𝐓𝐖𝐎

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Draco Malfoy.

Este era el último lugar en el que quería estar.

Solo llevábamos unos pocos días del año y la escuela ya estaba peor de lo que había sido en el pasado.

Al menos Potter y sus amigos tomaron la decisión de no volver este año. De hecho, tenía gente que se preocupaba por él. ¿Yo? Era demasiado "malvado", como dirían algunos, para que alguien pudiera amarme alguna vez.

Potter tenía a esa chica pelirroja, Granger tenía a Weasley, y todo lo que yo tenía era una madre que se estaba volviendo loca desde que mi padre había sido encerrado.

El Ministerio nos dio a los chicos una segunda oportunidad, no es que yo quisiera una de todos modos.

Mis 'amigos' habían tomado la decisión de regresar en lugar de mudarse con los dementores, así que decidí acompañarlos y sufrir estas jodidamente miserables clases.

Corrí a través de la sala común y bajé hacia los pasillos del dormitorio, tratando de llegar a mi habitación antes de que cualquier otro Slytherin se atreviera a mirarme de manera incorrecta, lo que me hizo querer lanzar un golpe sólido.

Rápidamente doblé la esquina. solo para chocar contra una chica bajita.

—Fuera de mi camino... Rowen.—le espeté a la chica de Hufflepuff que estaba frente a mí. La había visto aquí antes, a pesar de que no estaba en esta casa, pero no sentía la necesidad de hablar con ella. Demonios, ni siquiera sabía su nombre, todo lo que sabía era que ella estaba un año menos que yo.

Murmuró algo justo cuando pasé junto a ella.

—Tal vez necesites ver hacia dónde vas, Malfoy.

Me di la vuelta, agarrando a la chica por la muñeca antes de que pudiera alejarse.

—¿Qué carajos me acabas de decir?.

Sus ojos marrones tenían miedo en ellos solo por una fracción de segundo antes de que fuera reemplazado por furia.

Dije... mira. Por. Dónde. Vas.—Ella enfureció las palabras hacia mí.

No voy a mentir, su audacia me tomó un poco desprevenido, pero rápidamente recuperé la compostura.

En segundos tuve su pequeño cuerpo inmovilizado contra la pared, sosteniendo cada una de sus muñecas al lado de su cabeza. Nadie puede hablarme así.

—¿Qué está haciendo una Hufflepuff inocente como tú aquí abajo? ¿Hm? Probablemente simplemente saliendo con esa patética amiga tuya... Hernández, ¿verdad?.—Mi voz era baja mientras la miraba.

Su expresión se endureció y me di cuenta de que la había alcanzado.

Vete al carajo antes de que te dé un rodillazo tan fuerte que no podrás tener tus propios hijos.—levantó las cejas, y si no fuera una Hufflepuff entonces estaría bastante excitado en este momento.

—No puedes decirme lo que puedo y no puedo d...—

—¿Quieres apostar?.—Se apresuró a interrumpirme antes de que tuviera la oportunidad de terminar de hablar.

Merlín, esta chica es persistente.

Mi lengua rodó por el interior de mi mejilla, viendo como ella se inclinaba un poco hacia adelante, mis manos todavía sostenían sus muñecas contra las paredes.

No todos los Hufflepuff son inocentes... Malfoy.—su dulce voz casi me cautivó, tanto que no me di cuenta de que mi agarre en sus brazos se había aflojado, provocando que ella se apartara de mi agarre.

Puso sus manos en mi pecho y me empujó bruscamente, lo que hizo que apretara la mandíbula con ira.

—¿Quién te crees que eres, hablándome como el...—

—No soy alguien por quien deberías preocuparte, eso es seguro.—rodeó la esquina, sin siquiera molestarse en darse la vuelta mientras hablaba.

Algo en esta chica era diferente, no era como las demás, y yo iba a averiguar por qué.

INNOCENT | DRACO MALFOY ✓Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα