♡︎ Love Dust ♡︎ [𝑨𝒏𝒈𝒆𝒍 𝒅𝒖𝒔𝒕 (𝑨𝒏𝒕𝒉𝒐𝒏𝒚) × 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂]

☆ 18 ☆

Rosado con café.

Ese era el tono que tomó la marca que dejó esa cortada del cristal que se clavó en su pierna hace ya semanas atrás.

Odiaba esa marca.

Y no por solo ser una imperfección en su piel, si no que era una manera de recordar aquella noche... Aquella en la que sus sentimientos salieron al aire como vomitó verbal y después la tragedia de su vida, entregar algo que jamás le devolverán y que jamás apreciará esa persona.
La peor decisión de su vida era esa y lo aseguraba de manera prematura a pesar de que aún le quedaban años de miles de experiencias por delante, aún así ella aseguraba que ese sería su peor error.

Un balón de cuero naranja votó con fuerza contra el piso que había frente a ella, haciendo ese característico sonido del plástico hueco brincando hasta donde la fuerza con la que fue lanzada le permitiera; parpadeó con sorpresa al ser empujada con brusquedad de sus pensamientos, observó a los chicos correr tras esa pelota y seguir con su juego. El día era fresco, las épocas de lluvias eran sus favoritas después de las temporadas de calor que este año fueron horribles, le encantaba ese olor a tierra húmeda y sentir el sereno de la noche, eso la hacía sobrevivir y resistir un poco más en su casa.

Agachó la mirada con el ceño fruncido, esa castaña se acercaba a ella con una sonrisa hipócrita en su cara.

—Hola. —Soltó alegre.

—¿Qué quieres? —Levantó su mirada, viéndola a los ojos con desprecio notorio.

—¿Estás bien? Últimamente te noto diferente. —Su tono se escuchaba preocupado ¿Era genuino o actuado? En este punto ya no sabía distinguirlo.

—No lo sé ¿Has hecho algo últimamente?

—No entendí, pero supongo que no. —Dudó. ¿Cómo podía estar hablando con ella sin sentir remordimiento?

—Genial.

—¿Vienes con nosotros?

—¿Nosotros?

—Si, estoy con Charlie y Anthony, él vino a pedirme agua. —Malnacida cínica.

—Fantástico. —Soltó con fastidio.

—Me he dado cuenta que ya no lo tratas igual ¿Te hizo algo?

—No te importa.

—Es un buen chico, no deberías de tratarlo tan mal, podrían quitartelo por descuidarlo así. —Ya no la aguantaba, en esta semana solo decía eso, que alguien pronto se lo quitaría si no lo cuidaba, hoy fue la gota que derramó el vaso de la paciencia, así que hoy llegaba el principio del fin.

—Perdón, me siento un poco mal. —Se disculpó falsamente, le sonrió cansada y se recostó en su hombro.

—Tranquila, puedes contar conmigo. —Mentirosa.

—¿Te puedo preguntar algo? —Esta era su última oportunidad de salir menos ilesa.

—Claro.

—¿Hay algo que quieras decirme, algo de lo que te arrepientas o algo terrible que hayas hecho? Eres una de mis mejores amigas y sé que respetas esa amistad, pero necesito estar segura, te tengo tanto cariño que estoy segura que tú también me quieres y harías lo imposible por que yo no sufra ¿Verdad? —Ella la miró mientras pensaba, esperaba que hiciera lo correcto por su amistad.

—Claro que si, no me arrepiento de nada, todo está bien y te aseguro que soy incapaz de hacerte daño ¿Por qué me dices todo esto de repente?

—Por nada en especial, solo que he estado teniendo pensamientos raros, lo siento. —Le sonrió de manera gentil—. ¿Harás algo en la tarde?