♡︎ 13 ♡︎

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—Oye, linda.

—¿Qué pasa?

—¿Quieres algo?

—¿Cómo qué?

—No lo sé, yo iba a comprar un dulce y pensé en preguntarte por si gustas algo y de una vez lo compraba, pero aún no sé del todo tus gustos.

—Una paleta estaría bien. —Sonrió sin ganas.

—¿Nada más? —Insistió.

—Si, no te preocupes, con eso estoy bien. —Le volvió a sonreír y regresó su vista cansada a sus amigas.

El rubio hizo una mueca un poco preocupada, tenía ganas de preguntarle que sucedía por su mente, pero optó por quedarse con la duda y ganas de hacer preguntas que quizás le afectarían más, así que solo apretó su dinero en mano y salió del aula fría.

Era una semana más con su rutina diaria, ir al instituto, existir en ese lugar, mantener su perfil como personas normales, regresar a casa, existir en casa y después dormir. Pero a pesar de que en esta semana la rutina fué la misma para ellos, había algo diferente, algo que Anthony no sabía con exactitud.

La castaña miraba su banca, garabateando una libreta mientras solo oía a sus amigas sin prestar atención, ellas hablaban en voz alta, reían e incluso Charlie hacía ademanes algo exagerados, pero las ojiverde solo se limitaba a sonreír tímidamente.

La pareja de la rubia se levantó de su lugar y salió por la misma entrada por la que el rubio había salido hace un rato, dijo a dónde iba, pero sinceramente solo asintió sin saber con exactitud que había dicho.

—¿Y cómo te sientes? —Habló la rubia solo para ellas dos.

—Bien, solo que estoy un poco cansada. —Mintió.

—Sé perfectamente que pasa ¿Irás a verla? —La miró preocupada.

—Si, hoy se cumple un año más y obviamente tengo que ir. —Cerró sus ojos, soltando un suspiro pesado.

—¿Irás sola? No creo que sea buena idea que vayas sin compañía...

—Tranquila, estaré bien. —Abrió sus ojos, viéndola con una sonrisa gentil.

La castaña puso su bolígrafo a un lado de la libreta y la cerro, recostandose en ella con los brazos cruzados, mirando con la cabeza de lado a Charlie, quien ahora hablaba de como le había ido con la visita de su familia lejana que era muy molesta para ella.

Después de unos minutos, entró el rubio al aula con una goma de mascar en la boca, inflandola cual globo, explotando a los pocos segundos, se acercó a ella y le dió la paleta que le había pedido más un par de caramelos extra, ella alzó la mirada, viéndolo a los ojos, el le dió una sonrisa de boca cerrada y le guiñó un ojo antes de sentarse en el asiento que se había convertido en su lugar; después entró el hombre mayor que impartiría clases en esa hora y detrás de él venía la castaña, quién entró a prisa, sentándose tan rápido como pudo.

Las clases seguían, los discursos no paraban y el gis contra la pizarra verdosa no dejaba de golpear y arrastrarse por todo ese rectángulo pegado a la pared. En esta ocasión la joven estaba acostada sobre sus brazos cruzados mientras miraba el color amarillento que se reflejaba en el suelo junto con el viento ligero que había que se llevaba a las hojas en cuanto caían de los árboles.

Anthony la veía con un poco de preocupación, pero no le volvería a preguntar nada en esta ocasión, pues hace unos días le cuestionó el porque de su actitud triste y seca, como es de esperarse, ella le respondió tajante, diciéndole que no era de su incumbencia; discutieron un poco y después cada quien durmió de su lado, pareciera que todo se había calmafo, pero en la madrugada se despertó al escuchar los sollozos de la castaña en el balcón, se había sentido culpable, así que últimamente la trataba con más delicadeza hasta que volviera a su actitud de siempre.

♡︎ Love Dust ♡︎ [𝑨𝒏𝒈𝒆𝒍 𝒅𝒖𝒔𝒕 (𝑨𝒏𝒕𝒉𝒐𝒏𝒚) × 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂]Where stories live. Discover now