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—¡Sh! Están en la puerta. 

Todos los murmullos y pequeñas risitas cesaron hasta que un click sonó y la puerta se abrió automáticamente. 

—¡Bienvenido a casa! —Gritaron todos al unísono... o al menos lo intentaron. 

Sus rasgados orbes brillaron en felicidad antes de sonreír en grande.

—Todo esto es para ti —murmuro el gran jefe dándole una palmada en el hombro. 

—¡Fue mi idea! —grito Jimin feliz de al fin ver tranquilidad y felicidad en el rostro de su mejor amigo. 

Taehyung lo miro con los ojos llenos de lagrimas apunto de ser derramadas pero Jimin fue más rápido agachándose para abrazarlo. 

—No soportaba verte tan triste, y esto es para que sepas que no estarás solo en este camino, todos vamos a cuidar de ti.

El peliplateado asintió aun sollozando sobre el hombro donde tantas veces había llorado pero seguía estando ahí. 

—¡No estamos para llorar, hermanito! —soltó una voz con cierto temblor.

Los vellos de la nuca se le erizaron al reconocer aquella voz que lo había acompañado desde su infancia. 

—Oh, sí, olvide mencionarte que lo trajimos de Estados Unidos. —mencionó el pelirosa con una risita nerviosa.

A pesar de los tantos parpadeos que daba no podía creer que al fin y después de tanto tiempo tenia a tan solo unos pasos a su persona más querida.

—Hyunjin... 

El menor no dudo ni un segundo en salir entre los demás compañeros para abrazar a su adorado hermano mayor. Sus rasgadas orbes se encontraron y brillaron más que nunca a pesar de las lagrimas. Casi como la ultima vez, solo que aquella brillaban por el reflejo del faro en sus aguadas iris. 

Su nariz se hundió en el cuello del mayor y sus dedos, en su espalda abrazándolo con quizás demasiada fuerza. Pero ninguno podía creer que al fin podían estar juntos.

—No se si realmente estas acá o es que mi cirugía salió tan mal. 

Hyunjun rio a pesar de tener un nudo en la garganta. 

—Estoy aquí, Taetae. 

—Bien chicos, pueden disfrutar de la celebración hecha sin mi permiso. —recalcó las ultimas tres palabras mirando a su pelirosa novio. 

—Si, amor, de nada por hacer feliz a tu mano derecha.

Los presentes amenazaron con reír hasta que Min Yoongi levanto la mirada despacio y como sabía hacer cuando quería intimidar. 

—Ni creas que te libraras —susurro sobre la pequeña orejita —, hoy en la noche debes estar temprano en la cama, serás castigado. 

Lejos de asustarlo o intimidarlo, Jimin salto de emoción aplaudiendo suavecito. Podría ser un ser amable y tranquilo, dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesite mostrando su noble corazón, pero solo Yoongi sabía sacar esa parte asesina y alocada del menor, aquella que estaba dispuesta a todo y no le temía a nada. 

—¡Es hora de la fiesta! —grito un pelinegro... más conocido como el rey de las fiestas o Jackson. 

Taehyung rio alzando los brazos y limpiándose las húmedas mejillas. Solo por curiosidad volteo y recordó un pequeño conejito que se había encargado de empujar su silla de ruedas todo este tiempo. 

—Kook... 

—¿Perdona? —menciono Hyunjin por encima de la ya alta música

—Oh... nada. —Volvió a mirar hacia la gran sala donde todos bailaban.

The Purge | YM&TKWhere stories live. Discover now