♡Capítulo 1♡

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El olor de las páginas se impregnaba en mis fosas nasales. Este era una de las mejores sensaciones que podía sentir cada día.

¡Austin! ¡Ya deja esos libros y ven a comer! Escuchaba los gritos de mamá cada vez más cerca.

El problema era que no quería soltar el libro que me había regalado la tía Katia; era tan grande e interesante que pasar horas muertas leyendo no me importaba.

¿Cuántas veces te lo tendré que decir? ¿Quieres pescar una gastritis a tus nueve años? bramó mi madre al entrar a mi habitación.

No, mamá. Es que esto es...

—¡Señor Hamilton! ¡Falleció su hijo! —Aquellos gritos me sacan de aquel recuerdo y por instinto me coloco de pie y miro hacia todas partes.

Un momento...

Yo ni siquiera tengo hijos.

Clavo mi vista en mis dos mejores amigos que ahora ríen a carcajadas. Volvieron a hacerme esa jodida broma otra vez.

—Siempre sigues cayendo —dice entre carcajadas el moreno.

—¿Hasta cuándo seguirás con eso Jardel? —Ruedo los ojos exasperado. Ya comenzaba a cansarme su mala broma.

—¡Eh! Yo no tengo la culpa de que caigas en lo mismo. —Se defendió mientras seguía riéndose.

—Él tiene razón, Austin —terció Liam y se unió a las carcajadas de mi otro colega.

Estos dos me van a volver loco.

Por suerte entre nosotros hay un equilibrio porque si no ninguno nos soportaríamos; mientras que Jardel es un desquiciado y amante de las bromas, pues Liam es como el que lo apoya en todo sin perder su toque de chico "serio" —como bien dice él—, y luego estoy yo, no el típico chico nerd que todo el mundo conoce sino una persona reservada y con aficiones de cosas a la antigua que ya hoy en día no se usan.

Vuelvo a sentarme para poder continuar el libro que estaba leyendo y que por casualidad del destino me llevó a recordar la época de mi niñez.

Donde prefería aplazar un plato de comida para yo poder perderme en el mundo que aquellos escritores habían creado, y que ahora yo disfrutaba.

Pese a que no tengo nada pendiente ahora mismo, reviso este libro como si fuera el mayor trabajo que me hubiesen entregado.

—¿Todavía sigues con eso? Debiste haberlo devuelto —escucho la voz de Jardel regañándome.

—Es cierto, Aust. Regrésalo, no nos pertenece. —Apoya Liam.

Que pesados.

—Cuando salga del trabajo iré a llevarlo, ¿contentos? —espeté.

Resulta que hace unos días el cartero nos trajo unos paquetes, pero la cuestión es que parece que le dieron la dirección equivocada; nosotros trabajamos traduciendo libros de español para el danés y él trajo algunos manuscritos de una editorial que nos queda cerca.

Los chicos me dijeron que debía devolverlos, pero vamos, ¡son ejemplares de romance! Por supuesto que me los quedaría para leerlos aunque después los regrese.

Hoy ya había terminado dos de los diez libros que vinieron y por más que quisiera quedármelos pues no podía, puesto que sentía un poco de culpa por quedarme con lo que no me pertenece.

—Te estás comportando como un ladrón.

—Ah no me jodas, Liam. Solo son libros —repliqué y alcé la vista para encararlo.

Tan solo una mirada ✅ [TST. Libro #1]Where stories live. Discover now