. Y sabía que Chase también le apreciaba a él, y, sobretodo, sentía algo por su padre. Si era así, si todo podía ser tan fácil, ¿por qué hacían lo que hacían? ¿Por qué tenían una relación "abierta"? (a él no le importaba ese tipo de relaciones, pero no para su padre) ¿Por qué Chase se empeñaba en frenar cualquier tipo de avances entre los dos, y su padre era tan tonto como para permitirlo? ¡No lo podía entender!

Pero, naturalmente, Lucio no pronunciaba palabra de todos esos pensamientos, y cuando lo hacía, era de forma en que Chase lo pudiera ver como una broma. Claro, su padre sí que lo entendía perfectamente, pero tampoco sacaba nunca el tema. Él no sabía si entre ellos dos hay conversaciones sobre ello, pero seguramente no. Y Lucio, pese a no ser precisamente un experto en el tema de relaciones, sabía que evitar algo tan importante sólo traería problemas.

Sin embargo, él era nadie para obligarles a mantener esa conversación, no al menos de manera activa. Prefería conformarse con las indirectas y reventar por dentro cada vez que veía a Chase con otro, o sabía por cualquier otro medio que lo había estado. Tal vez por esa razón insistía tanto en ir a la casa del rubio: vigilarle. Naturalmente, no es la única razón, sentía una gran curiosidad por el tipo de vida que llevaría, y su día a día cuando no estaba con él y su padre; pero claro, lo de la vigilancia tenía un peso importante.

Guerra fría [Historia gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora