Capítulo 32

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Mi tobillo aún dolía, pero eso no impedía que siguiera el camino

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Mi tobillo aún dolía, pero eso no impedía que siguiera el camino. Ya había pasado casi una hora desde que nos fuimos, pero la serpiente no se detenía. Seguíamos escuchando al búho, a pesar de que nos alejamos de los árboles un buen tramo atrás. No era cuestionable, de todas formas. Solo seguíamos y seguíamos, sin saber hacia dónde nos llevaría o que tan estúpido era nuestro movimiento. Supongo que pronto lo sabríamos.

Tampoco hablábamos mucho entre nosotras. Amara y Thalía se sumergieron sin previo aviso en sus propios pensamientos, y no pude desaprovechar la oportunidad. Hace mucho que no me rodeaba un silencio reconfortante, de esos que sirven para poner tu vida en orden, al menos en la medida de lo posible.

Tenía muchas cosas en las cuales pensar, más de las que me gustaría. Nunca pensé que algo como esto llegaría a pasarme, ¿cuántas posibilidades habría? ¿Una en un millón? Y sin embargo, aquí estaba; tratando de convencerme que esto no es ningún sueño del cual pueda despertar.

Estaba furiosa con Zev, y mis intentos de eliminarlo de mi cabeza fueron en vano. Ese idiota había superado todos los límites. Sus problemas ya no se mantuvieron únicamente con la extraña relación que manteníamos, sino con la situación que vivíamos.

Es como si tuviera algún problema para aceptar la realidad. Se negaba a ser sincero en cuanto a sus sentimientos, y tampoco aceptaba que lo que nos pasaba se alejaba de los pensamientos lógicos. No hay forma de entenderlo, solo hay que confrontarlo. Temía que su fase de negación se alargara demasiado, y que cuando por fin se saque la venda de sus ojos, ya sea muy tarde.

Creo que Amara se siente de forma parecida con Reese. Él parecía haber aceptado el mundo sobrenatural, pero hace lo imposible para alejar a la castaña de su vida. No me creo el verso que soltó sobre ella; no es capaz de lastimarla, no físicamente. Pero las palabras a veces suelen doler lo suficiente.

No sabía que relación había entre Beau y Thalía. Se notaban más cercanos, pero la rubia no había dicho demasiado. Si se querían, espero que ambos puedan estar juntos. Beau parece ser el único hombre decente que nos rodea, y ambos se lo merecen.

—¿Cuánto más tendremos que seguir a esta estúpida serpiente? —bufa Thalía.

—¿Tengo que recordarte que la misma salió de tus sueños? —murmuro—. No lo sé, tú dime.

Rueda los ojos.

—Estoy cansada. Cansada de buscar respuestas imposibles y esperanzas absurdas. Me niego a depender de un maldito reptil y su siseo espeluznante.

—Me siento igual —responde Amara—. Es como si cada uno de nuestros esfuerzos terminasen siendo en vano. ¿De qué sirven nuestros descubrimientos? ¿Hasta dónde queremos llegar? Si unas invisibles fuerzas oscuras quieren matarnos, creo que no habrá empeño que los detenga.

Se hizo el silencio. Lo único que se escuchaba era el movimiento de la serpiente, el ulular del búho y nuestras pisadas contra la hierba. No era un sonido muy esperanzador.

Decere (Invisibles fuerzas oscuras)Where stories live. Discover now