34 - El albatros y el fénix

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Can

Salí de la agencia furioso y volví a casa... El hogar... El hogar era donde estaba Sanem o más bien ahora donde estaban Sanem y el pequeño Nihat.

Gracias a mi madre había perdido mucho de la vida con Sanem, el nacimiento y los primeros meses de vida de mi hijo.

Nunca la perdonaría.

Sabía que estarían en Mihriban's esa tarde, así que me preparé para la sorpresa que había planeado para esa noche.

Esperé en la cubierta a verla regresar y me uní a ella cuando subió al porche, las había echado de menos insoportablemente durante todo el día.

- Merhaba- La ayudé a liberar al pequeño de la bolsa y los acompañé a la casa.
Era la primera vez que entraba desde la noche de la tormenta, cuando sólo había visto el dormitorio, me hizo sentarme en el salón mientras ella iba al dormitorio a cambiar a Nihat.
Pude observar tranquilamente su casa, era alegre y colorida como la Sanem de la que me había enamorado, reflejaba perfectamente su personalidad.
Me acerqué a la librería, siempre habíamos compartido la pasión por la lectura y a menudo habíamos leído juntos libros de poesía o intercambiado libros con nuestros sentimientos escritos en los márgenes. Me intrigó que en una estantería hubiera varios ejemplares del mismo libro, cogí uno pero no me dio tiempo ni a mirar la portada cuando oí a Sanem entrar en el salón, me giré para mirarla con el libro en la mano. La vi atónita mirándome, me sorprendí preguntándome el porqué de esa reacción, bajando la mirada al libro lo entendí, la miré atónito.

- ¿Lo has escrito tú? ¿Es tu libro?

Ella asintió.

Mi asombro fue tan grande que tuve que sentarme en el sillón más cercano, no paraba de darle vueltas en mis manos, la portada no podía ser más elocuente para mí, en ella aparecían un albatros y un fénix elegantemente entrelazados.
Phoenix fue el autor.
Lo abrí y en la primera página encontré la dedicatoria.

- Por el albatros.

A ti que me dejaste con sueños rotos y páginas quemadas -

Cerré los ojos, era demasiado para procesar bajo su atenta mirada, necesitaba alejarme.

- ¿Puedo tomar esto? -

-Claro que sí -respondió en tono dubitativo.

Salí de la casa como en un estado de trance y volví al barco todavía incrédulo. Tenía que leerlo, quería entrar en su alma a través de esas páginas, quería saber sobre qué había escrito. Bastaron unas pocas páginas para entender que había escrito sobre nosotros, lo dejé un momento y cogí el móvil para hacer una búsqueda en la web. Llevaba tanto tiempo alejado de todo, que quería ver si su libro había sido un éxito.
Me quedé literalmente sin palabras, era un bestseller internacional traducido a 25 idiomas y vendido prácticamente en todo el mundo.
¿Pero qué clase de mujer era? No sólo había llevado un embarazo completamente sola durante este año de separación, sino que también había sido capaz de escribir una obra maestra de la literatura.
Nunca dejó de sorprenderme.

Volví a coger el libro y empecé a leer con avidez, no podía apartar los ojos de las páginas anhelando cada palabra, impresionada por la profundidad de los pensamientos y la capacidad de transmitir un sinfín de emociones. En dos horas lo había leído todo, estaba extasiado.

Me desperté y me di cuenta de que era muy tarde, tenía que prepararlo todo antes de que Sanem saliera de casa para el habitual paseo nocturno por el muelle.

Sanem

No quería que se enterara así, no sé si realmente quería que lo supiera. Si estaba destinado a irse, tal vez sería mejor que nunca lo leyera.

Puse suavemente al pequeño Nihat dormido en su cuna, me detuve a mirarlo encantada, como me ocurría a menudo, pensando en lo hermoso que era y en lo mucho que se parecía a su padre.

Suspirando, cogí el vigilabebés y salí a dar mi habitual paseo nocturno por el muelle, era mi medicina antiestrés.
Salí con la cabeza gacha perdida en mil pensamientos contradictorios y sólo la levanté una vez en el muelle para quedar completamente encantada.
Se había convertido en un lugar mágico: cuerdas de luces suaves tendidas entre los postes, una tela escocesa en el suelo con cojines de colores, velas y flores por todas partes y entre todo esto él.
Estaba tan guapo como siempre, con una camisa blanca, pantalones negros y el pelo recogido para dejar al descubierto su encantador rostro que, en ese momento, se alargaba en una enigmática sonrisa.
Me ofreció galantemente su mano para acompañarme, la tomé emocionado y juntos fuimos a sentarnos, me ofreció un trago en una copa de cristal que, una vez más, me invitó a levantar al cielo en un brindis.

- A ti Sanem, a la mujer excepcional que eres, a todas las razones por las que te quiero debo añadir tu talento para escribir. Estoy muy orgullosa de ti, has sido capaz de escribir una obra de arte, un verdadero himno al amor con una delicadeza y ligereza abrumadoras.

Pusiste todo tu amor, todo tu dolor, todo tu pesar y lo hiciste tan real que creo que todos los lectores se identificaron contigo. Sentí visceralmente cada uno de tus sentimientos y aún me disculpo por todo lo que te hice.

Eres única Sanem, la única mujer en mi vida, nunca dejas de sorprenderme, seni çok seviyorum, te quiero tanto-.

Tomó mi mano y la llevó a sus labios mirándome apasionadamente, no quería una respuesta en ese momento, sabía que no era posible.

Tomó algo cerca de ella y sonriendo me lo entregó.

- No es un bestseller, pero es mi manera de contar lo nuestro de una forma diferente a la tuya, una forma, digamos, más en mi línea.

Tomé el libro que me entregó, con curiosidad por saber de qué se trataba. Ya en la primera página mi corazón dio un salto, conteniendo la respiración seguí hojeando, era un álbum de fotos que contenía toda nuestra historia.

Era yo, era él, éramos nosotros juntos en días felices: en el Puente de Gálata, frente a la Torre de la Doncella, en el parque, en la agencia, en la cabaña y también estaba Nihat, ¿cuándo había hecho todas esas fotos? Qué bonitos éramos juntos, había sido capaz de captar el alma de cada uno de nosotros, también pude ver en esas instantáneas su amor que, en ese momento, pensé que era para siempre.

Lo miré con lágrimas en los ojos sonriendo - ¡Es hermoso! Gracias Can-

- Eres tú quien es hermoso, nuestro amor es hermoso, nuestro hijo es hermoso. Sólo eres capaz de llenar mi mundo de belleza Sanem -

Con eso me cogió de la mano y nos miramos en un silencio, para mí aún no era el momento de hablar, no estaba preparado, nos quedamos así hojeando de nuevo el álbum juntos y luego mirando las estrellas.

¿Qué debo hacer? ¿Podría arriesgarme a abrirle mi corazón de nuevo?

Un amor que renace de las cenizasNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ