♡Capitulo 12♡

98 23 70
                                    

Vanessa.

Caminamos uno junto al otro y en completo silencio.

Me sorprende que haya aceptado mi invitación luego de todo lo que ha pasado.

Pero necesitaba verlo, sé que esto se siente muy maluco, no obstante, luego de nuestra cena ya no lo volví a ver.

La aparición de Erick terminó por hacerme perder la cordura y por ese motivo me aísle de él. No pensaba hacerlo luego de nuestra notable química, sin embargo, no me iba a quedar esperando que todo se volviera añicos.

Pero como el destino es bastante retorcido, pues se me adelantó al traer a esa plaga.

—¿Y bien? ¿Ya me contarás por qué fuiste a buscarme o esperaras a que tu familia venga por ti? —Sabía que no estaba exenta a recibir comentarios así de su parte.

Entiendo su cabreo, yo me pondría peor si estuviera en sus zapatos.

—Vine porque me urge arreglar las cosas contigo —contesto sin mirarlo.

Hace un día tan bonito como para que sea opacado por nuestras situaciones.

—Me extraña escuchar eso. Puesto que desaparecerte por un mes completo es normal para ti. —Su voz destila veneno y enojo por todas partes.

—Tenía que resolver algo y tampoco sabía cómo iba a dar la cara cuando te viera.

—Fui a tu casa ayer...

—Lo sé —lo interrumpo—, creí que al menos te vería pero cuando salí ya no estabas.

—¿Todavía eres tan ingenua para pensar que me quedaría? —Se para frente a mí—. Fui a buscarte porque necesitaba verte aunque sea una última vez, en cambio, el ver a tu hija me hizo reflexionar que tú ya tienes tu vida hecha.

—Podría decirte que sí, pero no es tan fácil como se ve —digo y volvemos a retomar nuestro camino. Ni siquiera sé hacia dónde vamos, solo caminamos sin rumbo.

—¿Por qué lo dices? —inquiere.

Suspiro, si quiero que me entienda debo decirle todo desde el principio.

—Erick quiere quitarme la custodia de mi hija —espeto.

No sé si fue buena idea decirle, aun así, me siento tan a gusto contándole que no me permito dudar.

—¿Por qué el haría eso?

—Por ti —confieso.

Él ha estado todo este tiempo amenazándome con hacer eso después de que vio a Austin, según él es posible que me vaya con el rubio y desaparezca.

Pero si hablamos de desaparecer pues él no es nadie para opinar sobre eso...

Solo es un idiota que quiere controlar lo que no le corresponde.

Pese a eso, de algo estoy segura y es que mi niña no me la quita nadie.

—¿Yo qué tengo que ver? —cuestiona mientras nos sentamos en una de las bancas del parque.

—Piensa que tú nos llevarás contigo. —Su cara se contrae en sorpresa y otra reacción que no sabría cómo tomar.

Algo pesa en el ambiente, siento como algo fluye a nuestro alrededor y como un efecto parecido al imán nos acerca.

—¿Y qué pasa si eso sucede? —susurra y observo sus hermosos ojos.

Por instinto me coloco mejor a su lado y guardo silencio.

Mi cuerpo se estremece y siento como la piel se me pone de gallina. Mi corazón bombea tan rápido y presiento que me dará un infarto.

—¿Tú crees que eso pueda suceder? —titubeo y me golpeo mentalmente por eso.

Entrelazo mis manos sin apartar mi vista de él. Estoy hipnotizada por completo.

Puedo oler su exquisita fragancia mientras se acerca con lentitud hacia mí...

Mi corazón late desbocado por la anticipación de lo que se aproxima.

—Si me das la oportunidad de hacerlo lo hago. Por ti me arriesgaría a eso y tal vez a mucho más. —No sé si soy yo pero a este punto su tono cambia a uno más ronco.

Deshace mis manos y entrelaza la suya con la mía. Al hacerlo una corriente baja por toda mi espina dorsal. Sus manos se sienten tan cálidas, reconfortantes...

Coloca su otra mano en mi mejilla y por inercia cierro mis ojos al sentir su toque; estoy tan nerviosa por lo que pueda pasar pero no puedo resistirme a esto.

Abro mis ojos, noto como mira mis labios y luego vuelve a clavar la mirada en mí.

Yo solo diré algo: bésame, Austin.

Y como si me hubiese escuchado el pensamiento estampa sus labios con los míos, justo como quería que lo hiciera el día de la cena.

No es un beso lleno de desesperación, no es lujuria, puedo sentir algo más que eso. Sus labios se mueven al compás de los míos en una perfecta sincronía, siento un remolino en mi interior de algo que se siente tan bien, tan correcto.

Lo tomo por el cuello y profundizo nuestro beso.

Quiero más, yo necesito más.

Una de sus manos va hacia mi cintura y la enrosca ahí mientras me acerca hacia él. No me importa que estemos en un lugar abierto, yo solo quiero disfrutar del toque de este hombre.

A regañadientes me separo de él en busca de aire, sin embargo, él sigue depositando pequeños besos en mis labios.

Es tan dulce y adictivo.

Comienza a besar mis mejillas y poco a poco va llegando hacia mi cuello, aparta mi cabellera y antes de que pueda hacer algo más lo aparto.

Lo tomo del brazo y me pongo de pie con él; me mira extrañado debido a mi acción, pero soy yo quien toma el control y vuelve a depositar sus labios en él. Paso mis brazos por encima de sus hombros y lo atraigo hacia mí, mientras que él toma mi cintura y me pega contra su torso.

Pierdo la noción del tiempo y me olvido por completo que estamos en un lugar público; rodeados de gente, con él pegado a mí y que estoy entregándome sin reparo alguno...

Y justo ahí es que la realidad me golpea. Destruyendo la burbuja que nosotros habíamos creado.

Me separo tan rápido que ambos nos tambaleamos.

¿Qué demonios acabo de hacer?

¿Qué hice?

¿Por qué lo disfruté tanto?

¿Por qué siento como mi cuerpo añora su cercanía?

Se supone que esto no debía de pasar y que yo no sucumbiría a los encantos de ningún otro hombre.

Pero se sintió tan bien; me perdí en lo fascinante que eran sus labios y como me sentí con cada cosquilleo que me transmitió.

Demonios, acabo de meter la pata. Esto solo confirma lo que he venido pensando desde hace semanas.

—Vanessa. —Lo miro y su rostro se muestra apenado y culpable—. Lo siento mucho, sé que no debí hacer eso porque eres una mujer comprometida.

Es muy notoria la desesperación que veo en su mirada.

—No pasa nada, no fuiste el único que contribuyó en esto —respondo cuando por fin encuentro mi voz.

—Pero no debí hacerlo. —Se acerca y toma mi rostro con sus manos—. No respeté tu relación y...

—¡Austin! —lo interrumpo—, no estoy casada y tampoco Erick es mi marido. De hecho solo es el jodido padre de mi hija.

-------------------------------------------------------

Ohhhhh, sin palabras.😱

¿De qué team son? ¿Team Austin o Team Erick?🤩🤩

¿Qué les pareció el capítulo?

Los estaré leyendo amores.❤❤

Tan solo una mirada ✅ [TST. Libro #1]Where stories live. Discover now