Pasando los dedos por las telas me decido por una simple pero pequeña tanga negra de ligas.

Me quito la ropa interior de todos los días, y luego quedo vestida únicamente con mi pequeña braga y con nada más.

Miro mi cuerpo en el espejo, que se alumbra con la tenue luz de la lámpara.

Observo con detenimiento mi abdomen plano y mi cintura marcada que hacen sintonía con mi cadera.

Subo mi vista haciendo un recorrido por el relieve de mis costillas hasta llegar a mis pechos desnudos, mis redondos pechos.

Luego de hacerle un recorrido a mi cuerpo, acomodo un poco mi cabello suelto, voy a buscar la cámara, la memoria extraible que siempre uso con estas fotos y mi trípode.

Lo acomodo todo y programo la cámara sin el flash y en temporizador, apuntando hacia mi pared blanca, es mi preferida porque no tiene ningún adorno y es de un blanco impoluto, que con lo atenuado de la luz de la lámpara le da un aspecto mucho más suave.

Pongo un temporizador de tres segundo entre cada foto, con un total de diez fotos en distintas poses.

Una vez que me paro frente a la pared, cuento unos segundos hasta la primer foto.

1...

2...

3...

Así, luego de unos segundos termino con las fotos.

Me quito la tanga, la guardo en la caja blanca y vuelvo a esconderla bajo mi cama.

Luego me pongo un pantalón de pijama gris que me gusta mucho y una remera varios talles más grande, color negra. Dejo mi cabello castaño suelto y me acuesto en mi cama para ver una película y esperar a que lleguen mis padres.

Pienso que si ellos o cualquiera supiera de mi secreto, estaría en la ruina. Por ello nadie de mi entorno lo sabe.

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Abro los ojos, y lo último que recuerdo es esperar a que lleguen mis padres con la pizza y el helado de los lunes.

Pero recuerdo un pequeño detalle al sentir el crujir mi abdomen.

Yo no comí.

Me visto con unos leggins negros y una sudadera negra con dos lineas blancas en cada manga, y bajo a desayunar siendo las 9:10 am, mi padre y su mujer todavía están en la casa, ellos se van a trabajar a las 11.

Mi padre y su mujer son abogados en un prestigioso bufete de abogados de la ciudad, de hecho, ganan muy bien y son muy solicitados.

Roberto, mi padre es una persona un tanto tosca, poco demostrativa y seria. Pero eso es solo conmigo, ya que con mis hermanas, o mis medias hermanas no es así sino que es más demostrativo. Yo pienso que su actitud conmigo es porque está muy influenciado por Ángeles, su mujer. La cual de ángel no tiene nada más que la apariencia, es rubia de tez pálida y grandes ojos celestes, al igual que mis hermanas. En cambio yo soy más parecida a mi papá porque soy de cabello negro y ojos miel como los de él.

Siempre que mi papá intenta tener un trato cordial conmigo, su mujer aporta algún comentario sarcástico o negativo. Ella me odia desde el primer día, y a veces intento entenderla porque no creo que haya sido la sensación más bonita el enterarse que su marido le fue infiel con la niñera, y más aún, enterarse que de esa infidelidad nací yo.

Recuerdo bien cuando mi mamá enfermó y tuvo que presentarse un día conmigo en la puerta de la familia Tyson. Yo solo sabía que tenía papá, solo que nos mandaba la pensión alimenticia y mucho dinero. Pero cuando lo conocí todo cambió en mi vida.

Malas IntencionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora