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Nuevamente hizo el intento de levantarse de la horrible silla y con sus brazos se apoyo en las suaves barras. La linda chica quito la silla despacio, y la llevo hasta el otro extremo. 

—Puedes hacerlo, confía en ti ¿Si? 

Taehyung suspiro hastiado. La chica era encantadora y paciente con él, pero hoy, justo hoy que tenía los ánimos en el piso, quiso "mostrar su avance". 

—¡Hey! Sí puedes, Tae.

Un bajón. Era solo eso, pero aun así se sentía demasiado débil ese día. No podía. 

La chica suspiro pero se negó a ayudarlo, necesitaban avanzar, era hoy. 

—¿Quién creería que el gran V le tendría miedo a un caminito de un metro? 

—No empieces. 

—¡No seas cobarde entonces! Sera todo, solo camina y podrás ir a casa. 

Sus brazos se estaban cansando al tener la mayor parte del peso de su cuerpo ahí. Pero hablaba en serio cuando decía que no podía, no hoy. 

—¡No puedes entrar! —grito repentinamente la animada rubia —Hoy no se ira si no camina. 

Taehyung volteo el cuello todo lo que pudo y lo vio. Ahí, parado, haciéndole un puchero a Solar para que lo deje entrar. Sus miradas se cruzaron y sus pequeñas orejitas se tiñeron en rojo al igual que sus mejillas. Levanto la mano moviéndola en señal de saludo y el mayor solo pudo sonreírle. 

—Bien, Tae, no hagas esperar al príncipe y camina de una vez. 

Bien, tal vez si podía, pero solo lo haría porque Jungkook lo miraba realmente emocionado, sabia que el menor confiaba en sus habilidades. 

Sus brazos dejaron de ser su total apoyo y paso a mantenerse por sus piernas. Le dolió pero nada fuera de lo normal y con un poco de esfuerzo movió su pierna sana. Pudo escuchar los pequeños aplausos de Jungkook y sonrió con un poco más de fuerza. Sí, él podía. Ya sentía su pierna anteriormente lesionada pero no sabía si podría controlarla.

—Yo puedo —susurro. 

Solar sonrió y sus ojos brillaron en orgullo cuando Taehyung pudo dar el siguiente paso pero esta vez con aquella pierna que no lograba sentir antes. Sabia que si el paciente se negaba, ella tendría que ceder y darle de nuevo su comodidad, pero el pelinegro ahora era muy fuerte, o tal vez era débil a los ojos marroncitos que lo alentaban detrás de la puerta de cristal. 

Dos pasos, uno a la vez fueron suficientes para que la rubia se acerque con la silla de ruedas y lo ayude a sentarse en ella. 

—Lo haz hecho genial, gruñón. 

—No ha sido por ti. 

—Lo sé de sobra, puedes ir con tu conejito ahora. 

Jungkook no espero a que llegaran y se lanzo a la silla por la emoción de verlo de nuevo caminar. 

—¡Lo hiciste genial, Tae!

Taehyung sonrió como cuando era niño y su mamá lo felicitaba por haber cuidado bien del pequeño Hyunjin. Hundió su nariz detrás de la orejita de Jungkook inhalando su aroma y lo abrazo. 

—Gracias. 

Jungkook se separo y le sonrió a Solar agradeciéndole por su trabajo y se marcho sin más. La camioneta estaba estacionada afuera del local y ni bien los vio, Minho bajo a ayudarlos. La misma rutina de hace un tiempo.

—Hoy iremos a primero a esta dirección ¿Vale? —Jungkook señalo un punto en su celular.

Minho asintió sin más y luego, como siempre, Taehyung le hablo sobre cualquier tema. 

The Purge | YM&TKWhere stories live. Discover now