INNOCENT | DRACO MALFOY ✓

𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘 𝐅𝐈𝐕𝐄

ADVERTENCIA: contenido maduro.

Aria Rowen.

Pasé casi todo el día ayudando a Narcissa y a los elfos domésticos a prepararse para la fiesta que estaba dando.

Después de horas de poner decoraciones y preparar bocadillos, todo estaba listo para la noche.

Actualmente me paré frente al espejo de Draco, tratando de mover mi cabello castaño ondulado en un estilo medio recogido. Estaba aplanando el dobladillo de mi vestido negro corto justo cuando Draco salía del baño, ajustando las mangas de su camisa de vestir negra a juego para quedar enrollada más allá de sus codos.

Sus ojos vagaron por mi cuerpo tan pronto como me vio, haciéndome girar tímidamente hacia el espejo de nuevo.

—Tú...—Se acercó y tiró de mí para mirarlo.—... te ves realmente bien.

—Tu tampoco estas mal.—Le sonreí antes de poner mis manos en sus hombros y ponerme de puntillas para besarlo.

Profundizó el beso, tirando de mi cuerpo contra su pecho mientras me devolvía el beso. Draco gimió cuando mis dedos rozaron ligeramente la parte posterior de su cuello. Antes de que me diera cuenta, me tenía inmovilizada contra la pared mientras sus labios recorrían mi mandíbula y mi cuello.

—¿Ya estás caliente? Draco, ni siquiera hemos llegado a la fies—

—Cariño, no tienes idea.—Sus manos continuaron recorriendo mi cuerpo vestido mientras me besaba, haciéndome apoyar la cabeza contra la pared.—Olvídate de la fiesta.

Mis manos se movieron por su pecho hasta llegar a la cintura de sus pantalones y dándole un pequeño tirón, lo que hizo que se separara mientras agarraba mi muñeca. Me envió una breve mirada de confusión.

Volví a envolver mis brazos alrededor de su cuello, bajando su cabeza para poder susurrarle al oído.

—Quiero hacerte sentir bien.—Él soltó un suave gemido mientras yo hablaba, presionando mi cuerpo más contra la pared mientras colocaba un pequeño beso en su mandíbula.

Tomó mi barbilla en su mano, inclinando mi cabeza hacia arriba para que tuviera que mirarlo.

—¿Me quieres?

Asentí levemente mientras empujaba mi cabeza fuera de su agarre.

—Entonces ponte de rodillas.

Draco giró nuestros cuerpos para que estuviera apoyado contra la pared mientras yo me deslizaba hasta el suelo.

No perdió tiempo en quitarse el cinturón y arrojarlo sobre el tocador a nuestro lado mientras yo me ponía a trabajar para desabrochar los botones de sus pantalones. Draco me ayudó con la cremallera mientras llevaba su otra mano a un lado de mi cara, pasando suavemente su pulgar por mi mejilla.

Bajé la cintura de sus bóxers, que se habían apretado alrededor de su dura longitud. Lo miré una vez más antes de separar mis labios alrededor de la punta y deslizar mi lengua en un círculo, mirando con atención mientras golpeaba su cabeza contra la pared.

—Joder, Aria.—su respiración se volvió irregular cuando lo llevé más lejos en mi boca. No pasó mucho tiempo antes de que él llevara una mano a la parte posterior de mi cabeza, tirando de mi cabello en una cola de caballo improvisada y empujando su longitud hacia la parte posterior de mi garganta, provocando que un gemido ahogado saliera de mis labios.

Hundí mi boca alrededor de su polla mientras mi mano bombeaba en la base, lo que solo hizo que Draco lanzara más gemidos pesados ​​mientras tiraba de las raíces de mi cabello.