♡Capítulo 9♡

156 20 48
                                    

Austin.

Ajusto mi camiseta azul marino y me paso la mano por mi cabello rubio.

Mi reloj marca las siete y media, todavía me queda media hora para llegar al restaurante.

A decir verdad estoy algo nervioso y ya les contaré por qué.

La señorita míster gruñona había decidido que fuéramos a cenar, no sé si lo hizo porque todavía está apenada con lo que pasó en la fiesta o si simplemente quiere salir conmigo.

Espero que sea la segunda opción, porque estos días he estado pensando en que quiero disfrutar más de su compañía. Tal vez es muy pronto para decir eso, pero tampoco es que ya estoy enamorado de ella.

Sin embargo, no puedo evitar que mi cuerpo reaccione cada vez que ve su figura. Quizás no tuvimos un buen inicio al conocernos, no obstante, yo quiero cambiar eso.

Su manera de hablar me fascina y no me refiero al hecho de cuando me acusaba de ser ladrón, sino a la manera que utilizó cuando estuvimos en el bar. Fue tan único, reflexivo y fascinante.

Y justo algo así estoy buscando. Pese a eso, no me voy a ilusionar, que yo me sienta de esa manera no significa que ella también se sienta así.

Aunque me parece que eso de no ilusionarme estará bien difícil, pues no voy a negar lo obvio, ella me atrae de una manera que nunca había sentido. Es algo tan intenso que no como sabes explicarlo o actuar.

Dicen que a veces el amor nos pone hacer pendejadas, tal vez yo no sienta amor por ella pero le pido a Dios que no me deje perder la cordura. Al menos no esta noche.

No quiero arruinar algo que ni siquiera ha empezado.

[...]

Me estaciono frente al local y le dejo mi llave al chico del servicio.

Vislumbro lo iluminado que está el lugar donde cenaremos y me quedo boquiabierto. No lo recordaba tan grande, ya que ahora consta de dos pisos y por lo visto la parte de arriba es como más hermosa.

Me encamino hacia la recepción para no perder más tiempo.

—Buenas noches. Tengo una reservación aquí. —Le informo a la chica.

—Buenas noches. ¿Apellido? —Comienza a teclear en la computadora.

—Hamilton.

Pasan unos minutos hasta que por fin llega un camarero y me acompaña a mi mesa.

Para mi buena suerte me ubican en la segunda planta y no me equivoqué al decir que era hermosa; todo está decorado de rojo, blanco y dorado.

Me siento en una de las mesas y observo todo el panorama. Espero que cierta chica no se haya arrepentido y me deje plantado.

—Buenas noches, Austin. —Giro mi rostro al escuchar esa voz y me quedo de piedra.

¿Por qué tiene que ser tan hermosa?

No temo a sentir algo por una persona, pero sí caer demasiado rápido y me parece que Vanessa está logrando eso a la perfección sin mucho esfuerzo.

Hoy se ve tan... deslumbrante. Puede que la esté mirando con descaro pero a este punto ya ni me importa, ella debería de ser consciente del efecto que produce.

Solo hay que echarle un vistazo a ese pequeño cuerpo enfundado en ese vestido azul para perder la cordura.

Perdóname señor, tú sabes que yo no soy así.

Su ropa se amolda tan bien a su cuerpo que se puede marcar cada una de sus curvas.

—¿Austin? —Alejo esos pensamientos impuros y le presto toda mi atención.

Tan solo una mirada ✅ [TST. Libro #1]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα