18 - Işık (luz)

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Can

Pasé a comprar ropa nueva, Emre tenía razón, era hora de asearse, primero la ropa y luego todo lo demás.

De vuelta a casa de Yusuf, salí del coche y me dirigí al barco sin apartar la vista de la casita de Sanem. La misma luz de la noche anterior estaba encendida para representar un rayo de esperanza en la oscuridad que había marcado mi vida durante el último año.
Llevé mis compras a la cocina, me preparé un sándwich y me senté en la cubierta.

Me reconfortaba saber que ella estaba allí, que ELLOS estaban allí, mi corazón latía cada vez que pensaba en mi hijo, mis brazos anhelaban sostenerlo, quería perderme en su aroma y suavidad.
Quería ser su refugio, quería ser su héroe, lo quería todo y más, me estremecía la idea de volver a verlo, como me estremecía la idea de volver a verla.

Me quedé horas mirando esa luz en la oscuridad, en un momento dado se apagó y se encendió la tenue luz que había visto la noche anterior, probablemente del dormitorio.
Estaba disfrutando de la maravillosa sensación de estar a un paso de la otra mitad de mi corazón, cuánto la había echado de menos....

Estaba en trance, perdido en mis pensamientos y sueños cuando vi una sombra en el porche de la casa de campo, me estremecí: era ella.

Bajó los escalones, apretando su rebeca contra la brisa fresca que venía del mar, la vi subir a su pequeño puerto, aquel en el que la había visto milagrosamente el día anterior, para sentarse a mirar el cielo.
Se quedó así un buen rato y no pude resistirme, me levanté de golpe y fui hacia ella, me sentí atraído como una polilla por la luz, no quería perturbar su paz pero tampoco podía alejarme.

En cuanto puse el pie en la madera del muelle la vi ponerse rígida, era consciente de mi presencia.
Me acerqué lentamente y me agaché junto a ella, sin saber qué decir ni cómo empezar a desenredar la maraña de mis pensamientos.

- Aquí, lejos de la ciudad, las estrellas se ven claramente en el cielo, casi como si estuvieras en alta mar - Me escuchó en silencio, sin moverse.
Me senté a su lado y continué

- Cada noche, en cualquier lugar del mundo, buscaba Orión, tu constelación favorita.
Imaginé que tú también estabas en ese momento mirando al cielo, buscando a Orión y pensando en mí como yo pensaba en ti.
Sé que es egoísta para alguien que ha tomado la decisión de marcharse, pero esperaba que me buscaras en el cielo cada noche, esperaba que la llama que había sido nuestro amor no se extinguiera del todo en tu corazón, que quedara aunque fuera una tenue llama que me perteneciera.
Fue irracional, lo sé, pero ¿cuán irracional fui al irme?
Lo siento Sanem, siento haberte dejado y luego pensar en lo que tuviste que afrontar sola, lejos de todos los que querías... Toda una vida no será suficiente para pedirte perdón. -

Siguió en silencio y mirando al mar.

- ¿Puedo preguntarle la fecha de nacimiento de Nihat?

Se giró brevemente para mirarme de forma interrogativa, pero respondió: "Nació el 21 de diciembre.

Bajé la cabeza con un suspiro, permanecí en silencio unos instantes, y levantando de nuevo la cabeza dije:

- El día del solsticio de invierno, recuerdo exactamente dónde estaba, estaba en el Océano Pacífico, frente a la costa de Australia, habían pasado exactamente 45 días desde que había tocado tierra.
Aquella noche el mar estaba en calma, paré los motores, arrié las velas y pasé toda la noche admirando la luna más grande y brillante que había visto en muchos años de navegación.
Fue capaz de detenerme y hechizarme con su luz cegadora, toda la noche observé su movimiento y el cambio incesante de su reflejo en el mar.
Fue deslumbrante y me conmovió como pocas cosas pueden hacerlo, creo que lo que más me conmueve en esta vida es simplemente tu sonrisa -
Işık, la luz, mi bebé nació en una noche de luz brillante y, no lo sabía, pero devolvería la luz a mi vida.

La vi agitarse, parpadear varias veces mientras se levantaba y susurraba - Tengo que volver, puede que se despierte -.

Me dejó así, con un paso apresurado y una maraña de palabras no pronunciadas.

Me quedé allí casi hasta la mañana pensando en la luz que un ser tan pequeño y su madre habían sido capaces de devolver a mi vida después de tantos meses de oscuridad.

Un amor que renace de las cenizasМесто, где живут истории. Откройте их для себя