El Chico Del Arco

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- Sera mejor que vayas a lo que has venido, no querrás preocupar a tu padre, ¿cierto? – Hubo una risa, una de buen humor, como si hubiera dicho alguna clase de chiste. Si lo hizo, no lo entendió.

Los adultos eran raros. 

- ¡Claro!, nos vemos luego. – Aun tenía tiempo antes de que las tiendas cerraran, pero mejor salía de eso de una vez. 

Fue atajado por varios, dándoles cosas para su guardián y… bueno, el señor tendría un día ocupado cuando volviera. Estaba seguro de que no era ningún veterinario, pero si la gente lo creía, ¿cómo iba a quitarles la idea?

Tulipán lo mordió de la oreja, advirtiendo de que se estaba haciendo tarde. Se lo agradeció con una galleta, cortando saludos y buscando las cosas que faltaban con prisa. El hombre extraño no se molestaría incluso si llegaba sin nada, pero-¿Eh?

- ¿Te sientes bien? – Era una pregunta tonta, lo reconocía, pero no sabía que otra cosa decir. – Se ve-

- Lárgate desgraciado. – Dio un paso atrás y trago fuerte ante tanto veneno.

No solo las palabras, el odio en esos ojos y la sola actitud era suficiente para hacerlo retroceder y querer irse y dejar a este chico a su suerte. Aun así, la decisión no fue suya. Tulipán canturreo y antes de verlo venir había emprendido vuelo, y sabia, solo sabía, que el hombre extraño vendría en muy poco tiempo. 

- Ya no puedo, ni queriendo. – Movió una caja y se sentó, ignorando lo mejor posible la mirada de muerte del otro chico. – Soy Giotto, ¿tú eres? 

- Nadie de tu interés mequetrefe. – Si había algo que había aprendido del hombre extraño era ser paciente, y un tanto juguetón:

- Okey, un placer conocerte Nadie De Tu Interés. – Por supuesto que, la mitad de las veces, el hombre extraño parecía no hacerlo por ser malo sino era genuina confusión o ingenuidad. Si no lo era, entonces era un gran actor. - ¿Que te paso?, se ve grave. – Y por algo estaba sentado en contra de unos barriles y no yendo a otro lado a curarse ese brazo.

- ¿Acaso eres estúpido? – Sangraba, ese brazo sangraba mucho. Parecía haberse cortado con algo, ¿pero que podría haber hecho ese daño? – Te dije que te largaras.

- No puedo irme, Tulipán fue a buscar a mi guardián. – Ante la mirada estupefacta del chico, el odio esfumándose por un segundo, agrego: - No tardará en llegar, Tulipán lo traerá directo aquí. – Y: - Además, necesitas ayuda, espero que no lleve puntos… - No era divertido, en lo absoluto, que te tomaran puntos. 

- ¡Maldición! – Pestañeo ante el chico que dijo cosas más fuertes, levantándose apresuradamente para irse. O intentar. - ¡Eres un idiota!, ¿acaso quieres morir?

- Estas herido, no deberías moverte así. – Se pondría peor, y ahora que estaba arriba, apoyándose de la pared, era obvio que tenía un problema con la pierna derecha. – Mi guardián no tardara, él-

- ¡Me están persiguiendo!, ¡nos mataran a todos! – Oh. Oh. - ¿Entiendes ahora?, nos-

- Hola chico~

Se congelo, al igual que Nadie Que Te Interese, quien perdió mucho color en su rostro. Al voltear la cara, el también perdió todo color. Encontrarse con un grupo de personas de muy mal aspecto, con aquellos que aterrorizaban el pueblo por dinero, armados hasta los dientes y obviamente muy molestos, no era asunto de risas. 

Debió de haberse ido de inmediato, se dio cuenta con horror.

- Miren que tenemos aquí~ - Fue tomado del pelo antes de poder esquivar, mucho menos huir. Fue alzado del suelo. – No sabíamos que tenías un amiguito, esto será diver-¡Bam!

Sky's MayhemWhere stories live. Discover now