Conversaciones automovilísticas.

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-¿Alguien me puede explicar que sucede con Tomoyo?-Pidió mirándolos enojado.

-Eres tú el que se tiene que dar cuenta querido amigo, nosotros no podemos hacer nada.-Y con esas palabras de Shaoran, Eriol comprendió todo y afirmó lo que ya sabía. Una sonrisa iluminó su rostro y, antes de poder decir nada, Touya exclamó que habían llegado a su casa.

Al entrar a la casa, Touya llamó a su padre avisándole de su llegada, quien apareció rápidamente portando un delantal, su cabello castaño estaba lleno de harina, al igual que sus lentes.

-¡Al fin llegan! ¡Estaba preocupado por ustedes chicos!-Exclamó sacándose los lentes para limpiarlos con el delantal, al volver a ponérselos, se encontró de frente con Shaoran, a quien abrazó rápidamente.- ¡Shaoran Li! ¡Que bueno es conocer al novio de mi pequeña hija! -Dijo emocionado aún abrazándolo, haciendo que Touya se cruzara de brazos y mirara a otro lado, ya que le enojaba que su padre aceptara tan rápidamente "al mocoso que le robo a su dulce hermanita". Luego de soltar a Shaoran, Fujitaka Kinomoto abrazó a Eriol.-Joven Eriol, que bueno volver a verte, hace ya seis años que no te veía, desde esa vez que ayudaste a mi pequeña en las tareas de la casa.- Comentó el señor Kinomoto con alegría. Así era él, bastante cariñoso.

-Mucho gusto volver a verlo señor Kinomoto, pero prefiero que me diga solo Eriol, eso de joven me hace sentir muy pequeño.-Pidió Eriol apenado separándose del padre de su amiga. Shaoran, aprovechando las palabras de su amigo, habló con su suegro.

-Yo también le pediré que me trate normalmente, nada de joven o cosas parecidas, tan solo soy Shaoran, señor Kinomoto. -Fujitaka les sonrió a los dos y asintió.

-Bien, Shaoran, Eriol, yo los llamaré como ustedes quieran, pero por favor, ustedes díganme solo Fujitaka, así como a ustedes la palabra joven les hace sentir pequeño, a mí que me llamen con tanto formalismo me hace sentir más viejo de lo que soy.-Rió el padre de la Card Captor haciendo que los jóvenes le sonrieran de regreso.

-Bueno, creo que es hora de ir a prepararnos, debemos estar en unas horas en casa de Tomoyo y sé que ninguna de las chicas nos perdonara por llegar tarde.-Comunicó Yukito con cara de terror, todos lo siguieron y, siguiendo las instrucciones de los dueños de casa, cada uno fue a una habitación distinta a cambiarse.

Mientras tanto, en el auto de las chicas, ellas iban animadamente hablando de temas de moda y sobre las nuevas películas que habían salido en el cine. Hasta que, de repente, salió nuevamente el tema del amor de Tomoyo hacia Eriol y de Nakuru hacia Touya.

-¿Saben una cosa chicas?-Inquirió Sakura llamando la atención de las chicas.-Creo que ustedes dos.-Dijo refiriéndose a Naku y Tomo. -Deberían intentar eso de enamorar esta misma noche a mi hermano y a Eriol. Es una noche especial, además, estarán tan preciosas que ninguno de los dos podrá evitar enamorarse de ustedes.-Las implicadas se sonrojaron avergonzadas ante las palabras de su amiga, pero sin embargo, aceptaron la oferta. Mei-Ling se emocionó tanto con la idea que no dejó de hablar de cómo las peinaría y de cómo se maquillarían hasta que llegaron a la mansión Daidouji.

-¡Waw!-Exclamó Nakuru, quien conducía, al ver la gran casa que se extendía luego del largo y frondoso camino acompañado de árboles y flores. -¡Tu casa es maravillosa Tomoyo!- Murmuró estacionando el auto en la puerta de la casa.


-Y eso que no viste la parte de adentro.-Sonrió Sakura bajando del auto con cuidado, mientras tomaba su cartera, saludando a Akemi, la ama de llaves, que acompañada de otro sirviente, llegaban a recibir a las señoritas y a llevar los bolsos de Nakuru y de Mei-Ling hacia sus habitaciones.

-Akemi ¿Mi mamá está en casa?-Pregunta Tomoyo caminando detrás de su ama de llaves, quien era una tierna viejita de cabello blanco largo y tiernos ojos celestes.


-Si mi niña, tu madre está en su estudio, enseguida la llamo para que venga a recibirla. Y permítame comunicarle que la sala ya está lista para la fiesta de esta noche. Solo faltan algunos retoques.-Avisó la ancianita luego de entrar a la gran casa.

-Gracias Akemi, seguro has hecho un gran trabajo.-Le Sonrió la morocha dándole un abrazo.

-De nada mi niña, me retiro a llamar a su madre.-Comunicó antes de desaparecer por una puerta que había a la derecha de donde estaban ellas. La gran mansión Daidouji se destacaba precisamente por eso, por ser grande, y exclusivamente moderna. Nada menos para la dueña de la compañía de teléfonos, Sonomi Daidouji.

-Bueno chicas, sus habitaciones están en el segundo piso, junto a la mía y a la de Sakura, allí podrán encontrar un vestido de mi confección junto a unos zapatos de exquisito nivel. Espero que estén cómodas aquí.-Habló Tomoyo tomando una pose elegante y refinada. Sus amigas se miraron y comenzaron a reír, dejando a la morocha sorprendida.

-¡Les dije que cuando llegaba a su casa cambiaba totalmente de actitud!-Exclamó Sakura entre risas, causando la severa mirada de su prima, y el aumento de las risas de las extranjeras, que no pararon hasta que el sonido de unos tacones acercándose hacia la sala hizo que se detuvieran, segundos antes de que la puerta por la que Akemi había salido, se abriera nuevamente, dejando pasar a una refinada mujer vestida con un elegante traje de pollera y saco violeta. -Buenos días tía Sonomi.-Saludó Sakura deteniendo las risas y enderezándose, Sonomi le sonrió y rápidamente se acercó con los brazos abiertos a sus sobrina.

-Buen día pequeña Sakura.-Murmuró Sonomi en sus cabellos una vez que la tuvo entre sus brazos, segundos después se separaron y la mujer se acercó a abrazar a su hija, a quien le dio un gran beso en la frente, para luego girarse a ver a las dos chicas que estaban paradas junto a la puerta.-Ustedes deben ser las amigas de mis pequeñas niñas, Mei-Ling Li y Nakuru Akizuki ¿Verdad?-Preguntó con una gran sonrisa, ambas asintieron y se presentaron con gran educación, haciendo que la sonrisa de Sonomi se agrandara.-Es muy bueno ver que las amigas de mi hija y mi sobrina son tan educadas como ustedes, es un placer conocerlas y me encantaría seguir con esta conversación, pero falta poco para la fiesta y debemos prepararnos. ¡No queremos hacer esperar a los invitados!- Exclamó caminando hacia la escalera que estaba a mitad de la sala siendo seguida por las chicas, quienes caminaban con una sonrisa. Al llegar a sus habitaciones, sus ojos casi se salen de sus cuencas al ver la magnitud de esos cuartos y la cantidad de cosas que había dentro de ellos.

-¡No puedo creerlo, esto es más grande que la sala de té de mi tía!-Grito Mei feliz alzando sus brazos y girando sobre su eje.- ¡Es fabulosa!- Respondió cuando las dueñas de casa preguntaron si le gustaba. Minutos después, cada una se fue a preparar a su habitación, quedando en juntarse para peinarse y maquillarse en una hora y media.

Sailor Moon Card Captor.Where stories live. Discover now